El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En base a la distribución geográfica de las especies, la teoría de la evolución afirma que aquellos animales que viven juntos en un área determinada evolucionan de forma similar.
El texto de Deuteronomio que se refiere a la vid de Sodoma se inscribe en el contexto de la impotencia de los ídolos frente al Dios de Israel.
La teoría de la deriva continental no empezó a tomarse en serio hasta que, en el año 1912, el geofísico y meteorólogo alemán Alfred Wegener publicó su famoso artículo.
La vid se ha considerado siempre en la Biblia como una de las tres plantas fundamentales de la cultura mediterránea: vid, olivo e higuera
Primero se supone que la evolución de las especies se ha producido por mutaciones a un ritmo constante y después se afirma que el reloj molecular demuestra la evolución de las especies en el tiempo.
Las grandes hojas del “árbol paraguas” están perfectamente dispuestas para escurrir las gotas de agua de las frecuentes lluvias que se dan en las selvas australianas.
Diferentes líderes evangélicos en España han reflexionado sobre el carácter de la apologética, la renovación del culto y la relación con el evolucionismo en unas jornadas organizadas por IBSTE.
No se trata ya de un solo tronco ancestral del que surgieron todas las ramas de los seres vivos, sino que las principales categorías de organismos estaban ya presentes en el comienzo de los tiempos. Esto es precisamente lo que predice el Diseño inteligente.
En la Biblia, las víboras aparecen siempre como símbolos negativos por el peligro que entraña su veneno.
La conocida mariposa monarca constituye un ejemplo para nosotros en varios aspectos.
La vegetación de Israel y de la actual Palestina ha sido alterada a lo largo de los siglos por influencia humana pero todavía es posible reconocer tres ecorregiones principales
No es capaz de explicar los hechos comprobados por la embriología, ni constituye tampoco un argumento sólido en favor del darwinismo.
Las famosas vacas de Basán, son comparadas por el profeta Amós con las mujeres ricas de Samaria que “oprimían a los pobres y quebrantaban a los menesterosos”.
Las ideas de Weismann dividieron a la comunidad científica en facciones hostiles. La teoría del plasma germinal o germoplasma polarizó las opiniones debilitando al darwinismo.
El varano, igual que el resto de los lagartos y reptiles, era un animal impuro y no se podía comer.
El mendelismo implicaba una definición estática de las especies cuyos factores hereditarios eran constantes de generación en generación.
Según la Ley, los transeúntes hambrientos podían comer toda la uva que quisieran en los viñedos ajenos pero no tenían permiso para llevársela (Dt. 23:24).
Lo que tantos fósiles demuestran es que en el pasado existieron muchos más tipos básicos de organismos que en la actualidad.
La Biblia describe al unicornio como un animal impresionante por su gran fuerza y naturaleza indómita. No se refiere para nada al mítico caballo blanco medieval.
Desde principios del otoño de 1838, Darwin dedicó el resto de su vida a demostrar que la selección natural era el motor de la teoría de la evolución de las especies.
Jesús se compara a sí mismo con el grano de trigo, que primero debe caer en la tierra y morir, para después resucitar.
La misión de la ciencia es reflejar lo más fielmente posible la realidad natural, sin distorsionarla o entrar en especulaciones indemostrables.
Los humanos de los tiempos bíblicos debieron estar más familiarizados con las tortugas terrestres que con las acuáticas.
Esas famosas aves que se convertirían después en símbolos totémicos de la teoría de la evolución.
En la Biblia, se afirma que alma de la tórtola es símbolo de dulzura y debilidad. La Ley permitía que los pobres pudieran ofrendar animales poco costosos como las tórtolas.
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