El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Las buenas obras las hacemos porque Cristo nos salva y santifica. Son resultado de la salvación pero no el medio de alcanzarla.
No hay segundas oportunidades tras el aterrizaje.
Cristo te extiende Su mano. Él sabe que necesitas la salvación y te la ofrece gratuitamente si confías en Él.
Si Jesús fue un simple carpintero, ¿por qué tomarse tantas molestias? ¿Qué tiene de amenazante este hombre que a menudo se le recuerda yaciendo sobre una cruz, aparentemente indefenso?
Si el profeta Isaías apunta a la presciencia como uno de los atributos únicos e intransferibles de Dios, ¿qué conclusión podemos sacar acerca de Jesús?
El cristianismo es la cosmovisión que mejor nos cuenta la historia completa, la historia verdadera de por qué hay algo en lugar de nada, de por qué tememos a la muerte y porque necesitamos amor.
Cuando leemos que Dios “es el Salvador de todos los hombres”, no quiere decir que todos se salvan.
El deporte nos puede dejar valiosas lecciones para la vida.
Lo que la Biblia nos enseña sobre la etapa de la vejez.
Un diálogo acerca de los méritos para acceder al cielo.
Te pregunto: ¿Le prestas la misma atención a tu alma que a tu cuerpo?
El salmista se queda a cuadros al reflexionar acerca del hecho de que Dios lo sabe todo y está en todas partes.
Un proceso verdadero de conversión comienza con un cambio en el interior.
Beber en exceso tiene consecuencias nefastas para el cuerpo, pero también para el alma.
Esta droga virtual está produciendo más hombres sin masculinidad que nunca, hombres solteros con nulas habilidades para acercarse a una mujer más allá de una pantalla y hombres casados infectados por idealizaciones femeninas.
El no actuar conforme a la creencia de uno conlleva consecuencias que se sufren en carne propia.
Dios sabe que pasaremos por esos momentos malos, donde parece que se nos acerca la muerte.
Una reflexión sobre nuestra naturaleza y nuestra forma de pensar y afrontar la existencia.
“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”.
“Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Dios” (1º Samuel 7:12).
El amor de Dios no conoce barreras raciales, étnicas, lingüísticas...
Si deseas conocer a Dios, lo puedes hacer por tanto a través de Su Palabra, la Biblia.
“Apologética es dar respuestas coherentes sobre nuestra fe, pero la cultura popular es el megáfono para que sean efectivas”.
Reflexionemos sobre la necesidad de compartir el evangelio.
“Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
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