El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En esa pausa silenciosa Dios se toma su tiempo y trabaja en el interior, ajusta aquello que por el uso comienza a tener holgura.
A pesar de su longevidad, ese santo Libro sigue siendo contemporáneo y verdadero.
Estoy aprendiendo; un poco más si cabe, a esperar. Que no hay tanta urgencia y sí mucha gente con prisa.
Soy frágil, pero su poder se perfecciona en mi debilidad y eso me hace fuerte.
Es necesario detenerse en el sendero, interrumpir el ritmo frenético que la vida nos marca y aprender a escuchar lo que el bullicio silencia.
Dejo en sus sabias manos todo lo que me estorba, inquieta y preocupa. Soy suya, descanso en Él.
Rota, con el alma herida, se postra abatida. ¡Señor, socórreme!
Dios quiere reconstruir tu vida, transformar el pasado y poner paz donde solo existe tormento.
Arregla tu casa para Dios. No dejes áreas de tu vida en manos que no sean las suyas.
Hoy la marea me ha traído un bello recuerdo, una reminiscencia de mi niñez envuelta de apego.
Hoy es un buen día para comenzar a abrir ventanas y dejar que el aire fresco de su gracia ventile la rancia esencia de lo viciado por el tiempo y la pereza.
La duda también es aceptada por el Padre, lo inaceptable es arremeter contra Él en un continuado estado de vacilación.
Acunó a ese pequeño animal que pronto sería su principal confidente, una silenciosa amiga.
Únicamente deseo que permanezcas a mi lado. Que dejes fluir mi fe en medio de la desesperación.
El renuevo hace que lo viejo quede excluido, olvidado en un cajón en el que nunca debemos volver a mirar.
No desfallezcáis, porque gracias a vuestra generosidad son muchos los favorecidos.
Es innegable que los pensamientos de Dios no son los nuestros. Él va por delante, abriendo sendas donde no parecen existir, allanando el terreno que posteriormente ha de pisar nuestros pies.
Si nos obligamos a eliminar esa gran roca que estorba podremos abandonar la cueva donde estamos cautivos y así sentir el gozo de la verdadera libertad.
Hasta aquí tu voz me confortó indicándome el camino a seguir, me mostró una senda diferente.
He mirado con ojos pesarosos el extremo del sendero y conociendo el espacio actual admiro sus vértices, irreconocibles, lejanos, aristas lamidas por el tiempo que me devuelven aromas del pasado.
He vuelto a recordar aquel hermoso eslogan y he pensado en lo mucho que deberíamos ponerlo en práctica.
Las cosas especiales vienen envueltas en atavíos muy humildes.
Son tus palabras envueltas en pausas las que han de barnizar este corazón tan presto a la huida.
Ofrendémonos en este nuevo año al Dios que hace nuevas todas las cosas.
Deseo que Dios te conceda infinitas razones por las que sentir alegría, por las que luchar, motivos por los que despertar cada mañana con la esperanza enarbolando tu mirada.
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