El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La suave y humilde súplica de Abigaíl ablandaron el corazón de David, hombre de guerra, acostumbrado a las emociones fuertes.
¿Se puede hablar de desarrollo humano ante ese escándalo que es que el ochenta por ciento de la humanidad esté en pobreza?
¿Deberíamos enseñar a nuestros hijos a ser corteses con Alexa, a decir por favor y gracias, a respetar sus sentimientos ‘virtuales’? ¿O no tiene importancia si los niños abusan, se burlan e intimidan a una persona esclava simulada? Un artículo de John Wyatt.
Fue justo entonces cuando la invitada abrió su boca para exclamar con cierta satisfacción y regusto, ¡ahí se ve una flor seca!
La prostitución vive su época dorada, por el poder de la tecnología.
No cualquier tiempo cronológico es adecuado para una determinada acción.
¿La promoción de las "relaciones" con las máquinas contribuirá al bienestar de la sociedad y al florecimiento humano, o proporcionará nuevas oportunidades para la manipulación y el engaño de los más vulnerables?
Lo que generaciones enteras construyeron con gran esfuerzo, para beneficio de muchos, queda pulverizado en poco tiempo.
Entre el niño y el hombre, entre la niña y la mujer, existe una continuidad indestructible.
Únicamente deseo que permanezcas a mi lado. Que dejes fluir mi fe en medio de la desesperación.
El haber rechazado a Dios nos está llevando a situaciones que muchos ni imaginaban.
El bien hace bien al que lo practica; el mal hace mal al que lo cultiva. Se trata de una regla universal e intemporal.
¿No había leído Jefté que Jehová había dicho “no matarás”? ¿Quién era él para disponer en frío, sin delito, de la vida de una persona?
Como hay una propensión en la naturaleza humana al desquite y la revancha, es por lo que se establece la norma de no sobrepasar el daño recibido.
El destierro crea distancia, acrecienta el frío, provoca una agria sensación de abandono.
Queremos racionalizarlo todo, pero cuando nos hablan de Dios, ninguna razón sirve.
Este asunto es demasiado antiguo. Algo parecido le ocurrió a Caín con Abel en su estatus ante el Señor.
Nunca hay consonancia en Proverbios entre sabiduría y maldad, ni entre justicia y necedad.
¿Quién puede darnos razón de la desenfrenada sinrazón en la que el mundo está sumido?
El renuevo hace que lo viejo quede excluido, olvidado en un cajón en el que nunca debemos volver a mirar.
Si renunciamos a Dios, dejamos de pensar y dejamos de descubrir quienes somos, porque ya nada importa: un día nacimos, y otro moriremos.
Pocas veces ante las Sagradas Escrituras somos capaces de percibir cómo el golpe mortal de la inspiración sagrada coincide con el de la inspiración poética de grandes dimensiones.
Son religiosos, los dos son creyentes y acuden al templo.
El cine de 2019 ha vuelto la vista atrás, pero no sólo para situar las historias en un tiempo reconocible, sino para recobrar la mirada perdida.
Queremos algo distinto, pero cualquier cosa menos esa Navidad que nos molesta porque exige de nosotros una respuesta que nos cambiaría la vida.
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