Somos seres de contrastes. Eso, a veces hace que perdamos de vista la condición que tiende a dominarnos.
Con aspecto de ‘western’ apocalíptico que toma escenario en la Italia local y costera, Dogman es toda una sorpresa. Esta película, de apariencia modesta, pero que acaba revelando unas aspiraciones profundas, sobre todo en la psicología de sus personajes, fue considerada como posible representación italiana para la categoría de mejor película de no habla inglesa en los Oscar. Su director, Matteo Garrone es conocido por Gomorra, basada en la novela del periodista que ha investigado la mafia Roverto Saviano, y por Tale of tales.
Dogman entremezcla los géneros de ficción criminal y drama con desenvoltura y una sencillez que hacen de la historia una realidad cercana, a pesar de sus elementos atípicos, como el hecho de que el protagonista sea el propietario de una peluquería canina que trapichea con mafiosos locales.
De hecho, la historia pretende inspirarse en el ‘delito del Canaro’, el asesinato del criminal y boxeador amateur Giancarlo Ricci que tuvo lugar en Roma, en el año 1998, por parte de Pietro De Negri, también conocido como ‘Er Canaro’. Aunque el desarrollo de la historia de Garrone difiere de los acontecimiento reales.
[photo_footer]La película es un claro ejemplo de la ambigüedad del pecador contemporáneo, tierno ante lo superficial e indolente ante lo trascendente. / Fotograma de la película, Filmin.[/photo_footer]
Este ‘Canaro’, que en la película es Marcello, representa la gran atracción de la película de Garrone. Es un personaje que genera tan poco interés como que al mismo tiempo sorprende y conmociona. Sus ambigüedades oscilan alrededor de su aburrida vida de peluquero canino y padre divorciado que cada tarde se sienta en el bar con su grupo de amigos a tomar una cerveza y cuestionar cosas superficiales y problemas que en realidad no siempre lo son, y que de vez en cuando trapichea con algún mafioso local de tres al cuarto.
Él encarna a ese ciudadano tranquilo, amigo de algunos y enemigo de nadie, que hace su vida sin pensar realmente en nadie más que él mismo pero sin pretender molestar a nadie. Sin embargo, es consciente de que sus decisiones, incluso las más pasivas y dejadas, traen consecuencias, aunque a veces no parezca tener la capacidad valorar exactamente su magnitud.
Este Marcello es, en cierto sentido, una representación del homo contemporaneus, capaz de sentir apego por el peinado de un animal, pero indolente, frío y sin escrúpulos para colaborar con unos ladrones en el asalto a una casa y luego querer quedarse parte del botín, o para acabar perdiendo todas sus amistades por convenir en un robo a un amigo. Lo extraño es que, hasta cierto punto, resulte tan fácil identificarse con él o justificarle en ciertos momentos.
[photo_footer]Marcello Fonte da vida al personaje protagonista de Marcello en la película. / Fotograma de la película, Filmin.[/photo_footer]
Y es que, durante buena parte de la película, es fácil que al espectador le cueste identificar a Marcello como el villano de la trama. Todo parece encaminado hacia Simone, el bruto boxeador retirado que sobrevive a base de chantajes y robos, y que hace de Marcello un extraño compañero a la fuerza y amigo por el beneficio.
Pero la psicología de la relación es realmente increíble. Marcello acaba destapándose como un auténtico villano, sin nada que lo diferencie de su hostigador. De hecho, es en su relación con el que parece un verdadero criminal, cuando más evidente se hace que esa es también su esencia, la de ladrón y maleante. Al final, uno se pregunta qué puede llevar a un peluquero de canes a comportarse así. Pero la respuesta tiene que ver con lo que es el personaje, el individuo en sí mismo.
Somos seres de contrastes. Eso, a veces hace que perdamos de vista la condición que tiende a dominarnos, y nos lleva a esforzarnos por remarcar esos atisbos de justicia en nuestro día a día. Pero esto no es algo realista, y al final la oscuridad acaba siendo realmente cegadora. No es otra cosa que el pecado que mora en nosotros, como escribió Pablo (Romanos 7:17), y por el que ni siquiera bastarían todas las vidas que pudiésemos vivir para corregirlo por nosotros mismos. Dice la Biblia que solo quién está en Cristo es convertido en una nueva persona, una nueva criatura (2 Corintios 5:17), y esto tiene que ver con la obra poderosa de la cruz y la resurrección. No hay ambigüedades en el efecto que esto tiene para la vida de la persona que así lo cree, porque el propio Jesús prometió el sello del Espíritu Santo en ella.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o