El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El escritor ruso vivió amando la verdad y murió con ella en los labios. Esto ya es mucho para un hombre. Lo demás corresponde al juez justo.
Camus desentierra el eterno tema del sufrimiento de los sin culpa. Es la punta más aguda del problema del mal. Pero el escritor sabe también que sólo el Cristianismo de Cristo ha dado una respuesta a la pregunta de por qué sufren los inocentes.
Tagore sufre la aparente ausencia de Dios, quien parece jugar caprichosamente al escondite con el hombre que le busca y le llama. Pero Dios no desaparece.
La película ‘Adiós Christopher Robin’ nos habla de la inevitable distancia entre padres e hijos y la nostalgia del hogar perdido.
Hay que matar la duda. Estrangular las vacilaciones y las incertidumbres que impiden una fe genuina, total, que nos hace desconfiar cien veces y confiar una sola.
Dios, la religión, el amor, la muerte, el alma, la eternidad, son asuntos constantemente tratados en sus temblorosas rimas y en las narraciones en prosa.
El poeta abulense obtiene el galardón en su XVII edición. "Su palabra nace de la experiencia y el deseo irrefutable de compartirla", ha destacado el portavoz del jurado, Juan Mayorga.
La nueva definición de “iglesia”, sus nuevos signos, acordes todos ellos con el proceso encarnacional de la humanización, implicaban, entre otras cosas, que se trataba de una comunidad de gozo, al servicio de la historicidad humana, de la solidaridad, del sufrimiento mesiánico y de la apertura al futuro a partir de la dialéctica de la resurrección.
La humanidad se ha vuelto sorda ante los dolores y clamores del desvalido. Hemos llegado a ser peores que los animales irracionales. El egoísmo y la confusión lo invaden todo. En esta ceremonia de locura sólo tenemos un camino claro: eperar a Godot.
El poema acaba de salir publicado en Tallinn, la capital de Estonia, traducido al estonio por Mari Laan.
Escribo con el propósito, entre otros, de desnudar mi corazón y hacer que este dance al son de vuestras pupilas.
Chumacero no es de los poetas mexicanos más famosos en el extranjero. Pero si acaso fuera solamente por Responso del peregrino, merece un lugar entre los grandes autores de la lengua castellana.
Entre la mente de Dios y la mente del hombre existirá siempre esa abismal distancia teórica que hay entre el cielo y la tierra de la que habla el profeta Isaías. Los caminos de Dios no son los caminos del hombre. Ni los ojos de Dios son los ojos del hombre.
Copleston dice a Russell que si cree en la experiencia de enamorarse o de apreciar la poesía y el arte, con qué derecho niega la posibilidad de la experiencia religiosa personal.
Si hoy gozamos de cierta libertad, fue a costa de la suya. Es nuestro deber seguir rescatándolos, hombres y mujeres que, desde su fe, una fe resistente, solo querían el bien de su España.
Roldán lleva de la mano al lector por los caminos preñados de espejos para encontrarse con el Dios del escritor, un Dios tan personal que se despliega en cada página como lo que es: un personaje tan livianamente construido, pero tan sólido en su armazón filosófica basada en las febriles lecturas de Spinoza y Schopenhauer.
Chumacero encuentra su voz desde sus primeros pasos y en ella resuena una sentenciosidad bíblica, bastante insólita en la poesía de lengua castellana que se ha hecho casi siempre de espaldas a la Biblia.
Fue, a mi juicio, un hombre que combatió en su época todas las formas de inhumanidad en el orden social.
Al que cae no se le permite ni oír ni sentir que ha llegado al fondo. Sólo sigue cayendo y cayendo. Es el tipo de caída destinada a los hombres que en algún momento de su vida buscaron en su entorno algo que éste no podía proporcionarles.
“Soy cristiana, de democracia cabal. Creo que el Cristianismo con profundo sentido social puede salvar a los pueblos”, afirmaba la poetisa.
Papini quiso llegar al ateísmo integral. Pero Cristo le esperaba, como a la samaritana junto al pozo de Jacob.
Una selección de citas de personalidades de diversos ámbitos acerca de la idea de la felicidad.
Asalta la fascinada certeza de hallarse frente a un verdadero poeta, a uno de esos raros elegidos que, de acuerdo con Rilke, pueden decir a Dios cómo es el hombre, y al hombre cómo es Dios.
Nos sorprenderá no poco advertir que nos equivocamos al concebir a Dios más como Juez que como Abogado, más como Fiscal implacable que como Padre amoroso y compasivo.
Es, a través de las leyendas, donde Bécquer más ahonda en el alma, que, en la mayoría de los individuos, se mueve entre la afirmación y la negación.
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