El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
George Orwell nos mostraba la pesadilla de un totalitarismo que basa su dominio en el lenguaje, en lo que muchos consideran un libro profético.
La justicia y la paz se besaron.
Él y solamente El, es nuestra única esperanza de un mañana mejor, Jesús es el Único Camino a Dios el Padre, la Verdad suprema y la Vida verdadera.
Las alas no se heredan, se construyen con lágrimas, fe, tiempo, y coraje.
A veces lo que es correcto se niega, se oculta, se combate y se persigue, mientras que a lo que no lo es se le da la bienvenida, se afirma, se acepta y se abraza por una gran mayoría.
No podemos ser cristianos mediatizados por esas sucias gafas que nos muestran los valores antibíblicos que impiden el seguimiento del Maestro.
Sus cuatro autores, todos apologistas hispanos, reunieron el texto de conferencias que habían impartido en la República Dominicana el año anterior.
El curso, del 3 al 4 de julio, busca “ser un espacio de reflexión y aprendizaje, para todos los interesados en el desarrollo teológico y el impacto del protestantismo en la sociedad”.
Buscamos la libertad, pero los sistemas que más la han preconizado se han convertido en modos de opresión y esclavitud. ¿Dónde encontrarla? Jesús sigue respondiendo a esta pregunta.
La lista de profetas y líderes espirituales que se atrevieron a decir la verdad a los gobernantes que traspasaron los límites establecidos por Dios es larga, y a menudo con un coste elevado.
Meta elimina los ‘verificadores’ y los sustituye por las llamadas ‘notas de la comunidad’. "Vamos a restaurar la libertad de expresión", dice Zuckerberg.
La Biblia ha venido guiando la historia desde el principio del tiempo, venciendo tormentas de odio, apaciguando tempestades de controversia, llevando la civilización a tierras extrañas y la paz a hogares civilizados.
Si, incluso, hasta el concepto de verdad se puede debatir, eso significa que somos la civilización más pobre que ha existido.
¿Te ha transformado esta verdad, o sigues fuera del Reino de Dios aunque sepas como llegar?
La verdad última es teológica, no filosófica. Cuando el cristianismo reconoce que Jesús es la Verdad (Juan 14:6), relativa al relativizador y busca la trascendencia de ese Dios infinito que se revela en lo personal.
Por medio de la predicación del evangelio, la acción del “Espíritu de verdad” estuvo, está y estará encaminada a convencer del pecado de no creer que Jesús de Nazaret es el Hijo del Dios viviente; y por otra, a creer y poner la fe en aquel a quien “Dios ha hecho Señor y Cristo”.
Los llamados hijos de Dios necesitamos al “Espíritu de verdad” para, mediante su obra santificadora ser limpiados de toda mentira y frente al poder de la mentira y el engaño, adoptar la más firme actitud de rechazo.
Los escritores de los evangelios y de las epístolas fueron siempre muy conscientes de cuáles eran sus propias ideas y cuáles las expresadas por su Maestro.
Si hubiera que aplicarle un apropiado calificativo a la mentira sería el de destructiva, porque efectivamente su efecto es destructor.
La batalla por la Verdad es “la buena batalla”, aquella por la que vale la pena luchar hasta sus últimas consecuencias, la carrera por excelencia.
La verdad es una de esas nociones fundamentales de las que no se puede prescindir, por un lado, pero, por otro, con las que es muy difícil convivir.
En el mundo evangélico existe más de una leyenda urbana, mito popular, bulo, que nos proponemos abordar en esta nueva serie.
El buen anciano desterrado tenía un hijo que envió a aquel mundo para vencerlo y deshacer las obras del ilegal.
La intensidad de la sinceridad no es el criterio que se puede usar para determinar que una creencia sea cierta.
Una crítica de la película Anatomía de una caída, de Justine Triet (2023).
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