El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En ningún sitio en Génesis 1 o 2 dice que Dios creara primero al hombre y después a la mujer.
El silencio de los hombres es cómplice. No existe la neutralidad: es tomar posición a favor del abusador.
“El color de mi cristal”, nuevo libro de esta escritora, filósofa y líder evangélica.
Las palabras de Jesús, como no podía ser de otra manera, ponen en crisis un modelo de mujer sometida al sistema.
Una mujer evangélica activista, reformadora y mucho más, que ayudó sobre todo a mujeres envueltas en la prostitución.
El lenguaje, campo de batalla: la lengua no es sexista, es el uso de la lengua el que es sexista:
"No nos alarma la proposición de ley sólo porque sea contraria a nuestra cosmovisión cristiana, sino porque amenaza a las libertades democráticas"
El mensaje bíblico que rompe la cultura y la mentalidad prejuiciada en muchos aspectos, coloca a la mujer en una posición de dignidad que no está etiquetada por grados de género sexual.
Las llamadas feministas históricas actuales han rechazado de pleno el borrador de la ley trans que pretende sacar adelante Irene Montero.
En el 99% de los casos de denuncias de abuso sexual, no se da credibilidad de entrada a la mujer. Se cree como verdad última y única al varón.
Existe “otro” movimiento feminista mesurado, reivindicativo de las legítimas aspiraciones en una sociedad democrática. Es el movimiento de Jesús para la mujer emancipada por el manual de vida del Reino de Dios.
Cada matrimonio es un “huerto cerrado” (Cant.4,12), único, una auténtica creación única, desarrollando un equilibrio único en cada aspecto de la vida conyugal.
Un estudio de los relatos de la Creación, la palabra cabeza (kephale) y el texto de Efesios 5: 18-33.
Dada su relevancia, merece la pena una aproximación detenida a esta cuestión.
Hay un feminismo que debemos visibilizar como cristianos y que NO es “guerra de sexos”.
Jesús es nuestro referente: revolucionó la sociedad en su trato a la mujer. Fueron sus amigas, discípulas, y colaboradoras. Las amó, cuidó y enseñó, devolviéndoles el lugar y dignidad que Dios le dio desde el principio.
El protestantismo está ligado a los movimientos abolicionistas y de igualdad de la mujer.
Fue una de las mujeres más influyentes de su época. Poeta, dramaturga, activista de éxito, defensora de la educación femenina y la abolición de la esclavitud.
Watson, Crick y Wilkins recibían el Premio Nobel por sus estudios sobre el ADN. Ninguno mencionó a Rosalind Franklin en cuyo trabajo se basaron.
Una niña de tan sólo diez años ha abortado en Brasil.
Cuando se habla de muertes de mujeres, sería solo la punta de un iceberg de proporciones gigantescas.
En ninguna manera se trataría de “cuotas” sino de llamado y capacitación divinas para el ministerio pastoral.
Podemos contrastar el “como fue hecho al principio” con cómo fueron las cosas tras la caída, hallando que la mujer siempre ha sido considerada inferior al hombre.
Aunque les afecta de distinta forma, desencadena una tormenta que golpea al individuo, la unidad familiar y la comunidad.
La arriesgada transgresión de una heroica cristiana egipcia recuerda al bíblico caso de las hijas de Zelofehad.
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