El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Atalía perdió la oportunidad de hacerse buena. Pero del mal árbol caen malos frutos.
Mujer de fe. Mujer generosa. Mujer activa, inteligente. Mujer de esas que saben ir por delante de los hombres.
Jezabel es la Herodias del Antiguo Testamento.
Cristo refirió la majestad y grandeza de la reina de Sabá y engrandeció el hecho de que tan ilustre mujer llegara de lejos para comprobar la sabiduría de Salomón.
La pesadumbre que atormentaba a David lo llevó a una decisión extrema, criminal.
Para unos, se trata de una auténtica comunicación con el más allá. Para otros no es más que un hecho diabólico.
La suave y humilde súplica de Abigaíl ablandaron el corazón de David, hombre de guerra, acostumbrado a las emociones fuertes.
Mical lo observaba todo desde una ventana cercana. Cuando llegó David, abrió toda su fuente de ironía.
Ana respetó el voto hecho a Dios. Cumplió su promesa.
En la genealogía de Jesús en Mateo constan dos mujeres, Rahab y Rut.
La cobardía es madre de la crueldad. El cobarde sólo teme a las consecuencias del peligro.
Es ejemplo de lo que una mujer debe evitar.
¿No había leído Jefté que Jehová había dicho “no matarás”? ¿Quién era él para disponer en frío, sin delito, de la vida de una persona?
Hasta llegar a Débora, la mujer en el Antiguo Testamento estaba limitada y casi recluida en la tienda patriarcal.
La genealogía de Cristo en el primer capítulo de San Mateo incluye los nombres de cuatro mujeres de alguna forma emparentadas con el Maestro de Galilea: Tamar, Rut, Betsabé y Rahab.
Su actuación en un momento de la historia determinó el futuro del pueblo hebreo.
La verdadera causa de la separación entre Moisés y Séfora fue una discusión religiosa.
Esta hija del Faraón fue una madre adoptiva. Su acción se halla precedida de un amplio y detallado contexto que arranca desde el primer capítulo del Éxodo, segundo libro en la Biblia.
En el escaso espacio que le concede la Sagrada Escritura queda retratada como una mujer de pasiones ardientes y tumultuosas; ataca por debajo tierra y apela a la astucia para conjurar la tempestad.
No tuvo en cuenta la fuerza de un amor que había significado para el hombre con quien estaba en cama siete años de trabajos sin salario.
Una antigua tradición afirma que su recuerdo quedó perpetuado en un mausoleo al norte de Belén conocido con el nombre de Qubbot el Rahil, (tumba de Raquel).
La historia de Rebeca ha inspirado a ensayistas, dramaturgos y pintores de todos los tiempos.
Agar es el cuadro de la criada dócil y obediente, mujer débil que a causa del descontento de su señora es llevada a morir en un desierto.
La suya fue una risa secreta, pero ante los ojos de Jehová no existen los secretos.
Eva no fue cómplice del mal. Como tantas mujeres engañadas por el diablo, Eva lo fue también.
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