El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El lugar de Calvino dentro de la teología reformada por supuesto que no está sujeto a discusión. Lo que salta a la vista son las distintas formas de apropiarse de su legado.
El autor del Quijote leyó bastante a Valdés y huellas de estas lecturas aparecen en la famosa novela del escritor alcalaíno; este hecho tiene su importancia.
Si la iglesia quiere ser seguidora de su Maestro debe mostrar las mismas prioridades que tuvo Jesús.
“¡Dios! Dios está en lo inmenso, en la altura, ¡quién sabe! ¡Me abismo en Él si pienso! ¡En ese hondo misterio todo cabe!”.
Las cosas que son peculiares en el Evangelio de Juan, están entre las más preciosas posesiones de la Iglesia de Cristo.
Nuestra opinión es que Cervantes conoció y leyó los sagrados escritos en lengua de Castilla.
Esta nueva Misión Evangélica Urbana genera una expectativa de bendición para la obra social en nuestros ámbitos evangélicos.
La mentira y la muerte: eso define la esencia de los diabólico. Miente para poder matar, y mata para imponer sus mentiras. Su reino es un reino de falsedad y violencia.
¿Por qué ignorar a autores de obras importantes por el hecho de haber tenido ideas políticas distintas a las que ahora parece profesar la mayoría?
Trata Cervantes de la Cruz de Cristo empleando un lenguaje que, de no estar en verso, diríase escrito por San Pablo.
En el fondo de los sepulcros están las figuras fantasmales del mal aunque nos esforcemos para cubrirlas con mantos farisaicos.
Un programa mensual que “forma e informa, pero también proclama el Evangelio, fin último de la Sola Fe, Sola Gracia y Sola Escritura de la Reforma protestante”.
En muchas formas, este relato corresponde a la triste experiencia de muchas madres latinoamericanas.
El 28 de enero fue el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, quien unió a la queja. Dijo: “España no debería dejar pasar la oportunidad de darle a esta efeméride el eco y la resonancia que nuestro escritor epónico merece”
No basta con decir que Cervantes conoció los textos sagrados. Esto es decir muy poco. Los amó, se identificó con ellos.
¿Será que presentamos el Evangelio de la gracia y nos olvidamos del Evangelio de la misericordia?
¿Qué puede haber más angustioso que creer en Dios pero sentir sólo su ausencia, nada de su presencia?
El fin principal que se propuso Cervantes fue, como él dice, deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tenían entonces los libros de caballería.
Es imposible buscar el rostro de Dios dando la espalda al rostro de los sufrientes de la historia, dando la espalda al hombre.
El texto dice que el dragón representa al diablo y el niño a Jesús. El significado simbólico de la mujer es más complicado y muy discutido.
Autores ingleses, norteamericanos y algunos franceses hacen de Shakespeare ya miembro de la Iglesia Anglicana, ya hugonote, puritano, calvinista, maniqueo, humanista cristiano, etc.
Para Cervantes, todo cuanto la Biblia dice es verdad, y en esta verdad descansaba su fe y su conciencia religiosa.
Es necesario salir a los cruces de los caminos, allí donde se mueven los proscritos de nuestra historia. Dios invita.
Es difícil esperar algo de la vida, cuando estás de vuelta de todo. Ya no crees en nada, ni en nadie.
“A ti, mi Dios deseado y deseante, sólo puedo llegar por la fe, fe de niño o fe de viejo… En Jesús, que iba creciendo conmigo, yo fui viendo a mi Dios de entonces, su Padre, el Padre Dios, el Padre eterno”.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.