El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Crónicas 2:8 parece indicar que el sándalo también crecía en el Líbano, pero, si esto era así, es evidente que habría sido introducido por el ser humano.
Las langostas causantes de a famosa plaga bíblica constituyen especies pertenecientes al ámbito de los saltamontes.
En la Biblia las salamanquesas eran considerados animales impuros por los hebreos.
A pesar de que no estaba incluida específicamente entre los vegetales que había que diezmar, los fariseos estrictos añadieron también la ruda.
Las rosas, tal como se conocen hoy, no se mencionan en la Biblia canónica, sino solamente en el libro apócrifo de la Sabiduría.
La palabra “roble” se usa para referirse a varias especies de árboles pertenecientes sobre todo al género Quercus, que es propio del hemisferio norte.
El ricino solo se menciona en el libro de Jonás como una planta que crece milagrosamente, sin que nadie la haya plantado, capaz de dar sombra en ambientes secos y cálidos.
La palabra “reptil” aparece casi veinte veces en la Biblia, tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento.
La Biblia se refiere a los rratones, en la lista de animales del Levítico, y lo coloca entre los inmundos.
En la Biblia las ranas entran en la categoría de animales impuros o no comestibles (Lv. 11: 9-12).
El quebrantahuesos, que era un animal impuro para los judíos, aparece sólo dos veces en el Antiguo Testamento,
La púrpura aparece en más de 50 versículos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y se refiere siempre al tinte de color rojo purpúreo a morado.
“Pulga” sólo se menciona dos veces en la Biblia, ambas en el libro de 1ª de Samuel, como símbolo de insignificancia o disparidad de fuerzas.
El puerro es un vegetal cuyo bulbo y hojas eran consumidos crudos por los israelitas durante su estancia en Egipto.
El término “pradera” se refiere a pastizales, herbazales o estepas donde crece la hierba para que pueda pastar el ganado.
Jesús aconseja hacerse tesoros en el cielo, pues allí ni la polilla ni el orín pueden destruirlos.
Los redactores de la Biblia pudieron tener acceso a una caña cuyos tallos más pequeños, secos y convenientemente tallados, fueron usados como plumas.
Los productos típicos de Canaán, entre los que se encontraban los pistachos, posiblemente le recordarían a José sus tiempos de juventud.
En las regiones calurosas y húmedas que bordean el rio Nilo proliferaron desde siempre estos pequeños insectos.
Tres son las especies de pinos propias de Tierra Santa: el pino de Chipre (Pinus brutia), el pino carrasco o de Alepo (Pinus halepensis) y el pino piñonero (Pinus pinea).
Los creyentes se identificaban entre sí, durante el segundo siglo, dibujando en el suelo o en las paredes de las catacumbas en Roma la figura simple del pez.
El perro es citado en la Biblia una cuarentena de veces, casi siempre como ejemplo de actitudes negativas.
En la Biblia, las perlas son símbolo de cosas valiosas que merece la pena conservar pero, a la vez, se enseña que existen características humanas más importantes.
La palabra que se usa para perdíz significa literalmente “el que llama”, aludiendo a su canto, y se menciona sólo dos veces en la Biblia (1 S. 26:20 y Jer. 17:11).
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