El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Me irrita profundamente cuando en una supuesta lucha por la igualdad, hablar de maternidad resulta ofensivo para ciertos sectores del feminismo.
La Navidad nos anima a fortalecernos. Sí, a nosotros los débiles de la tierra. A eso también nos reta el tiempo navideño.
Samuel Beckett recibió una educación muy religiosa de su madre, que era “casi cuáquera”, pero en Francia se convertirá en uno de los creadores más importantes del llamado “teatro del absurdo”.
Cada vez resulta más evidente que no nos fiamos de nadie, que acumulamos a las espaldas más y más decepciones que nos dejan en una especie de desazón continua, a la espera de cuándo llegará el siguiente golpe.
Cuando la iglesia es pequeña necesariamente establece, de forma natural y sin cuestionamientos, relaciones colaborativas en las que brinda y recibe recursos y apoyo.
El municipio gallego recoge ediciones como la del Cántaro o la de Ferrara, además de la del Oso, que fueron prohibidas por la Inquisición durante siglos.
No es la maternidad el foco de la opresión, sino el hecho de que se usara como elemento de coacción y presión.
Quizás nosotros también deberíamos caminar, siguiendo al Maestro, lanza en ristre, la espada de la fe, denunciando las injusticias de los poderosos.
“La mariología se encuentra en el centro de la doctrina y la práctica católicas: no es una cuestión secundaria”, señala el teólogo evangélico italiano Leonardo de Chirico.
“Lo que me fascina de los mandamientos”, dice Kieslowski, “es que todos estamos de acuerdo en el hecho de que son justos, pero al mismo tiempo los violamos todos los días”.
Antes de Casiodoro de Reina existieron en España proyectos y esfuerzos por traducir la Biblia.
El aniquilacionismo afirma que, según la Biblia, los malos desaparecerán para siempre tras un juicio y retribución después de la muerte.
No todo aquello que nos hace sonreír o incluso tener cierta sensación de disfrute y felicidad es bueno sin más.
Diría que la iglesia y los cristianos deben posicionarse siempre en la no violencia, en la condena de cualquier acto violento.
HBO ha convertido la trilogía de Pullman en serie. En su mito de la creación, el origen de todo está en la materia.
El universalismo no es una corriente esnobista o un producto de la teología liberal tal y como muchos piensan. Estuvo muy extendido entre los primeros cristianos hasta la imposición del Infierno como dogma indiscutible.
La persona como tal, la de verdad, solo la conoce realmente uno mismo en el mejor de los casos, y Dios, al que no se le escapa nada.
¿Son las comunidades de los protestantes/evangélicos latinoamericanos más democráticas, horizontales, preocupadas por el otro, con menos casos de abusos de todo tipo y corrupción?
La espiritualidad cristiana no se nutre de apariencias pietistas o esfuerzos puritanos que salvaguardan nuestra reputación cristiana.
Esta no es una historia de terror, sino sobre el terror.
En nuestra obsesión por el tiempo, estamos más solos que nunca, paradójicamente.
El debate del Infierno entre los primeros cristianos.
España tuvo reformadores que no consolidaron el movimiento de Reforma debido a la brutal represión de las fuerzas inquisitoriales.
Al impulso inicial de Martín Lutero, Ulrich Zwinglio y Thomas Müntzer le siguió una especie de “segunda ola” que encarnarían Juan Calvino y otros dirigentes afines a él.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
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