El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Continuarán las polémicas decisiones de este gobierno en materia religiosa, lo que sin duda hará más tensas las relaciones con los sectores sociales profundamente interesados en afirmar la laicidad del Estado mexicano.
A Casiodoro no sólo lo incomodaban los resquicios dogmáticos con los que pretendieron acorralarlo sus adversarios, sino que incluso llegaron a cansarlo.
Su trayectoria como investigadora y autora fue impresionante, especialmente en el campo de la historia intelectual de la Reforma Protestante.
Podría decirse que Reina sigue de un modo muy general las trazas del Credo de los Apóstoles.
Su evolución textual y de publicaciones fue bastante azarosa. Andrew Messmer reconstruyó la trayectoria de este documento.
La magnífica relación de Casiodoro con Grindal, basada en la confianza que consiguió obtener de su parte, contribuyó decisivamente a que, en medio de tantas peripecias y obstáculos, el gran traductor español limpiase su nombre.
Las tres o cuatro décadas posteriores a la “conquista oficial” de lo que ahora es el territorio de México fueron cruciales para la conformación de un nuevo rostro geográfico y cultural impuesto por los exploradores y militares españoles.
El códice ha sido estudiado por especialistas más recientes desde hace poco más de 50 años.
En menos de dos años los soldados y aventureros venidos de la Península Ibérica sometieron al imperio que controlaba buena parte del centro del territorio que ahora se conoce como México.
El momento político era del auge de la dictadura, y, en el plano de la poesía, se propagaba lo que se convenció llamar de poesía marginal. La poeta llega con una obra que pasa a lo largo de estos elementos contextuales.
La cruz, como auténtico y efectivo símbolo de esperanza, está ahí, esperándonos siempre.
Su atrevimiento expresivo y la contundencia de muchos poemas es lo que le ha ganado un lugar insustituible en el panorama latinoamericano.
Pocas veces es posible hallar, en un escritor de esta envergadura, semejante audacia para traducir en historias y conflictos algunos de los intríngulis de la teología,
Barth asumiría retadoramente las contradicciones de su tiempo al fijar una postura tajante en contra de lo que veía como una glorificación de la religión, fruto del liberalismo de fines del siglo anterior que conoció bastante bien.
La metáfora de Babel ha venido a cumplirse en estos tiempos posmodernos con toda su crudeza, ambigüedad y múltiples posibilidades.
El colaboracionismo gubernamental de Confraternice compromete a las comunidades evangélicas representadas de una manera corporativa.
La interpretación es el bisturí del cerebro que recorta la palabra. Y todo que se queda como era. Pero el poema es una palabra mágica que llama la vida escondida en nosotros.
La conocida inspiración evangélica de esta agrupación, es un factor que influye notablemente al momento de hacer un análisis de las posibilidades de que el PES mantenga su registro a pesar de no haber alcanzado el mínimo de votación exigido por la ley electoral.
El antiguo sueño ministerial comenzaba a concretarse y la acumulación de experiencias de fe, sirvió para poner en marcha el proceso personal y comunitario que esperaba para ser desarrollado con el tiempo.
La intolerancia protestante tuvo una gran responsabilidad en la persecución de muchos militantes de estos grupos, cuya indefensión era mayúscula ante los embates de gobernantes y líderes religiosos.
Los ímpetus organizativos de algunos movimientos evangélicos desembocaron en 1949 en la interrogante sobre la existencia de un auténtico pensamiento latinoamericano.
Este autor, completamente enemistado con las posturas de los heterodoxos, se solaza en describir los itinerarios vitales y geográficos de quienes no cejaron en su intento por influir, a distancia, en el derrotero espiritual de España.
Menéndez y Pelayo advierte aspectos que hicieron de la aportación de esos “heterodoxos” a la grandeza de la cultura española cosa digna de notarse.
Pacheco se acercó a la benemérita traducción de la Biblia al castellano de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera gracias a las lecturas que le compartió Carlos Monsiváis (1938-2010), protestante como aquellos.
La intención es presentar un amplio panorama de la fascinación judía por las palabras, así como del manejo de las mismas para vehicular lo sagrado y lo cotidiano, lo trascendental y lo coloquial, lo rimbombante y lo minúsculo.
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