El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Es la primera vez que aumenta en los últimos 20 años, según la ONU. El conflicto en Ucrania provoca que la situación se agrave todavía más.
Si los discípulos de Jesús, en la comodidad de Occidente, se limitan a seguir viviendo al tiempo que se quejan de lo mucho que cuesta salir a cenar, no estamos siguiendo el camino de Jesús.
La culpa siempre es de los demás, de las circunstancias o de la “mala suerte”, la mejor amiga de muchos para no querer reconocer sus errores.
Ojos parados, congelados, como moviendo el iris por dentro, buscando entre los pensamientos las respuestas a una guerra que no entienden.
Existen números irracionales que le dejan a uno perplejo ya que también parecen haber sido empleados por Dios en el diseño del mundo.
Las diferentes religiones piden con mayor frecuencia la paz, pero en términos a menudo diferentes, y que revelan fuertes tensiones entre ellos.
Las familias ucranianas que ya están llegando a España necesitan una acogida temporal urgente. La entidad evangélica quiere ampliar sus servicios en Madrid, Cádiz y Jaén en los próximos días.
En Rumanía se encuentran más de 450.000 ucranianos que han huido de la guerra, según ACNUR. Las iglesias evangélicas locales sirven en la frontera para ayudar en la acogida de quienes llegan.
“Miembros de la iglesia y amigos han abierto sus casas, cocinamos para ellos, nos encargamos de las medicinas, organizamos sus viajes”, dice un obrero cristiano en Hungría. En Rumania, “las iglesias trabajan juntas para ser más eficientes”.
El uso de las Escrituras en Patricio de Irlanda: “Podrían pincharle donde quieran y descubrirán que su sangre es una sustancia extraña llamada Biblina, es decir, que la propia esencia de la Biblia fluye de sus venas”.
Los evangélicos ucranianos, entre las responsabilidades políticas y misionales.
¿Cómo asegurarnos de que la ayuda será útil para los refugiados de Ucrania? Miqueas Forster de GAiN España responde a esta y otras preguntas.
“Casi todas las iglesias de Moldavia están haciendo algo, hay dolor, no miedo”, dice un cristiano en el país. Un periodista finlandés: “Tenemos 1.300 km de frontera común, las batallas con Rusia están muy arraigadas en la memoria de nuestra nación”.
El pastor Vitaly Vlasenko, secretario general de la Alianza Evangélica Rusa, publica una carta abierta condenando la invasión militar de Ucrania.
Comentamos los desafíos materiales, emocionales y espirituales para miles de ucranianos que están huyendo ante la invasión de su país.
Hay un peligro serio al decir a los pastores jóvenes y a los miembros de las iglesias que la psicología es mala per sé.
Más de dos millones de ucranianos han salido ya de su país. La entidad evangélica Diaconía ofrece ayuda para coordinar la atención a refugiados que están llegando a España.
También ha donado dos millones y medio de dólares para ayudar a los refugiados ucranianos, judíos y no judíos.
Todos ponemos nuestro grano de arena en el desierto de la incomprensión y el odio, para que la maldad no tenga fin.
Hasta ahora, los argumentos darwinistas imperaban sobre los lamarkistas. Sin embargo, la epigenética vuelve a darle parcialmente la razón al señor Lamark.
En la Eucaristía, el catolicismo romano pone en juego toda su cosmovisión: su visión de la realidad tocada pero no empañada por el pecado, la extensión de la encarnación en la iglesia, la divinización del hombre.
En cuantas ocasiones el poderoso, potente y dulce brazo de Dios, no solo fue con Abraham, Moisés, Elías, Pablo, sino también contigo y conmigo.
El Gobierno guatemalteco celebra un encuentro solemne en el Palacio Nacional, con altos representantes nacionales y de toda Iberoamérica, en el que también se ha develado un monumento conmemorativo.
Mientras el conflicto en Ucrania se recrudece, con ataques que cada vez afectan a más población civil, se hace especialmente necesario pensar en la paz.
El historiador ruso Andrey Zubov dice: “Putin dice ‘Rusia quiere esto’ o ‘Rusia exige aquello’. No, son Putin y el Kremlin los que hacen demandas, no Rusia ni los rusos”.
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