Mujer, británica y protestante en la España de 1920

Quiero rendir un homenaje a una mujer, desconocida por muchos, por pertenecer a una época y contexto lejano para nosotros.

Su nombre es Jessie Claudia Chesterman. Llegó a Linares en 1920. Hija de misioneros, misionera también. Mujer. Generosa. Entregada a los prójimos. Traductora. Maestra de niños y niñas. Sustentadora económica de pobres. Cristiana.

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Son tiempos muy difíciles los que tiene que vivir. Hacerse un hueco en una sociedad dominada por hombres es tarea casi imposible. Pero acaso ella no quiere hacerse un hueco, porque sabe quién es, qué es, y lo que tiene que hacer, sin que su género le impida hacer lo que tuvo que hacer, sin pensar en techos de cristal o ser ciudadano de segunda.

Compatriota y hermana en la fe de Carlota Remfry, ésta dedicada a la literatura, aquella dedicada a enseñar, a dar y a darse. Su género no la amilanó. Se fundaron siete escuelas evangélicas en esa época tan dramática en Linares.

Dio su vida evangelizando: contrajo una fiebre tifoidea en 1927 en Granada mientras repartía literatura evangélica junto a su hermana Rachel y sus padres.

A su entierro asistieron más de 400 personas, lo que habla del impacto e impronta que había dejado en muchos.

No se escribirá mucho de ella, porque no gritaba por las calles… solo supo ser mujer con identidad propia; solo supo hacer lo que tuvo que hacer por ella y por los demás. Ella. Jessie Claudia Chesterman. Te honro.

Sus restos yacen en el Cementerio Evangélico (británico) de Linares, con una lápida que da entrada a una historia que revolucionó Linares. Porque quiérase o no, ellas fueron agentes de cambio en Linares.