El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Qué valor le damos a mantener las propias convicciones cristianas anteponiéndolas a cualquier otro provecho?
Cuando el miedo se introduce como vector del comportamiento frente a los otros, a menudo aparecen las pasiones más bajas en forma de violencia y odio.
La tarea de gobierno debe encomendarse a personas sabias, honradas, decentes, integras y con un verdadero y sincero interés por servir al pueblo.
Conocer y creer al Dios bebé, el Señor de Señores, nos ha enseñado que este mundo solo cambia cuando se buscan primero los valores del reino de Dios y su justicia.
Tú siempre eres más de lo que podamos imaginar.
Jesús escoge la alegría, el gozo, el disfrute humano de una sencilla boda de pueblo para darse a conocer.
El dinero no hace la felicidad, claro está, pero gracias a su convincente poder fascinador, produce algo tan parecido que la diferencia es cosa de especialistas.
El Jesús interpretado a partir de su vida, muerte y resurrección, con toda la carga de radicalidad evangélica que plantea, constituye lo no negociable del cristianismo.
Se publica en formato libro-disco y con una finalidad solidaria.
¿Estamos haciendo las cosas al revés, pensando en los presupuestos antes de poner nuestros propósitos, como iglesia local, en sintonía con la Escritura? Un artículo de Eduardo Bracier.
Renunciar a los hechos es renunciar a la libertad. Si nada es verdad, todo es espectáculo.
En un mundo que se sujeta a sus propias falsedades, la verdad acaba resultando ser el consenso de la mayoría, aunque objetivamente sea absurda e increíble desde las propuestas de la razón.
El autor del libro de Eclesiastés analiza la existencia desde todos los ángulos posibles.
Añadimos nuevas propuestas al modelo de hombre por el que apuesta nuestro mundo desde la nueva “Religión del Mercado”.
Presento una radiografía de la sociedad que, aunque nos cause asombro, sorpresa y tal vez vergüenza, hemos edificado en las últimas generaciones.
¿Es posible existir entretenidos solo en cosas, de tal modo que la vida se nos escape entre las manos sin poder disfrutarla en realidad?
El vendrá, sin ninguna duda, lo ha prometido. La pregunta es ¿qué encontrará cuando lo haga?
La fe nos ofrece la posibilidad de continuar confiando en Dios, al mismo tiempo que aceptamos los límites de nuestra humanidad.
¿Existe otra forma de vivir? ¿O debemos conformarnos con ser parte del sumiso “rebaño lanar” en un mundo corrupto?
Habacuc es el portavoz de las grandes preguntas que creyentes y no creyentes se han hecho a lo largo de la historia.
En el escaparate de las apariencias, si yo me lo creo y los demás me lo confirman, ¿para qué quiero más? ¡Qué deshumanización más radical!
Es en momentos así donde se juega la fe cristiana el todo por el todo. Y, entonces, hay que preguntarse ¿Vale la pena creer en Dios?
¡Qué ejemplo el tuyo, Joana!! Nunca lo olvidaré.
La vejez no puede interpretarse como una vida perdida, porque se convierte en una existencia acumulada para que los demás contemplen su belleza y hermosura.
Dios está caminando en medio de los sanitarios que se enfrentan a situaciones imponderables que desbordan todas las posibilidades humanas.
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