Dios tenía planes con Ernesto Trenchard en España, y llegado el momento le daría la fuerza y la valentía para acometer con entereza cualquier tipo de contingencia.

Una reflexión de Paul Calzada sobre la misión de cada cristiano.

Me enamoro de las manos creadoras, del corazón latiente, de la mente soñadora.

Rhodes ya tenía 60 años y no le gustaba dejar pasar las oportunidades como aquella de ser un buen consejero y mentor para alguien con tanto potencial que podría ser de gran bendición para España.

Un accidente aparatosísimo y extremadamente grave le estaba esperando. El curso de su vida daría un giro inesperado sin previo aviso.

Vendará tus heridas, sanará el dolor incurable, en cada estación te renovará, abrirá el mar para ti, convertirá el desierto en vergel.

A Gertrudis ya hacía tiempo que le latía un corazón misionero, y no le importaría ser misionera junto a un hombre de Dios.

Que nos mueva la vida, la empatía, la solidaridad, la igualdad de oportunidades, que se vuelvan a despertar los grandes ideales y nos muevan sin parar.

Para Ernest Trenchard la conquista de la justicia debía pasar primero por la conquista del corazón, y eso solo podía hacerlo Alguien de un nivel superior que pudiera “pagar” por la humanidad.

Podré caminar sobre él hasta alcanzar mi isla soñada.

El Nuevo Hospital Evangélico, con más de 140 años de historia en la ciudad condal, crece para seguir sirviendo a la gente de Barcelona.

Compro los primeros pasos de la infancia, la timidez inexperta y la humildad ingenua.

Mientras leemos la Palabra de Dios vivimos la vida prestando atención a la Vida que Dios quiere para nosotros, a la vez que aprendemos de la vida de todos aquellos que nos precedieron.

Quisiera que tuviéramos prisa para ser generosos, ser desprendidos, dadivosos. Prisa para extender las manos, para sostener.

Amo todo de ti, porque no defraudas, porque amas sin fronteras.

Cuando sea grande quiero ser MADRE porque ellas son todas esas cosas. Ellas protegen, educan, cuidan y además dan mucho amor y eso, eso es mucho mejor.

Éramos la moneda que, en el polvo de algún oscuro rincón, caída, pisoteada se ve, sin valor… perdida. Éramos el hijo que cae en la miseria más triste.

Si hay miradas o palabras hirientes que te quieren dañar, provoca una inundación de amor y ahógalas.

Abriré mis manos, extenderé redes, sembraré sueños, repartiré risas y caricias. Pero déjame repetir: te amo.

Soy todo y soy nada. Soy insignificante, pero soy amada.

Hubo momentos de casi completa extinción del pueblo evangélico en España, sin embargo, en 1910 la Iglesia Evangélica volvía a crecer con fuerza

No me duele mi invisibilidad, ¿por qué habría de dolerme tal cosa? Me duele la invisibilidad de las injusticias, de la pobreza, también la pobreza del corazón.

El fundador de Unión Bíblica animaba a Beatrice a seguir siempre fiel a Jesús, mientras que él notaba que se acercaba al final.

La jornada volaba a una velocidad vertiginosa, mi mente y cuerpo no acompañaba, iba a trompicones intentando alcanzar el tiempo.

Quedo anhelando con verdadera ilusión el bien que nos aguarda.