Los frutos, los hechos...

1. ¿Qué ocultas detrás de tu apariencia o de tu decir banal? Yo muestro las semillas y los frutos. ¿Y tú?

2. Has vuelto, Amado galileo, porque nadie puede encarcelar tu Espíritu.

3. Aquellos cuyos abuelos o padres hasta ayer eran perseguidos, mañana bien pueden tornarse en perseguidores hasta colgar tu osamenta rebelde.

4. Disciplina para amar al prójimo. Ten igual o mayor disciplina para resistir a la voluntad de estar sermoneando sólo sobre una o dos cuestiones complementarias del mandato de Cristo. Firma un armisticio (contigo mismo) y dedícate a amar al prójimo, sea de tu país o llegado de lejos.

5. ¡Desllena tu reloj, tiene demasiados minutos apresurados!

6. En tu escondedero vendarás sus llagas hasta devolverles algo de esperanza. Te apresurarás a alzarles del cayuco o a rescatarles de la alambrada. Después, sólo después les dirás que las apariencias engañan.

7. Desea que te alumbre la luz lenta de Su memoria.

8. Ser extranjera/ en su amada patria./ Profundo dolor. (Hayku para Rosalía)

9. Terminará por quebrarse (o desvanecerse) la urna de cristal donde te haces invisible al mundo.

10. Breve resulta el poder de los confusos. Breve, pero acobardante.

11. Alguna vez también lee a Eurípides: “¡Ah!, ¡cuán bueno es todo para los generosos!”.

12. La noche planea con su intangible manto y se instala en el pórtico del hombre cabizbajo que lamenta el despojo que le hiciera alguien que estimaba como amigo. De repente, llega éste, como antaño, exhibiendo dos botellas de buen vino, junto a la falsa sonrisa que antecede a sus zarpazos. Su dolor acumula un nuevo desengaño, de esos que muchas veces quiebran el fervor del que ofrece, a veces hasta lo que no tiene, a veces más de lo que el otro se merece. ¿Con qué otra memoria sumará esta otra estocada? ¿Acabará tan repudiable abordaje con su generosidad restante? Días después se le ve mostrando más bondad hacia otros congéneres, mientras ellos constatan lo que él en verdad es: un pecho pródigo y un vasto corazón que irradia amor.

13. En frágil rama de la primavera va creciendo una negra telaraña.

14. Todo es inmundicia, hasta los elegantes trajes, si no estás embriagado de Amor.

15. Dices: “Justicia o Equidad para ellos; todavía”. ¿Sabes, cristiano, lo que dices?

16. La oración, a veces, requiere frenar los labios. Gran derrota (la peor, si cabe) obtendrá quien no es consecuente con aquello que en alto vocea.

17. Si –literariamente- criticar deseas y a criticar aprendes, vuélcate en la aguzada transparencia de aquellos que hienden su pensamiento en el origen para así saberse de buena fuente originales. Y comenta sólo obras que te entusiasmen, que sean carburante para tu espíritu; nunca critiques mamotretos indigeribles que sometan a tu criterio. Así practica tu oficio, sin trampas ni amarguras. (Para Máximo García)

18. Recibiste consuelo de un ateo. Su mano sobre tu hombro te hizo dudar, no de Cristo, sino de cierta fraternidad que no siente o no demuestra.

19. En el mundo rico hay pobres. En el mundo pobre hay ricos. Pero una diferencia esencial está en las cestas sobrantes, en los alimentos por caducar que se echan a la basura.

20. Pura perorata. Y ante la multiplicación de sus palabras sin raíz parece envanecerse más. ¡Pobre hombre, tan joven y ya perdido en discurso absolutamente mortecino!