El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Han sido tantas y tantas las ocasiones en las que el Señor me levantó de mis ruinas a su bendición, de mis preocupaciones a su calma dulce, que no puedo dejar de agradecer y adorar.
En ocasiones me parece que el Señor multiplica nuestras manos, nuestros pensamientos y logramos hacer mucho y todo a la vez.
Es falso ese mensaje que cada vez se extiende más en los círculos “evangélicos” que dice que si vienes a Cristo no tendrás problemas y que “serás feliz” y “muy bendecido”.
El obrero transcultural debe fundamentar su realización personal no en los “logros” sino en oír “la voz del esposo”.
Cuando paso por momentos difíciles, miro a mi Cristo, intento callar y dejo que mi Dios sea quien me defienda.
Dios siempre nos acompaña. Desde que le recibimos en nuestra vida, nada ni nadie puede separarnos de Él, y esa es una promesa que no se plasma solo en la eternidad.
Sonrío ante un espléndido regalo que me envuelve en gozo devolviendo claridad al presente que me acoge.
Los puentes se pueden definir como construcciones de diversos materiales cuya finalidad es la de permitir pasar o abrir paso sobre obstáculos diversos.
Son tiempos de incertidumbre en los que hemos de hacer un esfuerzo en no mirarnos sólo a nosotros mismos y nuestros pesares.
- Alguien debe ser valiente y decirle lo que no quiere saber.
Es pequeño, pero tiene una fe sedienta.
En la Biblia tenemos una nube de testigos y modelos que nos inspiran y estimulan a seguirlos, porque nos recuerdan que Dios cumple sus promesas.
La poesía como bálsamo para unos y tabla de salvación para otros. Aquí un texto cargado de esperanza escrito por el poeta y director de la Red Tiberíades.
Otro texto inédito del poeta peruano-salmantino, apropiado para estos tiempos.
El maligno busca hacer que todo sean altibajos sin sentido y que dudemos de nosotros mismos.
Queremos algo distinto, pero cualquier cosa menos esa Navidad que nos molesta porque exige de nosotros una respuesta que nos cambiaría la vida.
“Nadie sabe el problema que he pasado”, dice el góspel tradicional del siglo XIX. Y su versión del XX añade: “Nadie sino Jesús”.
Dios también es el Señor de los que pierden; él es también nuestro consuelo cuando todo parece ir mal.
pasamos nuestra vida esperando grandes eventos, situaciones trascendentales y victorias espectaculares. Mientras esperamos esos momentos y ponemos toda nuestra concentración y nuestro esfuerzo para que puedan llegar, se nos escapa la grandeza de lo más simple.
Los golpes no siempre se pueden esquivar. Hay que tener mucha voluntad para remontar y superar situaciones difíciles de soportar.
La Biblia habla constantemente de lo pequeño y de los pequeños, para bien.
Rondamos por este mundo, donde nos alcanzan todavía gruesas y oscuras nubes; acechan las tinieblas. Solo uno venció mientras transitaba por aquí.
Cuando me he encontrado en una situación difícil, siempre ha existido un camino ideal para enfrentarme con ella: fijarme en Jesús.
Él aparecerá a nuestro lado; en medio del lugar a ninguna parte, aparecerá un camino hecho por Él.
Existe un sol que puede brillar sobre nuestra existencia comunicando con su luz también calor y guía. Se trata de Dios.
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