El tweet de Dios sobre la educación del niño

Que las primeras etapas de la vida son determinantes para lo que vendrá después, es algo que la experiencia nos enseña y no solamente en la esfera humana sino en cualquier ámbito de la existencia. Según sea el crecimiento y el desarrollo del árbol cuando está tierno, así quedará después. Si su tronco ha sufrido deformaciones en el periodo temprano, que no han sido corregidas a tiempo, las tales permanecerán hasta que el árbol muera. 

El soporte más antiguo de escritura que se conoce es la arcilla, debido a su abundancia y asequibilidad. En Mesopotamia y otros lugares se humedecía la arcilla para que estuviera blanda y luego con una cuña se imprimían los caracteres, tras lo cual se dejaba secar la tablilla. Mientras estuviera dúctil y maleable, era posible corregir el texto, pero una vez seca, era irreversible lo que se hubiera escrito. Hasta nosotros han llegado tablillas cuneiformes que tienen una antigüedad de 5.500 años, con un mensaje que ha perdurado incólume a lo largo de los siglos.

La vida de un ser humano se parece bastante a la arcilla, siendo de hecho ésa la composición original del primer hombre (Génesis 2:7). Por eso, es decisivo el trabajo que se hace cuando esa arcilla está en las primeras etapas de la vida, pues lo que se grabe entonces, es lo que perdurará.

Hay un tweet de Dios que muestra la importancia que tiene la educación del niño y es el que dice: ‘Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.’ (Proverbio 22:6). Hay un contraste entre las palabras niño y viejo, al ser dos fases de la vida totalmente opuestas, pero hay un hilo conductor que las une y es la instrucción o preparación efectuada al principio. Según fue entonces, así será después. Es decir, lo que se siembra al principio, es lo que sigue al final. Naturalmente, hay muchos otros factores que en el curso de la existencia van a intervenir, pero las piedras angulares que se pongan al comenzar la edificación de esa vida serán perpetuas. Entre el niño y el hombre, entre la niña y la mujer, existe una continuidad indestructible.

Es por eso que la educación de los niños es tarea vital, no solo porque se define la configuración de una vida, sino porque también está en juego la configuración de toda una sociedad. Siendo conscientes de esto, es por lo que hay tantos intereses para imponer las pautas según las cuales hay que educar a la generación que ahora está surgiendo. Si hay alguien a quien le asiste el derecho de hacerlo es a los progenitores, dado que son ellos los que han traído al mundo a la nueva criatura. Si el Estado fabricara los niños, entonces la competencia sería del Estado. Si el gobierno los produjera, sería suyo el derecho exclusivo de formarlos. Si tal o cual grupo o partido político los causara, le correspondería esa función. Pero como son los padres los autores, ellos son quienes tienen ese derecho, que es también deber. Sustraérselo, es robo. Disputárselo, es violación. Robo y violación de un derecho fundamental.

El tweet enseña que esa tarea se debe hacer con sentido y proporción, de ahí la expresión ‘en su camino’, que en una traducción más literal sería ‘conforme a su camino’ o ‘según su camino.’ El niño es una persona, no un objeto que puedo manejar a mi antojo. No se trata de una cobaya, con la que puedo hacer experimentos de laboratorio, para ver qué resultados obtendré. Actualmente, muchos pretenden hacer eso precisamente, despojando a los padres de su papel, a fin de sembrar sus propias ideas, con el propósito de inculcarlas en las mentes todavía tiernas, para que queden grabadas en ellas para siempre. Estos ensayos de ingeniería pedagógica, además de partir de una premisa transgresora, como es disputar a los padres su función educadora, van paralelos a los de la ingeniería genética, que altera la constitución orgánica de los seres humanos. La diferencia entre la primera ingeniería y la segunda, es que una afecta al alma y la otra al cuerpo. Pero ambas son atropellos contra el ser humano.

Instruir al niño ‘conforme a su camino’ significa que los padres deben hacerlo responsablemente y sabiamente, porque cada niño es irrepetible y único. No son clones en una factoría, todos iguales, que pasan por una cadena de montaje, en la cual se van ensamblando las piezas de forma mecánica y robotizada. Cada niño tiene una personalidad, lo cual requiere un trabajo específico y concreto. En el mundo de la artesanía hay piezas hechas en serie y otras hechas a mano. De las que están hechas en serie, una máquina fue la autora; de las que están hechas a mano, una mente y un corazón fueron los artífices. La diferencia entre lo primero y lo segundo es abismal.

Pero instruir al niño ‘conforme a su camino’ no quiere decir formarlo de acuerdo a su propio capricho o terquedad, porque entonces lo que se estaría haciendo es formar un monstruo. El niño necesita de sus padres indefectiblemente y los padres no pueden dejar que el niño decida por sí solo, porque su misma condición de niño ya supone una limitación evidente. Mucho menos que sean otros, en nombre del niño, los que decidan su senda en la vida. Pero los padres necesitan tener siempre presente que el niño no es una cosa, sino una persona. ¡Qué tarea más vital y compleja es la que este tweet de Dios enseña! Una tarea a la que ningún padre debe renunciar.