El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Aquello que uno ama es como un vaso lleno de luz indicando el lugar de la Verdad.
Una teología que no se embarre en el día a día de los más necesitados, podrá ser una hermosa metáfora pero no una traducción perfecta del Amor al prójimo.
No te importe tropezar una y otra vez con la piedra blanda de la gratitud. El agradecimiento torna grande tu humildad.
Muchos sólo creen en la dignidad cuando padecen indignidades en carne propia.
Lo definitivo es la viva relación con Cristo, sin abstracciones ni metáforas. Húndete en sus raíces, emula sus experiencias y mastica el maná de su pensar. Así no habrá mentira en tu corazón.
Quien murmura se ocupa demasiado en perder su tiempo.
Sé impermeable a la usura, pues con ella no se construye una sólida casa. Parecerá una bella mansión, pero pronto será cubierta por telarañas.
Una masacre no es de repente; una abyecta crueldad acopia tiempos mensurables.
Esta puede ser la frase que guíe tal ‘nueva’ Misión: “Porque ejemplo os he dado para que, como yo he hecho, vosotros también hagáis”.
Tú, cristiano de todas partes, busca tu origen en el Sermón de la Montaña.
No a la diestra; tampoco a la siniestra: al centro del Evangelio, que no es reino de oscuridad ni de óxidos ciegos.
La oración, a veces, requiere frenar los labios. Gran derrota (la peor, si cabe) obtendrá quien no es consecuente con aquello que en alto vocea.
Quien desea servir, primero debe derrochar empatía hacia los demás. No teman hacerlo: es gratis.
Un nuevo Moisés advierta la deriva de aquellos que partieron por la senda equivocada.
El dinero no es un pequeño Dios, pero hay quienes combustionan su corazón ante tal presencia. No resulta sacra esa costumbre; tampoco la de corromperse por tenerlo cerca.
No a la diestra; tampoco a la siniestra: al centro del Evangelio, que no es reino de oscuridad ni de óxidos ciegos.
Alencart, poeta peruano-salmantino, ofrece a los lectores de P+D el pórtico que aparece en su libro ‘Los éxodos, los exilios. (1994-2014)’, publicado recientemente en Lima.
Para Alencart “habrá que ir desaprendiendo esa escorada enseñanza de las Escrituras, muy ligada al prejuicio y al estigma que ‘en el mundo’ se tiene hacia la poesía”.
Alencart ofrece su tercera entrega sobre la importancia de la Poesía para el creyente cristiano. Ahora se centra en difundir los escritos de León Felipe y Gabriela Mistral, de España y Chile, respectivamente.
Poesía es Resurrección, es milagro, es conmoción espiritual. Poeta es el Padre: “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”.
Dios se nos revela básicamente en dos poemas: el Poema de la Creación y el Poema de la Salvación.
Rescatemos, al menos, las palabras esenciales: Solidaridad, pan, Cristo, libertad, justicia, humildad… ¡Hagamos que la Palabra vuelva a ser salvación!
El Mensaje necesita el adentro y el afuera, tanto como se necesitan el día y la noche.
Cristo nos dice que no estamos locos. Sigamos sus ejemplos, tal como los sembró: sin banderías ni fríos rituales.
¿Acaso no hay violencia y maldad en nosotros mismos cuando somos indiferentes al sufrimiento ajeno?
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