La costa sudeste de África ha vuelto a ser golpeada por un devastador temporal. Al igual que ocurrió en 2019 con el ciclón ‘Idai’ en Mozambique, esta vez ha sido ‘Freddy’ el que ha afectado a partes de Madagascar y del litoral mozambiqueño, pero sobre todo al sureste de Malawi. 

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Al menos 600 personas han muerto en el país como consecuencia del efecto del ciclón ‘Freddy’y hay otras 500 desaparecidas bajo los escombros. Las autoridades también han informado de más de medio millón de desplazados, para los que se han improvisado más de 500 campos de refugio. Las labores de recuperación de los desaparecidos se desarrollan lentamente a causa de la falta de equipos de excavación. “En algunas de las zonas necesitamos una excavadora para poder excavar entre esos escombros y tal vez encontrar algo”, ha asegurado el vice-inspector general de la policía al cargo de las operaciones, Casper Chalera.

Al mismo tiempo, en la región norte de Malawi, en el distrito de Karonga, una larga sequía (más de 25 días sin precipitaciones) ha afectado a unas 8.700 hectáreas de maíz y 10.200 de arroz. Cifras de escándalo en un país en el que más de 3,8 millones de personas (alrededor del 20% de la población) ha necesitado asistencia alimentaria entre octubre de 2022 y marzo de 2023. De hecho, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas reclama al menos 27 millones de dólares para asistir a los desplazados por el ciclón ‘Freddy’.

“El país necesita apoyo significativo”, ha señalado el director de WFP en Malawi, Paul Turnbull. “El nivel de devastación que estamos afrontando aquí es mayor que lo que tenemos a nuestra disposición”, ha dicho.

[photo_footer]El desastre ocasionado por 'Freddy' ha provocado que en algunas zonas se dispare el precio del maíz. / Captura de pantalla YouTube, BBC.[/photo_footer]

Ayuda material e inmaterial

En las regiones afectadas por el temporal, como Nsanje, el precio del maíz ha llegado a multiplicarse hasta un 300%, según informan desde el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas. “La lluvia empezó a caer a medianoche. Cuando nos dimos cuenta de que el agua entraba en casa, empezamos a sacar a nuestros hijos uno a uno. No conseguimos llevarnos ni comida ni ropa. Solo conseguimos salvar la vida”, explica Mervis Soko, un agricultor cerca de Blantyre. “No hay nada que podamos volver a cosechar”, añade.

Por eso, se necesita ayuda con la proporción de alimentos, según señala a Protestante Digital la secretaria general de Asambleas de Dios en Malawi, Matilda Matabwa. Pero no es lo único. “Los desplazados necesitan elementos como tiendas de campaña, paquetes de higiene sanitaria, medicamentos, ropa, mantas, dispensadores de agua, mosquiteras, filtros de agua, lonas para los refugios, jabón de manos antibacterial, linternas, utensilios de cocina y colchonetas”, añade.

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También, subraya Matabwa, se requiere de “servicios de salud mental y psicosociales en los campos y en los distritos afectados”. “Servicios de derivación de casos de violencia de género vinculados a los campamentos de refugiados, espacios seguros para niños y niñas adolescentes en los campos, provisión de tiendas separadas para primeros auxilios psicológicos y un aumento de los servicios de seguridad en todos los campamentos y comunidades de acogida”, agrega.

Y es que, según explica Matabwa, tras el ciclón queda una situación de incertidumbre e inseguridad para miles de familias que puede abocarlas a peligros como el tráfico humano o la violencia sexual. “El hacinamiento de mujeres, adolescentes y niños desplazados en refugios genera un riesgo de violencia sexual”, dice. La situación puede verse agravada por la “separación y la orfandad de niños en los campos, y la interrupción de los espacios seguros de los niños y de los servicios y estructuras de protección por proveedores de estos servicios que están sobrecargados”.

[photo_footer]El ciclón 'Freddy' ha vuelto a despertar las críticas sobre cómo los efectos de la crisis climática se viven, sobre todo, en los países menos contaminantes del planeta. / Captura de pantalla YouTube, BBC.[/photo_footer]

El efecto de la crisis climática

El presidente de Malawi, el pentecostal Lazarus Chakwera, aseguraba en redes sociales que “después del ciclón Freddy, la mayoría de actividades sociales y económicas deberían basarse en iniciativas respetuosas con el clima”. “La adhesión a estrategias viables de gestión y adaptación del cambio climático es clave”, añadía.

Only climate-friendly ventures should inform most of our social & economic activities post #CycloneFreddy. Adherence to workable climate change management & adaptation strategies is key.#OperationTigwiraneManja pic.twitter.com/KBRkw3bFVJ

— Dr. Lazarus Chakwera (@LAZARUSCHAKWERA) March 25, 2023

Como ocurrió con el efecto de ‘Idai’ en Mozambique, donde un año después del ciclón seguían con las labores de reconstrucción, el temporal ‘Freddy’ ha provocado que algunas voces vuelvan a denunciar que son las regiones menos contaminantes del planeta las que más afectadas se ven por la crisis climática. Lo que ha sucedido, dice Turnbull, “es un llamamiento al mundo para que no dé la espalda a la crisis climática”.

“La destrucción y el sufrimiento que he presenciado en el sur de Malawi es el rostro humano de la crisis climática mundial”, ha afirmado la coordinadora residente de las Naciones Unidas para Malawi, Rebecca Adda-Dontoh. “Las personas con las que me he reunido, muchas de las cuales han perdido sus hogares y a sus seres queridos, no han hecho nada para provocar esta crisis climática”, ha añadido.

Una de esas personas es Alex Mattias, de Blantyre. “La primera ola fue de agua que bajaba por la colina. Pero la segunda vino con una avalancha de lodo que tenía rocas y árboles”, dice al recordar cómo perdió su casa y su medio de vida. “Esperamos que siga llegando más ayuda porque los supervivientes son demasiados. La vida es dura, sobre todo para los niños pequeños”, añade.

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[title]“Orad por más apoyo”[/title]

[text]Las iglesias evangélicas del país se han involucrado en la catástrofe como han podido, explica Matabwa. “Están proveyendo refugio a las personas desplazadas en las zonas afectadas”, dice. “Por supuesto, los locales de algunas iglesias han sido destruidos”, añade.

La secretaria general de Asambleas de Dios en Malawi pide oración por la “restauración” del país. “Orad por la estabilidad económica del país, por el presidente, para que se mantenga firme en su fe, y por más manos de apoyo para restaurar las propiedades y las infraestructuras dañadas”, remarca.

También pide oración por recursos para la reconstrucción y paz para la nación, así como por “la sanidad física y espiritual de los afectados” y “por consuelo divino para aquellos que han perdido a sus seres queridos”. “Orad para que la iglesia se alce y provea esperanza a los afectados”, añade.[/text]

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