El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En este libro se entrecruzan la biografía, el análisis sociológico y la reconstrucción de un nuevo entramado institucional que se fue confirmando en un contexto altamente inflamable alrededor de lo sucedido en la Revolución Industrial.
Los grupos anabautistas cambiaron por completo el mapa religioso de Europa gracias a que sus diversas variantes y orientaciones se hicieron presentes en prácticamente todo el continente.
Villacañas no se conforma con aceptar los clichés y estereotipos con que, de manera general, se ha pasado revista superficialmente al trabajo pastoral, teológico y social del reformador Juan Calvino en la ciudad que lo acogió entre 1538 y 1564.
Si hubo algo a lo que Juan Calvino se negó continuamente durante su trabajo eclesial en Ginebra fue la sumisión de la comunidad de fe a los dictados de las familias nobles de esa ciudad.
Entrevista con el profesor y conferenciante Carlos Mendoza Álvarez.
Villacañas aterriza las ideas y situaciones acumuladas para hallar en el horizonte desplegado por Calvino y sus colaboradores los puntos climáticos que hicieron de éste la consumación de la gran transformación que representó la Reforma como un todo plural.
Hace justicia a los inicios y conformación de la tradición reformada, tan manoseada y restringida por algunos a algunas expresiones geográficas, sin considerar su amplitud de miras ni su gran diversidad.
El aniversario constituye una oportunidad de celebrar y reflexionar sobre la afirmación de la fe en el Credo Niceno, la misión del amor trino de Dios y las implicaciones que esto tiene para las iglesias.
“Sinfonía breve”, en donde alude al profeta Jonás, fue leído y releído, disfrutado al máximo y fotocopiado para no perder el hilo de su aportación instalada de manera inmediata en la memoria.
Se observa como una estela vivencial, textual y cultural que nunca dejó de ser el telón de fondo, a veces bastante velado, de su escritura y su actuación pública.
La obra de Carlos Aceves Monsiváis es incomprensible sin su identidad protestante de profundas raíces bíblicas.
“Hoy vivimos una nueva etapa de acercamiento, diálogo y de alianzas que favorecen un mensaje liberador para las mujeres”.
El pasado 8 de mayo llegó a los 80 años el teólogo metodista costarricense Victorio Araya Guillén.
El Dr. Alfredo Tepox Varela (1939-2023) fue un biblista, traductor y exégeta mexicano que colaboró en varias de las principales versiones de la Biblia de las últimas décadas.
Lo rescatable, dicen algunos, de ese Concilio fue la discusión cristológica que derivó en la redacción de un Credo importante que se estableció como norma de las iglesias de la época. Pero el precio que debió pagarse fue la entrega total de la vida de la iglesia a los vaivenes y conveniencia de los emperadores.
En su alocución inicial expresó: “Soy hijo de San Agustín. Soy cristiano y obispo. Podemos caminar juntos hacia esa patria para la que nos ha preparado Dios”.
Scannone, jesuita también, fue su profesor en el Colegio Máximo de San Miguel y una persona cercana que contribuyó a la formación de un perfil de vida y acción muy próximos a esa teología.
Ante la partida de Mario Vargas Llosa se subraya la excelencia de una obra enormemente poliédrica más allá de las polémicas ideológicas que la envuelven.
El escritor se valió de importantes autores para guiar su indagación sobre la vida y milagros del reformador primero luterano y luego anabautista Bernhard Rothmann.
Manuel Quintero, ingeniero y periodista cubano, dirigió durante siete años la revista.
Rubén J. Arjona Mejía es profesor de Cuidado Pastoral en el Seminario Presbiteriano Unión, de Richmond, Virginia.
La cuestionable decisión del Oficina de Inmigración de detener personas en lugares de culto ha sido vista como una enorme afrenta para las iglesias que llevan décadas defendiendo a las familias que hasta se han refugiado en iglesias consideradas como “santuarios” para ese fin.
También en el ámbito religioso estos cuatro años serán muy largos y extremadamente complejos.
Algunos círculos evangélicos, dentro y fuera de Estados Unidos, han manifestado su desazón por este manejo discrecional de la cuestión religiosa.
Lo sucedido el 26 de enero de 1875 en el puerto de Acapulco, Guerrero, pasó a la historia como uno de los hechos más ignominiosos ligados al surgimiento de las iglesias evangélicas en la segunda mitad del siglo XIX.
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