El tweet de Dios sobre lo concerniente a lo justo

Aunque vivimos en la época del relativismo, en la que se ha dado por bueno que cualquier cosa y su contraria pueden ser equiparables e igualmente respetables, ello no significa que es así, por más que se haya decidido que así sea. De hecho, la creación inanimada, aunque carece de razonamiento, no se atiene a tal argumentación, pues en ella todo funciona de acuerdo a determinadas normas fijas que dirigen su curso ordenadamente. Por eso las matemáticas y la física son prueba fehaciente de que hay unas leyes universales y constantes por las que el universo se rige. Y menos mal que es así, porque si hubiera la posibilidad de estar introduciendo cambios continuos, en lo que está funcionando bien, ello significaría que el desorden y el caos se harían los dueños de todo.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]

Pero no solamente la creación inanimada actúa de acuerdo a unos parámetros estables, también la animada que no tiene razonamiento lo hace. Y de ese modo las plantas y los animales crecen y viven obedeciendo a pautas permanentes que están en armonía con sus propios organismos y con el entorno que los rodea. De no ser así, su supervivencia quedaría comprometida.

Por tanto, de toda la creación, es el ser humano el único caso que introduce cambios en estructuras esenciales, que no deben trastocarse si no se quieren afrontar consecuencias destructivas. Una de esas estructuras esenciales es la concerniente a lo moral, en la que están entretejidas las grandes nociones que rigen la vida y el comportamiento, tanto individual como colectivo. Entre esas grandes nociones están las que giran en torno a lo que es justo, lo cual abre la puerta a palabras como justicia, rectitud, equidad, juicio e imparcialidad. 

Pero cuando esas grandes nociones quedan sujetas a los vaivenes de cada época, entonces se las reduce a un nivel tan bajo, que pierden su esencia y vigor. Aquí es donde se manifiesta la flojedad que tiene el hacer depender del pueblo todo lo concerniente a lo justo, tal como la Constitución española define al decir que “la justicia emana del pueblo” (Art. 117), afirmación que no es exclusiva de esa Constitución, sino que también aparece en muchas otras. Pero si la justicia emana del pueblo, será variable como el pueblo lo es; y si el pueblo cambia, la justicia también cambiará; si el pueblo se corrompe, la justicia igualmente se corromperá; si el pueblo se desvía, del mismo modo se desviará la justicia; si el pueblo yerra, la justicia errará, porque según es el pueblo será la justicia. Dado que el pueblo es la suma de los individuos que lo componen, es mudable, como lo son tales individuos. Y si la justicia surge de esa suma de individuos modificables, significará que la justicia es modificable, de acuerdo a las oscilaciones de sociedades y épocas. Por eso asistimos al trastorno actual, que, por supuesto, no es el primero ni será el último, al tener el edificio de la justicia una piedra angular endeble, que está basada en lo que afirma el hombre.

Hay un tweet de Dios que dice lo siguiente: ‘Para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad.’ (Proverbios 1:3). El texto presenta cinco grandes palabras, que son consejo, prudencia, justicia, juicio y equidad, todas ellas nociones serias y esenciales, ligadas a lo justo, de las que no se puede prescindir. Por supuesto que para el antojo, el interés, el deseo y la parcialidad, son estorbos insoportables, que hay que evitar e incluso eliminar. Pueden quedar bien en grandilocuentes escritos y discursos, pero en la práctica no llegan demasiado lejos, porque son incompatibles con la utilización, la conveniencia, la acomodación y la ventaja, que son las líneas maestras que marcan la marcha de los acontecimientos.

La palabra que se ha traducido como consejo puede significar tanto doctrina como disciplina o corrección, de ahí que la prudencia vaya de la mano con ellas, pues no puede haber prudencia donde no existen la doctrina, la corrección y la disciplina. Siendo así, significa que la prudencia necesita estar siendo continuamente aleccionada. 

Es evidente que estas cinco grandes nociones del pasaje no son sustituibles por otra cosa, como si fueran meras alternativas u opciones, que se pueden intercambiar según el criterio de cada cual o la época en la que se esté viviendo. No pueden depender de modas o gustos, ni de corrientes de opinión, ni de mayorías absolutas o simples, ni de minorías influyentes. Han sido, son y serán referencia fundamental, eje central, norte vital y sin ellas no hay consistencia, ni fundamento, ni guía.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]

Pero el texto comienza diciendo ‘para recibir…’ Esto es, si hay que recibirlas es porque no se tienen y si no se tienen es que no son elaboración de hombres y por lo tanto no emanan del pueblo. Son anteriores al pueblo, porque lo justo no depende del parecer humano.

De ahí que, ante la pregunta sobre dónde está o quién es el origen de estas grandes nociones, solamente quede una respuesta posible.

[analysis]

[title]Por un año más[/title]

[photo][/photo]

[text]¡Protestante Digital te necesita! Tenemos por delante un gran reto económico. Por eso, hoy te invitamos a ser parte comprometida de esta misión y desafío para asegurar y potenciar la continuidad de Protestante Digital y Evangelical Focus en 2024.

Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.

[/text][/analysis]