El tweet de Dios sobre la confianza en el desleal

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La situación de aquel rey era muy delicada, porque en el tablero internacional se jugaba una partida en la que un imperio hegemónico imponía su ley. Aunque había pequeños reinos, como el propio de este rey, que luchaban entre sí para ver cuál de ellos prevalecería sobre los otros, al final quien decidía y tenía la última palabra era el gran imperio. Pero antes de llegar a esa etapa, este rey había pasado por muchas adversidades, que le habían sobrevenido con los reinos vecinos. 

Primero fueron los sirios quienes lo derrotaron e hicieron gran número de prisioneros, que llevaron a su capital Damasco. También su vecino más inmediato del norte, el rey Peka, emprendió una guerra contra él, en la que le causó un gran número de bajas, hasta ciento veinte mil hombres, muertos todos en un solo día. Pero para añadir más aflicción a su ya debilitada posición, se levantó en su contra un conspirador, quien mató a su hijo, a su gobernador y a su mano derecha. Y es que cuando se percibe debilidad en las esferas del poder, las intrigas y conjuras brotan como las setas en otoño.

Como si se tratara de una catarata de enemigos, aparte de los que ya le habían surgido, el reino del sur, el edomita, que le había estado sometido, se levantó en su contra y no solo recuperó territorio perdido, sino que le hizo cautivos. Y cuando parecía que ya no había más enemigos que pudieran acosarlo, surgieron por el oeste los filisteos, que tomaron, una tras otra, seis ciudades principales, sin contar las aldeas anexas a ellas. Así que por el norte, por el sur y por el oeste, este rey fue acorralado, hasta quedar reducido a estrechez. ¡Qué diferencia con el grado de esplendor que el reino había alcanzado con su abuelo, cuando su fuerza militar se imponía por todas partes! Cuando el cronista da razón del porqué de este estado de cosas, no duda en señalarlo, atribuyéndolo a la maldad de este rey, cuyas prácticas abominables fueron las mismas que los antiguos cananeos habían practicado. Como consecuencia, Dios lo humilló y permitió que sus enemigos lo derrotaran por todas partes. 

Pero todavía quedaba el último y no menos agobiante capítulo para este rey, porque el hegemónico imperio, que ya había sojuzgado a los otros reinos, vino para hacerle saber quién era el que mandaba. En primera instancia este rey, asediado por todas partes, apeló al gran imperio para que viniera en su ayuda y para ello no dudó en despojar al tesoro del templo y al tesoro nacional, para comprar la voluntad del gran monarca. Pero éste, un gigante, no se iba a avenir para aliarse, de igual a igual, con un enano. Y pronto el rey experimentó que lejos de conseguir liberación, su esperanza quedó defraudada, porque el interés del imperio no era ayudarlo, sino consolidar su propia posición y lo que parecía una ayuda no era sino un espejismo engañoso, porque el imperio utilizó la petición de este rey para su particular beneficio. Nunca pasó por la mente del poderoso monarca, servir de apoyo al debilitado rey. No fue el favor, ni la compasión, ni el deber su motivación. Todo lo que hizo, lo hizo pensando en sí mismo. 

La historia de Acaz, que es el rey de Judá referido, y su truncado sueño de alianza con el gran monarca asirio Tiglat-pileser, es bien instructiva en cuanto a la confianza que resulta ser un quebradero de cabeza. Está relatada en 2 Crónicas 28.

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Hay un tweet de Dios que dice lo siguiente: ‘Como diente roto y pie descoyuntado, es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.’ (Proverbios 25:19). Algunos miembros de nuestro cuerpo son de la mayor importancia, porque realizan funciones vitales. Uno de esos miembros es la dentadura, que si está dañada hace que comer se vuelva una gran complicación. Otro miembro fundamental es el pie, que si está lesionado hace que dar cuatro pasos sea una difícil empresa. De estas dos ilustraciones se sirve el texto para ejemplificar lo que ocurre cuando se pone la confianza en alguien que no es merecedor de ella, porque su carácter y sus hechos así lo atestiguan.

La palabra que se ha traducido como ‘prevaricador’ tiene el significado de falso, desleal, infiel y traidor. Son términos muy duros, pero muy esclarecedores en cuanto a la personalidad del individuo. El diente roto no solo no funcionará, sino que agravará su mala condición al intentar masticar. El pie descoyuntado no sólo no andará, sino que empeorará su mal estado al forzarlo. Del mismo modo, confiar en una persona de esa clase no traerá alivio alguno; mas bien causará dolor y tormento.

Pero hay algo más que el tweet añade. El tiempo de angustia es el tiempo en el que más hace falta la ayuda y por tanto la ocasión en la que se necesita alguien confiable. Pero si ese alguien es desleal, entonces la angustia ya experimentada se magnificará hasta cotas inimaginables. Como la angustia mete gran presión, es fácil buscar desesperadas soluciones que parecen ser prometedoras, pero que resultan ser comprometedoras. La historia de Acaz con Tiglat-pileser es una buena muestra de ello.