El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Si alguien piensa que los escritores de himnos clásicos eran serios y aburridos, es porque no conoce realmente la vida de ninguno de ellos.
Lo que era algo deseable en el paganismo, que por mucho que significara la igualdad entre los hombres duraba una semana, en el cristianismo la reconciliación entre los hombres vendría a ser una realidad completa y permanente.
La Biblia describe al unicornio como un animal impresionante por su gran fuerza y naturaleza indómita. No se refiere para nada al mítico caballo blanco medieval.
A modo de epílogo, añado a los capítulos precedentes esta breve demonología bíblica, en varios capítulos también, porque creo necesaria algunas explicaciones que puedan responder a las objeciones actuales acerca de la existencia de los demonios.
Unamuno, ya doctorado en Letras, fue profesor de lengua latina, luego estaba suficientemente capacitado para la tarea que le llevó a actualizar el drama griego.
¿Falló su fe? ¿Un defecto del amor?
Su interpretación ha sido objeto de debate entre los traductores desde la antigüedad ya que se trataba de un monstruo legendario propio de las mitologías semíticas.
El ibis sagrado era venerado en Egipto, pero las prescripciones del Levítico lo consideraba inmundo.
George Lucas basa gran parte de su mitología en Joseph Campbell y su “Héroe de mil caras”, buscando rasgos unificadores que dan sentido a los antiguos mitos y leyendas
Toda esta exaltación de la idea de pueblo tiene un talón de Aquiles, porque ¿qué ocurre si es el pueblo mismo el que se desvía o corrompe?
El clásico “Huracán en Jamaica” cuestiona uno de los mitos de la Ilustración más aceptados: el de la bondad innata del hombre.
Recreados por poetas y ensayistas, la mitología ha llegado hasta nosotros recorriendo el camino de los siglos para enseñar, entretener y admirar.
En la manera de describirlo, la mitología griega hace del Hades un lugar mucho más tenebroso que los textos bíblicos.
En tanto que Apolo personificaba el amor romántico, sentimental, Eros representaba el amor carnal, la atracción sexual.
En la mitología griega Ares está considerado el dios de la guerra. Su figura también implica la materialización de la fuerza bruta y de la violencia.
Escriben los poetas: el nicaragüense Rubén Darío: “bendigamos la risa, porque ella libra al mundo de la noche”. Nuestro Miguel Hernández: “sonriamos, doremos la luz de cada día en esta alegre y triste vanidad de estar vivo”
El principal mito de Deméter es el rapto de su hija Perséfone.
La mitología puede parecer inexplicable y extravagante, pero es así, no hay más, está reñida con la razón, es eso, mito puro.
Entre los dioses del Olimpo, Hera estaba considerada como celosa, vengativa y agresiva.
La leyenda incorpora a su biografía multitud de funciones importantes y lo considera como una de las doce principales deidades del Olimpo, añadiendo que dioses y mortales por igual acudían a él en momentos críticos de necesidad.
Estos extraños dioses no sabían o no querían saber nada de sentimientos nobles ni de perdón. Sin haber leído a Moisés practicaban el ojo por ojo, diente por diente.
Muchos pueblos indoeuropeos tienen una figura divina que más o menos corresponde a Zeus, como Dyaus en India, Júpiter en Italia o Tiwar entre los germánicos.
Dijo Cervantes que si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
El amor. Siempre el amor, incluso en vidas turbulentas y en horas de angustia, como la que tocó vivir a Electra.
En Atenea se da el bien y el mal; la nobleza y la venganza; la protección y la destrucción; la misericordia y el crimen.
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