Ya conocéis la gracia de Jesucristo...

"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos" (2 Co. 8.9)

Repasando los días me di cuenta que lo dicho o escrito en el pasado se renueva para ser presente o mañana, y otra vez pasado y presente,  y así en el transcurrir de los días. Y he aquí que me encontré, nuevamente, en ese renacer, exclamando: "¡Navidad, feliz Navidad! ¿Por los regalos? ¿Reuniones?... Sí, claro, diríamos muchos. Pero quiero creer que todos los que decimos seguir al Maestro rememoramos en estos días que él se despojó de toda la gloria que le rodeaba para vivir una existencia humana, se encarnó en la realidad social de su tiempo, y se identificó con lo débil del mundo, con los que sufren, con los pobres de espíritu... ¡Pero si era del Rey de reyes! ¿No merecía venir con todo esplendor? Podía; sin embargo, no lo hizo. Porque en esa noche de Paz, en esa noche de Amor, eligió la pequeña ciudad de Belén para aterrizar en la tierra; eligió un pesebre para acostarse; decidió empadronarse como cualquier inmigrante, hacer cola para ello, pasar frío. Eligió un menú sencillo que lo identificara con los que clamaban por pan aquella noche...

Y ya, mucho antes, había elegido a Rut, la moabita, la extranjera, la insignificante, la que decidió refugiarse en Belén, lugar de redención, bajo las alas del Dios de Israel, como su antecesora. La colocó en un lugar privilegiado. Y ella se comprometió con el gran 'Proyecto de Dios', dispuesta al sacrificio.

Hoy, solo quiero recordar... y afianzar el compromiso. Gracias al Señor por utilizarnos en esta Navidad para compartir con los niños de la Belén peruana de Huaraz, o de Guinea Ecuatorial, Sahara, Burkina Faso, o de Madrid, o de Sevilla, Barranquilla, Salamanca, Bocachica, Lastic, El Alto, Líbano, Cali, Tierralta, El Dividivi, Bonda... Y que este compromiso sea solo el comienzo que presagie Esperanza de vida en abundancia para todos aquellos que todavía se encuentran en situación de desamparo, marginación, en tantas zonas del mundo devastadas por la guerra, la opresión, la desigualdad en el reparto, la esclavitud en todas sus formas, y mucho más.

Gracias por todos aquellos que han descendido del balcón para ir por el camino diseñando un Arcoiris de Esperanza, de Fe y de Amor, pero de ese que solo Dios puede dar".