El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Las preguntas ayudarán a la participación, dejando que las personas puedan expresarse.
Solo Jesús es capaz de tomar nuestra carga pesada y cambiarla por la leve dulzura de su perdón y de su presencia en nuestra vida, haciéndonos nuevas criaturas.
Es hora de alabarle, es tiempo de adorarle en espíritu y en verdad, aunque lo cierto es que toda la reunión debe cumplir este objetivo.
La reunión del grupo debe servir para que haya un estímulo mutuo entre los creyentes.
La cuarta parte de esta serie sobre grupos de hogar va a tratar sobre los encuentros de los grupos.
La iglesia se enriquece con más creyentes motivados y entregados al servicio del Señor.
Los grupos con una visión evangelística buscan establecer relaciones cercanas con aquellas personas de nuestro entorno.
Explicaremos los conceptos básicos que han permitido que este modelo de encuentros sigan generando crecimiento en las iglesias de diferentes épocas y lugares.
Jesús adoptó lo quebrantado de este mundo e invirtió su propia vida en ello.
Cuando Jesús adoptó lo insignificante, abiertamente expuso la relativa insignificancia de aquellos que buscaban presentarse como grandes.
Vamos varios ejemplos en los que la revelación que Dios hizo de sí mismo a través de Cristo es más maravillosa y sorprendente que lo que cualquiera podría haber esperado.
Cuando Jesús vino presentando una visión de Dios que no encajaba con sus expectativas, estos líderes determinaron que Él no era auténtico.
Al hacerse de carne y hueso como nosotros, Jesús reflejó el rostro y el corazón de Dios.
Como un escultor amoroso y todopoderoso, seguirá cincelando nuestras vidas endurecidas hasta que Jesús pueda ser vislumbrado en nosotros.
Aunque nos ama y nos acepta tal como somos, también ve todo lo que podemos llegar a ser.
La verdad de Dios nos da un punto de apoyo extraordinario al que podemos aferrarnos en la prueba.
El sufrimiento es una plataforma para desplegar el poder de Dios.
La gracia de Dios nos envuelve y nos sostiene, se apodera de nosotros y nos sentimos respaldados.
Dios me sostiene con su poderosa mano derecha mientras camino por la senda de la vida.
Dios sabe cómo librar de la tribulación a los justos.
Dios, quien conoce nuestro “límite de carga”, restringe el peso que nos permite llevar.
En las Escrituras existen al menos seis anclas mentales que brindan estabilidad en medio de la tribulación.
Acercarse a otros para ayudarles puede ser una parte importante del proceso de tu propia curación emocional.
Tenemos mucho que ofrecer a los que sufren, y los demás tienen mucho que ofrecernos a los que tenemos problemas.
El ejercicio puede tener beneficios obvios, pero ¿y el dolor que no escogemos nosotros?
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