Año 2015: el deseo de un beso

Me gustaría que éste fuera el beso para el 2015: “La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron”. Sí, que se besen en el 2015. Que podamos fotografiar y celebrar el beso de la justicia con la paz en este año que acaba de comenzar. 

Miremos el mundo por el que debe transcurrir el año 2015. Contemplemos el mundo. ¿Echamos en falta la justicia? Pues si notamos la ausencia de la justicia, vamos a echar de menos también la paz. Son como los dos ejes imprescindibles para que el mundo funcione. No va a funcionar el uno sin el otro ni el otro sin el uno. El lema que podríamos dejar para este Año Nuevo es el siguiente: Si quieres la paz, busca la justicia. Es algo totalmente bíblico. 

Que se besen. No es posible que haya paz sin justicia. El problema es que estamos en un mundo totalmente injusto: Los necios que se describen en el Evangelio que acumulaba bienes de forma insolidaria, siguen poblando hoy el mundo dos mil quince años después de Cristo. Sí. Año 2015. ¡Qué poco ha cambiado la historia! Y lo peor: Si en algo ha cambiado, ha sido para mal. Esos ricos han engordado junto con la llenura de sus almacenes desequilibrando el mundo. La justicia se desvanece. Los acumuladores de la tierra son prestigiados y considerados como triunfadores en contracultura con los valores bíblicos. Mal síntoma para el encuentro de la paz en este año que nos avanza en el tiempo un paso más.

Año 2015. Que se besen, que se besen la justicia y la paz. Se debería afirmar que las crisis, la corrupción, el hambre infantil, los desposeídos de sus casas por los desahucios, las desiguales redistribuciones de los bienes del planeta tierra, los graves desequilibrios económicos, las injusticias y las opresiones que se van a desplegar en este año con toda probabilidad, son el caldo de cultivo de muchas de las violencias que hay hoy en el mundo. 

Que se besen. ¿Qué podemos hacer nosotros, los cristianos, para colaborar a que se cumpla el aserto bíblico de que la justicia y la paz se unan en ese ósculo esperado? ¿Cómo hemos de buscar la justicia para que tanto las iglesias como los creyentes en sus ámbitos particulares cooperen para que en el mundo haya una cultura de paz? ¿Cómo debemos actuar para acercar la justicia al mundo para que reine la paz? 

Que se besen sí, que se besen. Así, en este año 2015 deberíamos ser activos siguiendo el lema que hemos marcado: Si quieres la paz, busca la justicia. Y podríamos añadir: Si quieres buscar la justicia, denuncia, lucha contra la pobreza intentando reducir esa lacra escandalosa en el mundo, grita contra las estructuras sociales injustas o de pecado, estructuras que son también económicas y que ponen un yugo de pobreza en muchos de los cuellos de tantos oprimidos y empobrecidos del planeta tierra. 

lips / dhendrix73 (Flickr - CC BY-ND 2.0)

Parece que no podemos vislumbrar ese beso. A veces vemos la pobreza en el mundo desde la contemplación de la punta del iceberg que visionamos desde los países ricos, pero hay más de medio mundo en pobreza que es como una amenaza que nos puede afectar a todos nosotros. Hasta ahora los pueblos empobrecidos de la tierra no se han mostrado como una fuerza violenta y están sometidos y sin voz como esperando alguna mano amiga que les ofrezca liberación. No protestan, pero ahí está el problema escandaloso que algún día podría explotar en el mundo. Se necesita justicia. En este año 2015 se debería trabajar en pro de una justicia que afiance la paz y que elimine toda posibilidad de violencia. Debemos conseguir que la justicia y la paz se besen. 

Año 2015. Que se eviten las violencias con un beso. No queremos violencias de ningún tipo. No deseamos que en este año se produzca la revolución de los pobres, pero quizás esa ausencia de revolución violenta frenada por los poderosos no sea una auténtica paz. Es la paz de los oprimidos, de los cementerios, de los débiles, de los que no encuentran apoyo en nadie, de los sin voz. Eso no es auténtica paz porque le falta la justicia social que debe reinar en el mundo. Ojalá que este año sea un punto de partida para la justicia que conducirá a la auténtica paz. Sólo la justicia es la que crea las bases de la no violencia, de una cultura de paz en el mundo.

Año 2015. ¡Besaos, justicia y paz! Que se conviertan las espadas en arados que preparen los campos para los alimentos que un mundo con más de mil millones de hambrientos necesita. Nuestras únicas armas son el ejemplo profético y el ejemplo que da base a todos los esfuerzos por una paz basada en la justicia: el ejemplo de Jesús mismo. Nos queda la voz, nos queda la palabra, nos quedan los estilos de vida, las prioridades, la asunción de los valores del Reino que irrumpe en nuestra historia con el nacimiento de Jesús. Gritemos buscando ese beso. Nuestras palabras de denuncia deben ser tendentes al acercamiento del Reino de Dios con sus valores de justicia a un mundo injusto y violento.

Año 2015. En el beso de la justicia con la paz no puede haber violencia. Que la única violencia de los cristianos sea el uso de su voz y el de su ejemplo de servicio, su ejemplo en el compartir tiempo, vida y hacienda con los más necesitados. El uso de la voz profética de denuncia puede cambiar todos los parámetros de un mundo injusto. ¿Por qué nos callamos? 

Que se consiga ese beso. Dios quiera que el año 2015 sea un año en el que los creyentes comprometidos alcen sus voces proféticas denunciando toda situación injusta y promocionando los valores de justicia del Reino que hace que muchos últimos pasen a ser los primeros y que muchos primeros pasen a ser últimos. Es así como nos pondremos en movimiento hacia un mundo más justo, hacia un mundo en el que reine la paz, hacia un mundo en el que podamos afirmar junto al texto bíblico que la justicia y la paz ya se están besando en el mundo. ¡Que se besen, que se besen!