Su fidelidad en mis lugares oscuros

“Un corazón agradecido, aprende a ver las bondades de Dios con solo abrir los ojos cada mañana.”

“Tengo mil historias de tu fidelidad.”

“Lo glorioso de la fidelidad de Dios está en que ninguno de nuestros pecados dejan de hacer de Dios fiel.” – Charles Spurgeon.

Una mujer estuvo presa por cruzar la frontera hacia China en un campo de concentración de Corea del Norte, y relata que los días y las noches eran una tortura.

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Había guardias brutales, trabajo hasta el límite y muy pocas horas para dormir sobre un suelo helado lleno de ratas y piojos; aunque Dios la ayudaba cada día permitiéndole hacerse amiga de otras prisioneras y compartir su fe con ellas.

Cuando fue liberada y se estableció en Corea del Sur, pudo reflexionar sobre su tiempo en la cárcel y concluyó que el Salmo 23 era como un resumen de su experiencia.

Aunque estaba atrapada en el valle oscuro, Jesús era su pastor; aunque literalmente sentía como si estuviera en un valle lleno de sombras de muerte, no tenía miedo.

Llegó a decir: Dios me consolaba todos los días, podía experimentar su bondad y su amor, porque él le aseguraba vez tras vez, que era su hija amada. Sabía que estaba en un lugar terrible, pero que aún allí sentía el amor y la bondad de Dios; y también sabía que habría de estar en la casa del Señor y ante su presencia para siempre.

Esta historia real alienta mi vida, cuando me encuentro en circunstancias muy difíciles de atravesar, puedo sentir el amor y la guía de mi Padre sosteniéndome y quitando todo el temor.

Hay un coro bien conocido...

Cada vez que lo escucho y canto, cierro mis ojos y dejo correr lágrimas por mis mejillas sin poder evitarlo; parece que está escrito para mí, y hay una frase en concreto que me hace sentir su amor de manera muy especial: “Tu fidelidad sigue persiguiéndome”

Me ha guiado por el fuego, me ha guiado por todos los lados y aún allí he sentido su bondad guiándome, guardándome, persiguiéndome...

Hay “lugares oscuros” demasiadas veces en nuestras vidas, no tienen que ser un campo de concentración. Son lugares en los que nuestra fe es probada, nuestra paciencia es exprimida, nuestro límite es probado y demostrado.

Hay mucho dolor, pero de cada uno de ellos me ha librado mi Señor porque... “Tu fidelidad sigue persiguiéndome” y sigo en sus pisadas hasta llegar al final y me encuentre ante su presencia.

Sólo anhelo escuchar:

“...... Bien, buena sierva y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”