El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Aumenta la diferencia entre barrios ricos y pobres. La comparación es escalofriante: de los 100.000 € de renta en Madrid a los 12.000 en Sevilla.
No nos dejemos llevar por los valores de las sociedades de opulencia en las que vivimos.
Ladrones que están negando la vida y la solidaridad entre los hombres, niegan el amor y la preocupación por el prójimo.
Humor crítico inteligente.
El hombre de hoy, incluidos los poderosos de la tierra, los políticos o personas que gobiernan el poder económico, sigue teniendo pánico a lo sobrenatural, a la irrupción de Dios en sus vidas.
La justicia de Dios mira siempre hacia abajo uniendo el concepto de justicia al de misericordia.
La campaña convoca a la solidaridad en toda España para contribuir al abastecimiento de los bancos de alimentos.
Tenemos nuestra parte de responsabilidad para que la iglesia sea realmente “casa de oración”, para eliminar de ella el concepto terrible de “cueva de ladrones”.
Es triste tener que reconocer que en ciertos ámbitos evangélicos se detecta un grave déficit solidario hacia los numerosos problemas de injusticia social que existen en nuestro mundo global.
Terrible escándalo: las dos terceras partes de la humanidad reducida a pobreza y más de mil millones de hambrientos en nuestro mundo injusto y desigual.
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure (…) el bienestar, (…) la vivienda, (…) y los servicios sociales necesarios.” ¿Se cumple en algún país del mundo este derecho humano?
La teología de la prosperidad se nos revela como una idolatría religiosa que rebaja a Dios y a Jesucristo para ensalzar al hombre y lo diabólico.
La pobreza sigue siendo un mal contra el que hay que enfrentarse y procurar erradicar.
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; (…) y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” Jesús.
Los cristianos, a veces, no nos damos cuenta de las exigencias de la fe, de una fe que tiene, necesariamente, que actuar a través del amor.
El hombre sin hogar, de 36 años, fue atacado anoche por el grupo en plena calle.
Recuerdo el grito anunciando los coquis con nostalgia y lo comparo con exclamaciones actuales que se hacen en algunas iglesias al final del culto.
La cultura en la que uno nace y crece no es algo irrelevante o accidental de lo que se puede fácilmente prescindir, sino que configura la identidad personal, la singularidad de cada uno.
Un estudio realizado en quince ciudades europeas revela que la condición socioeconómica es clave en el desarrollo de las enfermedades con mayor riesgo de mortalidad.
Según la ONU estamos “asistiendo a un cambio de paradigma” en el que la migración forzosa completa cifras “nunca vistas” en la historia reciente.
Cómodo resulta tildar de ‘comunista’ o ‘radical’ a todo aquel que intenta clamar por los más desamparados. ¿Habría que condenar a los profetas?
Desde el inicio del periodo de crisis económica en España, el número de ricos ha crecido casi en la misma proporción que el número de pobres
Cinco entidades civiles y religiosas se han unido “para decir a las fuerzas políticas, ¡basta!”, y desarrollar planes de atención a personas en riesgo de no poder cubrir sus necesidades básicas.
Los ingresos medios del hogar también bajaron (2,3%), llegando a los 26.154 euros anuales.
Si bajas las escaleras y te acercas a los pobres, podrás comprobar que apelar a tu propia dignidad frente a la indignidad y el despojo de tantos empobrecidos, es una mentira.
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