El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Ganar un alma es darle sentido y significado a la existencia de los que nos rodean ¡Es una conquista que supera cualquier otra experiencia!
Los problemas de los otros nos parecen lejanos, y en los días en los que nuestros amigos nos necesitan, muchas veces “desaparecemos”.
Nadie puede decir que vive en la voluntad de Dios si envidia a otros, y cree que él (o ella) es el mejor, el primero, el más importante de todos.
Necesitamos derrochar gracia, bendecir, ayudar, consolar, animar a los demás; arriesgar nuestra reputación para estar al lado de quien lo necesita, como Bernabé lo hizo.
Busca a Dios antes de que pase más tiempo. Hazlo con todo el corazón.
A lo largo de la historia, muchas personas se han sentido menospreciadas por el color de su piel.
Aparentamos haber vencido el miedo a todo, pero la realidad es que construimos corazones llenos de temor.
Sí, el Señor se acerca, cada vez más, cada día más... y su manifestación de gloria será impresionante.
Las personas que luchan y ayudan a otros durante los días que tienen en la tierra, son los realmente triunfadores, los ejemplos que todos deberían observar.
¿Podemos servir a Jesús sin cicatrices ni heridas? Si Él las tiene, y es nuestro maestro, ¿cómo no vamos a tenerlas nosotros?
Uno de los mayores problemas en nuestra vida es que no permitimos que nada se nos escape de las manos.
Muchos se dedican a ganar basura mientras pierden lo realmente importante.
Podríamos señalar cientos de ejemplos así: personas a las que nadie conoce, pero cuya trascendencia en la vida de otros es extraordinaria.
Las cosas más sencillas son las que marcan la diferencia en las relaciones. No lo que nosotros creemos trascendental, sino el aprender a hablar con el corazón.
“La victoria queda escrita en los libros, pero la manera de jugar permanece en la mente y el recuerdo”, decía Sacchi.
Un hijo de Dios siempre tiene la posibilidad de levantarse otra vez y seguir adelante.
Es normal equivocarse. Lo realmente difícil es reconocer nuestros errores.
El ejemplo de amistad que Jesse y Lutz dieron al mundo fue impresionante, quedó escrito en la historia.
Ninguna persona puede considerarse viejo para servir al Señor y a los demás.
El “tiempo libre” se llena de “diversiones” para no pasar un solo momento de silencio para que pensar, porque con los pensamientos aparece el miedo.
Nada hay más importante que descansar en la gracia de Dios cuando llega el invierno.
Lo que somos nadie nos lo puede quitar, porque está en las manos de Dios.
Piensa en la huella que vas a dejar en tus amigos, en tu familia, en tus hijos. Piensa en cómo quieres ser recordado.
No pienses que Dios tiene que hacer lo que tú le dices. Él es infinitamente bueno, sabio y poderoso para cuidarte.
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