El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En esto consisten los milagros del Señor, en restituir a los excluidos, a los pecadores, a los publicanos, a la samaritana, a la mujer adúltera, a Zaqueo.
No es posible seguir a Jesús mirando atrás. No es posible abrir caminos al reino de Dios quedándonos en el pasado.
Como impostor quiero ser visto, admirado, querido y valorado, porque las apariencias lo son todo.
Allí donde el Señor reina ya no necesitamos luchar por aspirar a un lugar.
Jesús salva a la mujer integralmente y anhela que, además de ser curada de la enfermedad, lo sea también de todos sus miedos.
En el drama de la muerte de Jesús se entrelazan misteriosamente el proyecto eterno de Dios y las decisiones de los hombres.
¿Qué sucede cuando aprendemos a compartir, a preocuparnos y a orar por las tareas que todos realizamos en nuestros contextos sociales concretos: personal, familiar, vecinal, estudiantil y laboral?
Cuando la ley se deifica, Dios se cosifica.
Los pensamientos, las palabras y las acciones que provocan división, violencia y destrucción tienen raíces muy profundas.
Jesús abolió con su muerte todas las infraestructuras y sistemas religiosos que intentaban mediar entre Dios y la humanidad y los clavó en la cruz.
Hemos reemplazado lo vivo por la imagen, y el amor hacia uno mismo se ha convertido en el amor hacia la propia imagen.
El verdadero amor no es sólo un amor sentido, sino que es, además, un amor pensado, hablado y vivido.
La ética y la enseñanza fariseas se impone por lo civil o por lo criminal. La ética y la enseñanza de Jesús son una invitación que seduce y fascina.
En el pardigma docente del Maestro, tanto las personas como él mismo, aprendían juntos desde la autoridad incontestable de un modelo que brotaba de la coherencia.
Con demasiada carga el trayecto se convierte en una carga insoportable.
La verdadera comunión del evangelio se da allí donde todos podemos compartir las partes más rotas de nosotros mismos.
Es la iglesia y sólo ella quien reconoce, desde el discernimiento del Espíritu que actúa y habla en su seno, a quienes la presiden y guían.
Cuando se practica una sincera espiritualidad de ojos abiertos, se ven cosas para las que antes estábamos ciegos.
El mundo pasado no volverá, pero es posible rescatar valores y principios espirituales de ayer que forjaron la identidad del pueblo de Dios.
Preferimos las mentiras simplistas de los populistas antes que las verdades incómodas de los expertos.
El autor presenta una serie de reflexiones devocionales publicadas a lo largo de varios años, recogidas en un nuevo volumen de 180 páginas.
La fe sólo es fe en el acto de obediencia, es decir, siempre se da en el camino, andando con él y construyendo el reino.
Vivimos sitiados por la injusticia, el pecado y las consecuencias que de él se desprenden.
La confianza de Pablo se muestra de cuatro formas distintas, cualidades de líder que nos conviene imitar si quisiéramos tener una influencia positiva en la vida de los que están cerca de nosotros.
Deja que la Palabra de Dios te moldee. No es suficiente con “rumiar” el pensamiento del día, hay que aplicarlo a la vida diaria.
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