El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El 58% de la población del país norteamericano afirma haber leído informes recientes sobre casos concretos, y el 48% considera este tipo de conductas más frecuentes en los líderes católicos que en los de otras tradiciones confesiones.
Una encuesta de LifeWay Research refleja una percepción del abuso en las comunidades de la organización mucho mayor que las investigaciones que se publicaron en febrero y que apuntaban a 380 líderes y 700 casos.
Los cristianos deberíamos estar al frente, hablando en nombre de aquellos a quienes se les ha negado el derecho.
El contenido visual permanece en la red mucho después de que las víctimas sean rescatadas, dice un informe de la fundación Internet Watch. “La causa del problema es la demanda”.
Francisco ha manifestado al final del encuentro que se “han escuchado a las víctimas”, se ha “rezado y pedido perdón” y que la curia ha tomado conciencia de “sus responsabilidades”.
Es tiempo que las iglesias evangélicas confesemos que tenemos secretos y que los necesitamos confrontar.
“Es necesario establecer protocolos claros y contrastados en nuestras iglesias y ministerios que trabajan con infancia para prevenir”, expresa Jaume Llenas, secretario general de la Alianza Evangélica Española.
La mayor denominación evangélica de Estados Unidos anuncia que tomará medidas para “detener a los depredadores” y proteger a las víctimas. Los bautistas en España muestra su “absoluta condena” y aclara que no hay ningún caso que señale a líderes evangélicos en España.
Jones había introducido cambios en su mensaje de amor. Ahora predicaba que el amor físico era tan bueno como el espiritual y animaba a sus fieles a desechar el egoísmo de una relación exclusivista.
El Papa Francisco sigue aferrándose a la idea de que, mientras sus hijos cometen errores, la iglesia es indefectible.
La asociación que agrupa a víctimas de abusos pide que se amplíe el plazo para que estos crímenes no queden impunes.
“La triste situación de la Iglesia Católica es una advertencia”, expresó el presidente del Consejo Nacional de Evangélicos en Francia.
El responsable de la Secretaría Económica de la Santa Sede, George Pell, ha sido declarado culpable por un tribunal de Melbourne. Se trata del primer veredicto contra un clérigo de tanto rango en la historia.
Como mujer confieso que no me siento atraída por los planes que, ya sea dentro o fuera de la iglesia, otros forjan para mí.
Los creyentes pueden y deben proveer seguridad y apoyo a las sobrevivientes de abuso, cueste lo que cueste.
Seguimos hablando todavía de ablación, de matrimonios forzados; de niñas sometidas a la violencia física y sexual, de niñas-sodados; o víctimas de trata y explotación.
La activista y superviviente de esclavitud sexual a manos de Estado Islámico, Nadia Murad, y el ginecólogo de República Democrática del Congo, Denis Mukwege, han sido premiados con el galardón.
Un día, a media tarde, suena el teléfono en la casa de una persona que pertenece a una congregación gobernada por un pastor machista.
Un informe interno encargado por la Conferencia Episcopal Alemana implica a 1.670 curas. Según el documento, el 25% de los casos se produjeron en las iglesias.
La sucesión de casos que han salido a la luz en Australia, Chile o Estados Unidos obligan a la Iglesia Católica, a Francisco y a la sociedad, en general, a replantear las acciones ante esta realidad.
En la toma de decisiones en el pueblo de Dios ha de prevalecer más que la democracia, debe imperar un espíritu democrático. La primera tiene que ver con quién decide. En segundo lugar, el término democracia tiene que ver con el cómo de la decisión.
Mientras que la autoridad verdadera se gana, el autoritarismo se impone y es expresión de un complejo de inferioridad.
Voy a intentar resumir lo que el Nuevo Testamento nos tiene que decir sobre la cuestión: ¿Quién manda aquí?
En una carta pública, mientras el Papa asiste en Dublín al Encuentro Mundial de Familias donde llamó "crímenes repugnantes" los abusos sexuales del clero en Irlanda y admitió el "fracaso" de la Iglesia católica.
Estos dirigentes tan ambiciosos, nunca dicen basta a lo que obtienen de los miembros. Sus sueños nunca se realizan completos y quieren más. Su prepotencia es tal que humillan al resto.
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