Los líderes de la Convención Bautista del Sur (SBC, por sus siglas en inglés), la denominación evangélica más numerosa en Estados Unidos con unos 13 millones de miembros, encubrieron durante años abusos sexuales en iglesias y entidades de su organización. Esta es la conclusión más destacada a la que llega un informe de tres partes y cerca de 300 páginas elaborado por Guidepost Solutions a petición de la propia SBC, después de la asamblea de 2021.

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Según se recoge en el documento, el Comité Ejecutivo de la organización denominacional rechazó tomar acciones concretas en consecuencia con esta realidad, a pesar de haber recibido peticiones de víctimas durante 15 años y de contar con una lista secreta de hasta 700 pastores y responsables que habían cometido abuso.

“Nuestra investigación demuestra que, durante muchos años, algunos líderes del Comité Ejecutivo, junto con abogados externos, controlaron en gran medida la respuesta del Comité Ejecutivo a los informes sobre abusos. Ellos mantuvieron en secreto la información sobre acusaciones y demandas por abusos […] los supervivientes y otras personas que informaron de abusos fueron ignoradas, no se las creyó o se toparon con la excusa de que la SBC no podía tomar ninguna acción debido a su política con respecto a la autonomía de sus iglesia, aunque eso significase que los abusadores convictos continuaran en el ministerio sin previo aviso o advertencia a su congregación actual”, puede leerse en el informe.

Testimonios

La investigación recoge detalles sobre algunos de los casos que se han denunciado a lo largo de los años. Como el de Debbie Vasquez, que fue abusada de forma reiterada por un pastor de la SBC desde los 14 años. En una de las ocasiones, Vasquez quedó embarazada y fue obligada a pedir perdón delante de la congregación de la que formaba parte, aunque sin poder revelar la identidad del padre del bebé. Cuando el pastor que abusaba de ella se fue a otra iglesia, Vasquez se dirigió al Comité Ejecutivo para exponer su caso, pero fue ignorada hasta un reportaje del Houston Chronicle se hizo eco de ello hace tres años. 

Jennifer Lyell, que llegó a ocupar uno de los cargos ejecutivos mejor pagados en la SBC y cuya historia de abuso sexual en un seminario de la denominación es detallada en el informe. “Esta es una denominación que trata completamente sobre el poder. Es poder malversado. De ninguna manera refleja al Jesús que veo en las Escrituras. Estoy destrozada”, ha asegurado.

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Evitar cualquier responsabilidad para la SBC

El informe, que ha sido elaborado a partir de 330 entrevistas y 5 terabytes de documentación recopilada y analizada durante meses, supone un coste de 2 millones de dólares para la SBC, que tendrán que sumarse a los otros 2 millones que el Comité Ejecutivo comprometió para afrontar las tasas legales que representa la investigación.

El documento apunta en particular a August Boto, miembro destacado del Comité Ejecutivo durante años y que llegó a presidir de forma interina el organismo. Boto llegó a calificar la defensa de las víctimas de abusos como “un plan satánico para distraernos por completo del evangelismo”. Junto a su nombre destacan los de los abogados James Guenther y James Jordan, y el del bufete Guenther, Jordan & Price, asegurando que “su principal preocupación era evitar cualquier responsabilidad potencial para la SBC”.

Reacciones

En declaraciones a Christianity Today, el actual presidente de la SBC, Ed Litton, ha asegurado que “a pesar de la pena, la rabia y la decepción por los graves pecados y fallos que este informe pone al descubierto, los bautistas del sur debemos resolver cambiar nuestra cultura e implementar reformas que se necesitan de forma desesperada”. “Ahora es el tiempo. Tenemos mucho que lamentar, pero la pena genuina requiere una respuesta piadosa”, ha añadido.

El actual presidente del Comité Ejecutivo de la SBC, Rolland Slade, junto con el director ejecutivo interino del mismo organismo, Willie McLaurin, han publicado una declaración conjunta tras conocer las conclusiones del informe, según recoge Baptist Press. “Lamentamos los resultados de esta investigación […] Estamos comprometidos a hacer todo lo posible para prevenir futuros casos de abuso sexual en las iglesias, mejorar nuestra respuesta y nuestra atención, eliminar los obstáculos para informar y responder a la voluntad de los representante en Anaheim el próximo mes”, han señalado, haciendo referencia a la asamblea anual que tendrá lugar entre el 14 y 15 de junio.

Desde el grupo de trabajo contra el abuso sexual que se formó específicamente después de la asamblea de 2021, también han lamentado los resultados de la investigación y la manera en la que se ha actuado en la SBC, tal y como difunde también Baptist Press. “Con los corazones rotos, queremos abrir el camino arrepintiéndonos públicamente por lo que ha sucedido en nuestra convención. Imploramos a nuestra familia bautista del sur que responda a este informe con un profundo arrepentimiento y un compromiso con las demandas morales vigentes del evangelio en lo que respecta al abuso sexual”, han dicho.

Recomendaciones

El informe de Guidepost Solutions dedica alrededor de 30 páginas para formular una serie de recomendaciones el Comité Ejecutivo de la SBC. Por ejemplo, hablan de la necesidad de crear una entidad permanente para supervisar la respuesta y la prevención del abuso sexual. También de la publicación de una lista en la que se incluyan iglesias que han sido expulsadas de la denominación e individuos cuya ordenación pastoral ha sido revocada. Piden lanzar un “sistema de información de abusadores”, en forma de base de datos online abierta a la participación de las congregaciones para denunciar posibles casos de abuso. Por otro lado, animan a facilitar programas de ayuda a los supervivientes e incluso hablan de una compensación económica a las víctimas para cubrir los gastos médicos y de ayuda psicológica.

Desde el grupo de trabajo contra el abuso sexual también han pedido la asamblea elija y establezca un nuevo grupo de trabajo que pueda evaluar cómo se implementan los cambios y las recomendaciones de acuerdo a los códigos de la propia denominación.