¡Piensa!

El famoso rapero Mc Hammer canta con Tramaine Hwkins y un coro góspel una melodía impresionante, Do not pass me by, en la que entre otras cosas dice:  

“Yo te amo, Señor, y lo haré hasta el día que me muera 

No te olvides de mi, no pases de largo (…)

Mantenme a salvo en este mundo lleno de maldad,

Señor, a veces estoy llorando (…)

Cuando pienso en tu bondad y veo lo que has hecho por mi,

Mi alma canta ¡Aleluya!” .

Dios nos busca de muchas formas diferentes: nos habla, mueve las circunstancia para que le conozcamos, pone personas a nuestro lado para que le escuchemos… Nunca “pasa de largo”. Lo que quiere es abrazarnos. Déjame ponerte un ejemplo que aparece en el evangelio de Juan (1:43-51): Natanael es el tipo de persona racional que quiere comprenderlo todo y ¡si puede! controlarlo todo. Estudia y pregunta, piensa y busca respuestas; y de pronto encuentra alguien que se las da. 

Cuando le dicen que el Mesías viene de Nazaret no lo cree: es una villa demasiado pequeña como para que algo bueno pueda ocurrir allí. Natanael me recuerda los prejuicios que muchas veces tenemos, ideas preconcebidas que gobiernan nuestros razonamientos sin que nos demos cuenta. Es curioso porque queremos racionalizarlo todo, pero cuando nos hablan de Dios, ninguna razón sirve. Incluso hay quién me ha dicho “Dios no existe y punto”.

A veces las personas que se creen más racionales son las que menos piensan. Pero cuando el Señor le confiesa a Natanael que le vio cuando estaba debajo de la higuera, todas las argumentaciones de nuestro amigo se desmoronan. No sabemos lo que había sucedido en aquel lugar, pero lo cierto es que cuando el Señor nos deja ver que nos conoce y que nos está buscando, nos sentimos “descubiertos” en el buen sentido de la palabra. De repente Él nos muestra algo que nadie más sabe y entonces reconocemos que Dios es Aquel a quién llevábamos tanto tiempo buscando.

En ese momento, Jesús proclama públicamente que Natanael es una persona íntegra, que quiere hacer el bien y que busca la justicia y, por si fuera poco, le asombra aún más al contestarle: “Verás cosas mucho más grandes” (Juan 1:50). Seguir al Señor es también razonar, pensar, decidir… ¡No tiene nada que ver con lo que algunos afirman de que a los creyentes les han lavado el cerebro! Cuando nos dejamos encontrar por el Señor lo que sucede es impresionante: Cada día nos deja más admirados. Cada momento merece la pena ser vivido porque lo que llegamos a conocer nos desborda por completo. Y nuestra mente comprende que estamos viviendo una aventura extraordinaria, nada más ni nada menos.