¿Estás listo si Él te llama?

Hoy me siento cansada y me llora demasiado el corazón. En un mismo día han partido para estar con el Señor dos personas muy amadas por mi. No tenían nada que ver, excepto que los dos eran creyentes.

El primero era un hermano que tenía 90 años, podría ser bastante más que mi padre. Un hombre bueno, fiel al Señor durante toda su vida, Anciano de una iglesia en mi país hasta que ya no podía por edad; pero querido y respetado por todos. Su hija pequeña es más o menos de mi misma edad y somos amigas desde niñas. Nos conocimos en unos campamentos bíblicos de Villar, y enseguida nos quedamos la una con la otra. Con el correr de los años, la vida de cada una fue por distintos derroteros; pero esa preciosa amistad de la que tanto hemos disfrutado, sigue demasiado viva, tal como es la verdadera amistad. Puede que haga mucho que no nos veamos, pero en el momento que lo hacemos, es como si no hubiera pasado el tiempo.

Hoy mi mente está llena de recuerdos preciosos, de un hogar donde todo era cariño, y en donde la Palabra del Señor era el centro de absolutamente todo. No sé porque, recuerdo un hermoso frutero lleno de las más deliciosas frutas. Comidas y risas en la sobre mesa, mandarnos callar en la noche, porque mi amiga y yo, no parábamos de hablar y reír…. ¡¡Chiquillas!!

La mente de mi querido hermano estaba completamente lúcida, pero la partida de su esposa hace unos meses, fue algo que no pudo soportar, y al poco el Señor lo llevó a Su presencia.

Cuando estaba esta mañana en el acto de despedida, y miraba a mi alrededor y veía a tantos hermanos queridos, mi corazón se llenaba de recuerdos maravillosos, entrañables, e inolvidables.

¡Lo sé! Se fue en buena vejez y recogiendo sus gavillas, pero eso no menguó el dolor de mi corazón, ni la profundidad de mis sentimientos y recuerdos.

Y por esas cosas que sólo el Señor sabe, en Sus planes perfectos que nosotros no llegamos a comprender, casi al mismo tiempo, llamó a Su presencia a una chica de tan sólo 22 años. Algo absolutamente inesperado, y entiendo que bastante inusual. Cuando intentaron operarla, su corazón no lo aguantó y dejó de latir.

Sus padres, amigos nuestros, con los que hemos compartidos muchas cosas buenas, sobre todo la bendición y la alegría de estar juntos, vivían lejos, en la otra punta de España. Y el estar juntos por unos días, era un regalo del cielo.

Esta deliciosa chica era muy especial, la recuerdo con unos 13 años, preciosa, tremendamente alegre, por donde pasaba, era pura dinamita, le encantaba ponerse guapa. Recuerdo un día en el que no sé que problema tuvo porque no encontraba algo para el cabello, para dar más volumen a un recogido. …. Ella cantaba, saltaba, danzaba, lo que hiciera falta y para servir al Señor, y…. Cuando nadie ni nada lo podía presagiar, el Padre le dijo ¡Ven!

Y mi cabeza sigue girando y girando, y dándole vueltas a muchas cosas. Además recibí un par de noticias un tanto preocupantes y quiero entender, pero soy una auténtica ilusa, Sé demasiado bien que lo que hace el Señor es absolutamente perfecto, no cabe ni un solo fallo, ni el menor resquicio de duda o equivocación; es entonces cuando vienen a mi corazón las palabras….

”Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, más lo entenderás después”

                                  Juan 13: 7.

Y ante estas tremendas palabras, que sé bien que fueron dichas en una ocasión y en un contexto muy diferente, pero que podemos aplicar aquí, mi corazón guarda el más profundo silencio y aceptación. Es así y un día lo entenderé todo.

Cuando en la noche medito en todo esto, se me antojan de lo más absurdo cosas tales como discusiones por esto o por lo otro, enfrentamientos por diferentes posturas ante esto o aquello ¡Lo siento! Pero en estos momentos, hasta llego a aborrecer muchas cosas y muchas actitudes; estamos hablando de la muerte, en el segundo caso de alguien muy joven. Pero hay algo esencial y diferente. ¡Por supuesto que es más que lícito llorar! Lo contrario sería contra natura ¿No lloró Jesús ante la tumba de su amigo Lázaro?  Pero el verdadero hijo de Dios, enfrenta la muerte de un modo muy diferente a la persona que no tiene a Dios en su vida. Una cosa es llorar sin consuelo, no sólo por el dolor; sino por la falta de certeza de volver a ver a un ser querido que se ha ido. Otra muy diferente, es llorar por la pérdida momentánea de alguien que tenemos la plena seguridad de que volveremos a ver y a abrazar por toda una eternidad en el mismísimo cielo y adorando al Señor.

Si el Señor te llamara esta misma noche ¿tendrías la certeza de adonde irías? ¿Tienes dudas? No importa las más maravillosas obras que hayas hecho en esta vida o las que hayas dejado de hacer. Déjame decirte la clave de todo esto:

“… Dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi; aunque esté muerto vivirá.”

        S Juan 11: 25.

Parece fácil ¿no es cierto?...... Fácil para nosotros, a Jesús le costo precio de Sangre en la preciosa Cruz del Calvario, y la garantía para nosotros es Su probada resurrección.

¿Estás listo si Él te llama?

¡Yo sí lo estoy! Hace mucho que escuché Su voz llamándome, sólo tuve que rendirme a Él con todo mi corazón, entregarme por entero, rendirme por completo y, no sólo vivo tranquila ocurra lo que ocurra en mi vida; sino que puedo unirme a la canción que te regalo a continuación.

¡Estoy Lista si el me llama!.... Cuando allá se pase lista ¡Cierta estoy que por su Gracia allí estaré!