El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Haber nacido, crecido y estar vivos en este mundo poblado por seres habituados a costumbres y tradiciones pecaminosas hace necesario anunciar la Palabra de Dios.
Aquel cuya llegada se celebra en estos días nació en un sucio pesebre de Belén de Judea acompañado de animales y pastores, sin grandezas, ni gigantismos.
Si Dios es Jesús de Nazaret desde su nacimiento, es preciso preguntarnos: ¿Qué aprendemos acerca de Dios en la primera Navidad?
En pleno siglo XXI sigue habiendo enseñadores que, desde los púlpitos, alientan a celebrar fiestas mundanas; y los por ellos engañados que confunden su complicidad necesaria con tolerancia divina. Esto ya ocurría en Tiatira en el siglo I.
Debemos aprender a valorar esas formas de expresar el evangelio que, sin comprometer la verdad esencial acerca de Cristo, pueden no corresponderse con nuestro estilo. El gusto no es suficiente para cuestionar la sinceridad.
Se habla de la fusión como una fuente de energía inagotable y limpia. Es cierto. Ahora bien, lo recién logrado en EEUU es muy importante, pero aún queda mucho camino hasta conseguir una planta comercial.
El hecho de que un fenómeno evangelístico adquiera una capacidad de influencia internacional, no debe suponer que renunciemos a la reflexión crítica, sin perder de vista el amor que nos une por el mismo mensaje.
A través de libros, conferencias y participaciones en distintos medios de comunicación, Gabino difundió el evangelio y las historias de aquellos transformados por su mensaje a lo largo de la historia en España.
En las Jornadas de Bioética se exploró la responsabilidad humana del cuidado de la creación, un asunto altamente politizado en el debate social, pero que “debe ir en paralelo” al cuidado del ser humano, mantuvo John Wyatt.
Una reflexión previa a la paternidad, en un año en el que la realidad del contraste entre la vida y la muerte ha sido especialmente notoria.
De lo que se trata es de entender que todo lo que hacemos, sin importar lo que sea, ha de perseguir el bien de los demás.
Miguel Wickham participará en las próximas Jornadas de bioética, donde uno de los temas principales será el compromiso cristiano con las cuestiones climáticas y de cuidado del medio ambiente.
Matthias Boehning, representante de la Alianza Evangélica Mundial, comparte sus impresiones después de asistir a la conferencia climática global en Egipto.
John Wyatt, el conferenciante principal del las próximas Jornadas de Bioética, explora en esta entrevista la respuesta cristiana a diversos temas candentes, como aborto, eutanasia, inteligenca artificial y cuidado de la creación.
Ofende a Dios la comunidad de fe cuyos miembros introducen en ella hábitos pecaminosos. Los fieles testigos de Jesucristo marchan contracorriente gracias al poder del Evangelio.
El pueblo se defiende de la adversidad huyendo, renunciando a seguir y pretendiendo volver atrás. ¿Por qué?
Tomemos en serio las advertencias que se nos han dado, arrepintámonos de nuestra codicia personal y sistemática y sirvamos al Señor y a nuestro prójimo con alegría y esperanza. Un artículo de David Smyth.
El anhelo de la inmortalidad ha revestido la visión de la existencia en cada civilización. Vivimos constantemente preguntándonos por esta vida y buscando extravagantes formas de conservarla.
Encuestas realizadas recientemente en Alemania y los Países Bajos analizan las decisiones diarias de los miembros de la iglesia para ver si difieren del resto de la sociedad.
“El 5% de los países más ricos emite más gases de efecto invernadero que el 50% de los más pobres”, dicen desde A Rocha.
Desde Honduras, Alejandro Escobar, del Banco Interamericano de Desarrollo, nos ha hecho llegar un texto que compartimos con nuestros lectores.
Las cosas que edificamos sobre anhelos egoístas y con una conciencia carente de sentido, con el tiempo se vuelven banales y molestas. Nos incomodan hasta que desaparecen.
Martín Lutero no deseaba crear una nueva iglesia, sino reformar la iglesia de la época, eliminando toda la corrupción que durante siglos fue acumulando.
Arrepiéntete; da la vuelta y ve para el otro lado. Detente; deja de tolerar el compromiso mundano, el yugo desigual con el mundo pagano y su impureza, inmoralidad e indulgencia con los pecados culturales.
Si eliges la “píldora roja” abrirás tus ojos a la realidad porque tendrás claro que necesitas “desenchufarte” de la corriente de este mundo.
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