Cuando no perdonamos, tejemos una red de amargura en torno a nuestras vidas. Hacemos que el presente se tiña de colores ocres, omitiendo de nosotros el grato perfume de la concordia.

Luego echó agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía ceñida. Juan 13:5

Es el lugar donde aprender que la pérdida no es derrota, que las manos vacías no significan que no puedan llenarse.

Su nombre es ungüento derramado, claridad en las tinieblas, calor de hogar, salvación, vida eterna.

Es la madre la que ahora es hija, niña anciana que ha de prestarse a los cuidados del ser al que un día regaló la vida.

Dios se muestra accesible, cercano, amigo. Ante ello sólo puedo decir: ¡cuán pequeña soy Dios!

“Esto es un viaje a través de Asia, Cruzando los Himalayas, entre la India y Nepal. Pasando por Katmandú, los lagos de Pokhara, en busca de nuestra Flor de Loto”. Enrique Bunbury

“¡Cuánto debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!” (Lazarillo De Tormes)

Hemos de ser fuertes y no ceder a nuestras ganas de conquistar, dejar a un lado la pereza y arremeter con valentía ante todo lo que nos rodea.

Para tener verdadera hambre he de dejar de comer aquello que me hace sentir saciada.

Quiero tener una mirada limpia, con el brillo ingenuo que poseen los ojos que aún no han percibido la maldad.

Él habla de forma clara a través de su palabra, santo canal mediante el cual Él nos otorga las instrucciones precisas para dirigir nuestras vidas.

Quiero hacer míos los versos del poeta cuando expresa: Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

La poesía posee la magia mediante la cual lo grande y lo pequeño, lo dotado de gracia y lo carente de belleza se funden haciendo de cada verso un pequeño mundo de contradicciones hermosas.

A veces todo puede ser distinto ti te atreves a mirarlo de forma diferente

Eres tú mi buen Jesús, el compasivo, aquel que con maestría ejecuta amor y me hace comprender lo mucho que necesito parecerme a ti.

A todas aquellas mujeres a las que les robaron su infancia.

Lucha por reencontrar el amor. Acúnalo de nuevo, mécelo al son de una misma nana.

El arco dice bajito a la flecha, al despedirla: tu libertad es mía. Rabindranath Tagore

Una vez más tengo que recordar que hay miles de sendas, pero un solo camino.

Nuestro cometido es glorificar a aquel que se levantó de los muertos y que nos muestra cada día que gracias a Él tenemos vida.

Suspiro aliviada al entender que en el fondo no te has ido del todo, estás aquí, cercanamente alejado, brotando entre nosotros.

A todas las mujeres maltratadas.

Quiero dejar a un lado el hermetismo en el que a veces me sumerjo, ese apagado antojo de silencio que contiene un dolor no expresado y que macero dentro sin ningún sentido.

Como un camino en otoño: tan pronto como se barre, vuelve a cubrirse de hojas secas. Franz Kafka