El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Kathleen M. McIntyre estudia el desarrollo del cristianismo evangélico en las comunidades indígenas oaxaqueñas.
El amor no conoce leyes. La herida del amor que por momentos sentía Ricardo la cura la misma que la hace: Liduvina.
Estamos viviendo tiempos de un sincretismo religioso en el que todo vale y en los que no está bien visto señalar los errores que los cristianos vemos en otras religiones.
Lo que está diciendo Unamuno en esta novela es que aún cuando no podamos escapar de la agonía, del sentimiento trágico, ello no nos tiene que impedir vivir y gozar.
Otras obras de referencia consideran esta novela una obra menor en la narrativa de Unamuno. Pero biógrafos, críticos literarios y filósofos no piensan igual.
El proceso de herejía en contra de Lutero corroboraría a cada paso su intención de lograr una serie de transformaciones teológicas y eclesiales que nunca soñó.
Unamuno desarrolla una idea clave en toda su literatura: la frontera entre el sacrilegio de fingir en religión lo que no se cree y la bondad que supone mantener la fe.
La creación no pretende ser un fin en sí misma, sino la forma de orientarnos hacia el Creador, quien nos da vida y amor.
El catalán no dejó de desarrollar nunca esa primera vocación al lado de sus esfuerzos pastorales y eclesiales.
La predicación o comunicación del mensaje cristiano, en última instancia, no está destinada a informar o educar a quienes nos oyen, sino que primordialmente salven sus almas para el tiempo y la eternidad.
Detrás del escenario humano, se percibe claramente la presencia de Dios. Yahweh estaba con José, guiando todas las etapas y circunstancias de su vida, como el Padre lo estuvo también con Jesús.
Contextualizar no debe ser sinónimo de acomodar el Evangelio al gusto de las personas y culturas.
La filosofía analítica de la religión no solo está bien viva, sino que también goza de buena salud y de fortaleza.
La ansiedad con que Job esperaba la respuesta de su Dios se asemeja mucho a la que hoy se presenta en la búsqueda de razones o explicaciones sobre lo que está aconteciendo.
Debemos tomar con responsabilidad las críticas a la adulteración del cristianismo que desde distintos lugares se nos hacen.
Esta novela de Unamuno “refleja perfectamente el eterno conflicto entre religión y sexo”.
La época de Juan Ginés de Sepúlveda está llena de conflictos y también se van percibiendo aires de reforma.
“Lo mismo pude haber puesto Cuatro novelas ejemplares. ¿Por qué? Porque este prólogo es también una novela”, escribe Unamuno.
No hay intermitencias en la entrega misionera de Monroy; no hay espejos rotos en la rotación en que divide su tiempo para predicar la Palabra con el ejemplo.
Todos los que vivimos principalmente de la lectura y en la lectura no podemos separar de los personajes poéticos o novelescos a los históricos… Todo es para nosotros libro, lectura.
Las palabras fueron significativas en la creación y en la caída. Son importantes para la redención. Dios le ha dado valor a las palabras.
De esta, dijo el propio Unamuno que era “la más trágica de sus novelas”.
Maestro consumado en el arte de trasladar las consecuencias de la teología al espinoso terreno de las realidades sociopolíticas y culturales de América Latina y el Caribe.
“Desde que Nietzsche proclamó la muerte de Dios, pocos escritores han planteado con mayor vigor que Unamuno el problema de las relaciones entre el creador y sus criaturas como Unamuno”.
El título del libro, dice Park, evoca los dos intereses que han inspirado las reflexiones que recoge el libro, la naturaleza de la fe y su relación con el mundo que nos rodea.
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