El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En ocasiones la vida te ofrece la oportunidad de hacer un alto en el camino, sentarte junto a la ribera de tus apremios y silenciosamente encauzar con la ayuda de Dios todo lo que no está funcionando de forma adecuada.
Recuerdo con una especie de dolor y nostalgia los tiempos donde todo era más sencillo y el hacer una visita era un placer para mí.
La película de David Fincher nos muestra la realidad de la vida en un mundo roto, donde no podemos ser conocidos, ni perdonados del todo. Para eso hace falta una obra sobrenatural.
Queriendo o sin querer, contempla un mundo mudo para ella, un mundo vacío que le impide relacionarse.
Francisco, un vecino mayor de mi pueblo, se pasaba largas horas en la estación del tren.
Millones de seres humanos en todos los continentes arrastran la amargura de la soledad porque no la canalizan hacia Dios.
El auténtico culto es aquel al que nos presentamos reconciliados con el prójimo por haber practicado la búsqueda de justicia y haber practicado la misericordia.
Pocos cineastas como él han plasmado la soledad del ser humano, que hace vagar a sus personajes en busca de la redención de un padre ausente.
Nuestro Dios desea nuestro amor, desea ocupar el lugar principal y secreto de nuestro corazón.
En las calles más concurridas de Tokio se han instalado escuchadores voluntarios que tratan de aliviar un padecimiento del alma humana que aumenta sin cesar en las sociedades opulentas: la incomunicación.
No sabía que Tú conocías mis silencios./ No sabía que Tú también llorabas.
Abrazar la soledad, finalmente, nos aportará sanidad. Permitirá que nuestra mente se relaje y descanse en medio de la fatiga sensorial y ambiental en que nos toca vivir.
Después de dar vida a la primera pareja humana, Dios advierte contra los inconvenientes de la soledad.
“Las condiciones abusivas y los prejuicios hacen verdaderamente difícil solventar esta necesidad básica para una franja de población en constante riesgo”, dicen desde la entidad.
Un poema de Soledad Sánchez Mulas tomado del libro Llama de Amor Viva, XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Antología en homenaje a San Juan de la Cruz. (Selecciona Isabel Pavón)
Desde aquel Getsemaní, en las horas más angustiosas, sintió la soledad humana, el desconsuelo, el miedo. Esos momentos teñidos de ausencia los vivió a solas con el Padre.
Muchas veces, la soledad viene marcada por el dilema de qué hacer cuando se sabe que en nuestro contexto se está haciendo mal y somos conscientes de ello.
“La forma en que los jóvenes forman vínculos, crean significado y viven sus valores cambia constantemente”, concluye una encuesta realizada en Estados Unidos.
En ese momento de la historia de las eternidades, cuando Jesús estaba colgando del madero, se estaba produciendo un evento jamás visto.
― Padre, es la primera vez que me confieso. ― No te preocupes hijo, verás que es sencillo. ¿Qué te trae?
Un poema que escribí antes de conocer a Jesús, en una de esas crisis de sinsentido que nos hace experimentar el vacío de Dios.
Se cumplen 40 años de su juicio por injurias a la Guardia Civil en 1980, por lo que pedían seis años de cárcel. Todavía estaba en libertad condicional cuando entra en el Congreso un teniente coronel.
Hoy escribo ahuyentando soledades...
Al final, no todo se limita a los recursos y la posición. “Uno de los problemas de la pobreza, es que viene acompañada de pobreza relacional”, dicen voces que han pensado en esta cuestión.
Podemos buscar consuelo soñando que mañana habrá pasado todo. Dotar esto de sentido imaginando reequilibrios cósmicos.
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