El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo: hacerse caballero andante.
Todo cuanto Dios ha hablado por medio su Hijo, no se conocería si no fuera porque quedó registrado en las Escrituras del Nuevo Testamento.
Tal como suele ocurrir en el mundo de la literatura, Isabel Allende nunca se definió en materia religiosa.
Podemos discrepar sobre cosas secundarias, pero ¿qué pasa cuando se niegan doctrinas como el valor redentor y expiatorio de la muerte de Cristo, o su resurrección?
En su obra Ética e infinito Lezama Lima sostiene un diálogo constante con Dios, al que llama el Otro, con mayúscula.
Lo que hemos de comprender en lo que definimos como legalismo es que en su esencia está equivocado.
Si bien nació en el seno de una familia católica, en casi toda su obra se desentiende del tema religioso.
Dios me enseña a esperar; mis preguntas serán contestadas en el tiempo oportuno.
El legalista está más preocupado del cumplimiento de “las normas” que de aquellos elementos esenciales de la ley divina como son, el amor a Dios y al prójimo.
Como le ocurría a Rubén Darío, a Miguel de Unamuno, a Juan Ramón Jiménez y a tantos otros grandes pensadores, a Huidobro le obsesionaba el tema de la muerte.
A algunos de estos niños y jóvenes se les trata “de buena fe”, con “sinceridad”, pero con muy poca gracia y mucho legalismo.
Jamás he hallado a un escritor tan contradictorio como Vargas Llosa cuando se enfrentan al tema religioso.
Las dificultades nos prueban y contribuyen a nuestra madurez y crecimiento espiritual. La cuestión es cómo las enfrentamos y las sobrellevamos y si saldremos airosos de ellas.
En 1950 Onetti publica una de sus novelas más conocidas: La vida breve. En ella se refleja una serie de problemas existenciales.
Cuando se sacralizan las cosas y los lugares y a las personas, se va creando una “cultura” que cuesta la misma vida deshacerse de tanto elemento falso.
Mucha de la literatura del autor mexicano tiene un trasfondo netamente religioso; este hecho hay que tenerlo en cuenta para comprender su prosa.
María, al igual que toda una gran compañía de creyentes de toda la historia del pueblo de Dios, nos dejó un ejemplo de humildad que hemos de seguir.
Respecto a Dios, el ateísmo de Vargas Vila se evidencia en términos absolutos.
La mujer del libro de Apocalipsis 12:1-5 y otras consideraciones.
Puede que abandonara el catolicismo, pero a lo largo de su vida no abandonó a Dios ni el hecho religioso.
Yo encuadraría a Cortázar en un racionalismo agnóstico o en un agnosticismo racionalista.
María, la madre de Jesús, no fue ni reconocida ni tenida como “Madre de la Iglesia” por la Iglesia Primitiva.
Sábato escribía y pintaba. Consideraba que “el ateísmo es un fenómeno absolutamente novedoso, que los pueblos siempre creyeron en Dios”.
Si Jesús hubiera querido poner a María en el lugar que muchos han pretendido con el paso de los siglos, como “Madre de la Iglesia” (con muchísimas atribuciones más) lo hubiera hecho. Pero hizo todo lo contrario.
Escribir negativamente de la religión y desvincularse de la Iglesia católica no significa ser ateo. Parra tenía un alto concepto de Dios, al que cita con frecuencia en sus versos.
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