Para Ucrania y los ucranianos el tema del nacionalismo es una cuestión de supervivencia a la sombra de un imperio agresivo.

Para Putin y sus partidarios, todo ucraniano que no esté dispuesto a reconocerse como “ruso” o “pequeño ruso” (“maloros”) es un nacionalista. Un ucraniano que quiere seguir siendo ucraniano, vivir en una Ucrania libre, hablar su lengua materna y amar su historia y su cultura ancestrales, es un nacionalista.

Por tanto, los creyentes evangélicos ucranianos, que son uno con su pueblo y sufren junto a él, no pueden dejar de ser nacionalistas. Otra cuestión es cómo entienden el nacionalismo.

Durante los años de guerra, la identidad nacional de los ucranianos ha crecido y cambiado significativamente. Lo mismo puede decirse de las iglesias evangélicas.

¿Qué pueden ofrecer las voces evangélicas para complementar o corregir lo que piensan los ucranianos de a pie sobre su identidad nacional? ¿Qué contribución especial pueden hacer?

Entendiendo el tema del nacionalismo ucraniano en el contexto de la agresión en curso por parte de Rusia, prestaré atención a los cambios en la opinión pública y después a las reflexiones de los representantes de la comunidad evangélica sobre estos cambios.

En otras palabras, nos interesaremos por el desarrollo de la sociedad para comprender sus rasgos nacionales, pero aún más por el desarrollo de la teología evangélica para comprender estas transformaciones nacionales.

En primer lugar, hay que afirmar que el nacionalismo ucraniano no se caracteriza por un sentimiento de superioridad nacional. Sí, implica la identificación con la propia nación y sus intereses, pero no a costa de excluir o humillar a los demás.

No se trata del ascenso de una nación sino de la lucha por su independencia y soberanía, por el derecho a ser ella misma sin interferencias externas ni influencias intrusivas.

En este sentido, el nacionalismo no se dirige a los demás sino a uno mismo: aclarar, afirmar y proteger la propia identidad nacional en la lengua, la cultura, la religión y el estado.

También hay que señalar que el nacionalismo ucraniano moderno es más cívico que étnico. En otras palabras, no se basa en la sangre y la tierra sino en valores compartidos. Una sociedad basada en esta idea se ve a sí misma como abierta, libre y democrática.

En Ucrania, personas de diferentes orígenes étnicos, culturas, lenguas y religiones sienten que pertenecen a este país. Esta pacífica y rica diversidad es totalmente compatible con el deseo natural de un grupo étnico titular de preservarse a sí mismo.

[destacate]El nacionalismo ucraniano no se caracteriza por un sentimiento de superioridad nacional sino por la lucha por su independencia y soberanía, por el derecho a ser ella misma sin interferencias externas ni influencias intrusivas.[/destacate]Es la Ucrania ucraniana, no rusificada hasta el punto de fusionarse con los “fraternales” bielorrusos y rusos, y no europeizada hasta el punto de carecer de rostro, la que crea oportunidades para un próspero pluralismo político, cultural y religioso.

Además, en el contexto de la agresión constante de Rusia, el nacionalismo ucraniano puede considerarse en parte poscolonial, o postimperial. Este nacionalismo no es expansivo, ni agresivo, sino autoprotector.

Bajo los embates del imperio, Ucrania afirma su identidad y la defiende a toda costa. Sería extraño exigir a Ucrania que abandone el “nacionalismo” sólo porque esta palabra suena mal a los europeos excesivamente tolerantes.

Exigir esto a los ucranianos significa ponerse del lado de Putin, que justifica el estallido de la guerra por la necesidad de “desnazificar” Ucrania.

La lucha de los ucranianos por el derecho a ser ellos mismos es un serio desafío a los esquemas propagandísticos desarrollados en el Kremlin. Putin quiere presentar la Unión Soviética como una feliz hermandad unificada de naciones y, explotando este falso recuerdo, restaurar el imperio soviético.

En la época soviética se enseñaba que la nacionalidad, la historia, la cultura y las tradiciones familiares estaban perdiendo importancia, que el futuro pertenecía a una nueva especie de hombre: el ‘homo sovieticus’.

Hoy, esta idea supranacional comunista ha sido sustituida por la idea del “mundo ruso”. La resistencia desesperada de los ucranianos frustra los planes del imperio y parece una humillación para su ambicioso líder.

Al mismo tiempo, demuestra que los ucranianos son diferentes, que están dispuestos a pagar con sangre el derecho que Dios les ha dado a vivir a su manera.

Según una encuesta de opinión pública realizada por el Servicio Sociológico del Centro Razumkov, en 2017 “alrededor de una cuarta parte (27%) de los encuestados estaba de acuerdo con la afirmación: ‘los ucranianos y los rusos siempre han sido y siguen siendo naciones fraternas’, mientras que en 2023 esta cifra se había reducido a solo el 4%. En cambio, la proporción de los que opinan que ucranianos y rusos nunca han sido naciones fraternas aumentó significativamente”, del 16% al 43%.ⁱ

Se observa que ha disminuido radicalmente la proporción de ucranianos que se identifican con el pasado soviético y con Rusia como heredera de ese pasado. Al mismo tiempo, se ha reforzado la comprensión de los ucranianos como europeos.

Así se desprende del conjunto de cualidades típicas señaladas por los residentes en Ucrania con mayor frecuencia: amor a la libertad, laboriosidad, patriotismo, hospitalidad, orgullo nacional, pacifismo, amabilidad, entusiasmo por la vida, sinceridad, religiosidad, independencia de pensamiento y opinión, honradez, activismo público, individualismo y militancia.

El crecimiento de la autoconciencia nacional también es evidente en el respeto por los símbolos nacionales: “En comparación con los años anteriores, ha aumentado la proporción de quienes se sienten orgullosos de los símbolos estatales de Ucrania: la Bandera de Ucrania (del 26% en 2011 al 75% en 2023), el Escudo de Ucrania (del 25% al 74%), el Himno Nacional (del 22,5% al 69%). Asimismo, la proporción de quienes se sienten orgullosos de la lengua oficial de Ucrania aumentó del 32% al 74%.” (véase nota 1).

Estas cifras demuestran que la agresión militar rusa no ha hecho sino reforzar la comprensión de los ucranianos de su identidad nacional como pueblo amante de la libertad que comparte los valores europeos.

Contribución de las iglesias evangélicas a la comprensión de la identidad ucraniana

A continuación, prestaremos atención a la contribución de las iglesias evangélicas a la comprensión de la identidad ucraniana.

En primer lugar, los creyentes evangélicos ucranianos apelan no tanto a los valores nacionales como a los valores humanos y cristianos universales. Hacen hincapié en que el genocidio de Ucrania es un desafío no sólo para su nación, sino también para la humanidad.

Por un lado, se trata de un genocidio de ucranianos, una agresión destinada a destruir a un grupo étnico concreto. Por otro, se trata de un crimen contra la humanidad, y por tanto no puede sino afectar a todos.

Aquí quiero llamar la atención sobre algunas declaraciones importantes hechas en nombre de la mayoría de los cristianos ucranianos.

La primera de ellas expresa la posición general de las iglesias ucranianas y califica la guerra en Ucrania de “genocidio”:

“El mundo entero debería darse cuenta de que esto no es una ‘crisis ucraniana’, ni siquiera es una ‘guerra de Rusia contra Ucrania’ - es una guerra de humanidad, valores morales, virtud con maldad concentrada que tiene una naturaleza fascista satánica”.ⁱⁱ

El segundo documento se dirige a la comunidad cristiana mundial en nombre de los teólogos ucranianos y califica de traición a Cristo y a la Iglesia el apoyo a la guerra por parte de los creyentes rusos:

“Ellos [los evangélicos rusos] han cambiado la unidad compasiva con el Cuerpo crucificado de Cristo en Ucrania por la seguridad personal y la proximidad a la élite política del imperio. Por lo tanto, pedimos a la comunidad evangélica mundial que condene el silencio, el desapego y el apoyo abierto a la guerra con Ucrania exhibidos por los cristianos rusos”.ⁱⁱⁱ

Ambos expresan la misma idea importante: la “desnazificación” de los ucranianos llevada a cabo por Rusia es un desafío a todo el mundo civilizado y a la unidad de la Iglesia universal.

[link]Las iglesias afirman que una verdadera comprensión de la libertad debe estar arraigada no sólo en la cultura nacional sino también en la enseñanza cristiana .[/link]

No puedo olvidar las palabras de uno de esos ingenuos teólogos estadounidenses: “Estas son vuestras disputas locales entre rusos y ucranianos, no nos involucréis en esto”. Las iglesias ucranianas dicen que no se trata de una disputa local sino de un desafío al que todos tendrán que responder, participando en el genocidio o deteniéndolo.

En segundo lugar, las voces evangélicas subrayan el valor fundamental de la libertad y la diversidad religiosas. La identidad nacional ucraniana se caracteriza por el amor a la libertad.

Las iglesias afirman que una verdadera comprensión de la libertad debe estar arraigada no sólo en la cultura nacional, sino también en las enseñanzas cristianas.

El pastor Igor Bandura, principal orador internacional de los bautistas de Ucrania, destaca la peculiaridad de Ucrania como civilización de la libertad y la diversidad, en contraste con la mentalidad esclavista de los habitantes del “mundo ruso”:

“Ucrania es conocida en el mundo por su alto nivel de libertad religiosa y pluralismo religioso. Los únicos lugares donde se han producido problemas con la libertad religiosa son los territorios ucranianos ocupados por Rusia. La situación también parece deprimente, ya que casi todos los líderes de las principales confesiones religiosas en Rusia apoyaron directa o indirectamente la guerra de Rusia contra Ucrania y, por tanto, consintieron el sufrimiento de sus correligionarios en Ucrania”.^iv

Cabe destacar que las unidades militares rusas de ocupación suelen quemar bibliotecas y almacenes de literatura religiosa, especialmente en ucraniano e inglés, ya que los rusos la consideran literatura propagandística.

Este fue el caso de la Universidad Cristiana de Donetsk, el Instituto Cristiano de Tavriski, la Oficina de Irpin de Mission Eurasia y muchos otros lugares.

Así pues, las iglesias evangélicas declaran firmemente: mantener a Ucrania soberana y libre es una condición necesaria para preservar toda la diversidad religiosa de este país europeo tan grande.

En tercer lugar, las iglesias evangélicas ven a Ucrania como parte de Europa, pero entienden el proceso de integración europea desde una perspectiva cristiana y no secular. Aceptan la era secular como una realidad histórica y cultural, pero no capitulan ante el secularismo.

No renuncian a su identidad cristiana en aras de una identidad europea. No ven a Europa como anticristiana ni a Rusia como cristiana. Además, ven muchas más oportunidades para el renacimiento cristiano en la moderna Europa postcristiana que en la Rusia pseudocristiana.

[destacate]Al apoyar a su pueblo en la lucha por la libertad y el derecho a ser ellos mismos, los creyentes evangélicos ucranianos contribuyen significativamente a la comprensión de la identidad nacional.[/destacate]Como bien señala el teólogo británico Joshua Searle, “la historia de la ortodoxia rusa y de la antigua Rus' hasta nuestros días enseña claramente que el dominio político de la religión cristiana sobre la vida nacional no conduce al renacimiento espiritual sino que simplemente crea un fino barniz de religión nacionalista entre un pueblo cuya adhesión al cristianismo significa poco más que un apego nominal a una abstracción blasfema de la llamada Santa Rusia. Contra esta noción de imposición forzosa de los valores religiosos a través de la expansión territorial de la ‘Santa Rusia’, Europa defiende el principio de la libertad religiosa. El ‘principio de Europa’ es el principio de coexistencia, pluralidad y unidad en la diversidad. Está surgiendo una nueva generación de ucranianos que aprecia estos valores”.^v

Por último, el nacionalismo desde una perspectiva evangélica se considera abierto, pacífico e integrador. Discutiendo sobre cómo debería ser la sociedad ucraniana a la luz del Evangelio, Roman Soloviy ve en la vida y el ministerio de los seminarios evangélicos ucranianos un modelo de futuro para toda la nación:

“A medida que los seminarios evangélicos ucranianos han ido respondiendo misionalmente a los horrores de la guerra, nos hemos replanteado qué significa comunidad. Hemos llegado a ver la comunidad como una misión inclusiva y compartida para servir a los demás. Al hacerlo, nuestros seminarios han formado una comunidad reflexiva que trata de abordar las cuestiones urgentes a las que se enfrentan la Iglesia y la sociedad ucraniana desde perspectivas bíblicas; una comunidad compasiva que satisface las necesidades inmediatas de las personas que sufren la violencia y el desplazamiento; y una comunidad esperanzada que se niega a sucumbir a la oscuridad que nos rodea”.^vi

Si uno se pregunta cómo entienden los evangélicos el nacionalismo ucraniano, no hace falta leer sus libros y declaraciones para encontrar la respuesta, basta con visitar sus comunidades.

La guerra puso a la comunidad cristiana en el punto de mira. Si hay esperanza de lo mejor en algún sitio, es aquí.

Así, los ucranianos se ven a sí mismos como una nación separada en la familia de otras naciones europeas. El “mundo ruso” les parece la reencarnación del “imperio del mal” soviético.

Al apoyar a su pueblo en la lucha por la libertad y el derecho a ser ellos mismos, los creyentes evangélicos ucranianos contribuyen significativamente a la comprensión de la identidad nacional.

Apelan a los valores humanos y cristianos universales, subrayan la importancia de la libertad religiosa y la diversidad, recuerdan el legado cristiano y su relevancia para el futuro de Europa y también demuestran el papel especial de la comunidad cristiana a la hora de modelar el futuro de Ucrania.

¿Quién teme al nacionalismo ucraniano? Sólo deberían temerlo los enemigos de Ucrania, de Europa y del mundo. Nadie más.

Rev. Mykhailo Cherenkov, pastor, académico independiente.

Vista es una revista online que ofrece información basada en la investigación sobre la misión en Europa. Fundada en 2010, cada edición temática abarca una variedad de perspectivas sobre cuestiones cruciales para la misión.

Descargue la última edición o lea artículos individuales aquí. Este artículo apareció por primera vez en la edición de junio de 2024 de la revista Vista.

Notas

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[title]Por un año más[/title]

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