El tweet de Dios sobre los inocentes condenados a muerte

En la película ¿Vencedores o vencidos? (‘Judgment at Nuremberg’) de 1961, una obra maestra, dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Spencer Tracy, en el papel del juez estadounidense Dan Haywood, encargado de juzgar a cuatro jueces alemanes por su implicación con el nazismo, hay una secuencia en la que este juez, que se hospeda en la casa de un matrimonio alemán, que anteriormente fue el hogar de un mando militar, le pregunta al hombre y a la mujer, de manera informal, sobre su experiencia con los acontecimientos que pasaron en Alemania: 

-Juez Haywood: ‘Señor Halberstadt ¿Cómo vivían ustedes en tiempos del nacionalsocialismo?’

- Señora Halberstadt: ‘No le comprendo señoría.’

- Juez Haywood: ‘Sí, quisiera saber cómo vivían entonces. En mi país he conocido a muchas personas como ustedes, son bondadosas, por eso, sí, me pregunto lo que significaba para ustedes vivir bajo el régimen de Hitler.’

- Señora Halberstadt: ‘No entendemos de política; mi marido y yo no entendemos de política.’

- Juez Haywood: ‘Lo sé, pero seguramente estaban enterados de los acontecimientos que se producían. Ocurrían muchas cosas señor Halberstadt, desfiles, Hitler y Goebbels venían a esta ciudad cada año. ¿Cómo era aquello?’

- Señora Halberstadt: ‘Jamás, jamás, fuimos a un mitin, se lo aseguro, no íbamos.’

- Juez Haywood: ‘No piense que pretendo someterles a juicio; si les pregunto es porque siento verdadera curiosidad…. Por ejemplo ¿habían oído hablar de un lugar llamado Dachau, que no está a muchos kilómetros de aquí; sabían lo que allí estaba pasando?’

- Señora Halberstadt: ‘No lo sabíamos, de verdad, puede creerlo; no lo sabíamos. ¿Cómo puede preguntarnos si sabíamos lo que pasaba en Dachau?’

- Juez Haywood: ‘Lo siento.’

- Señor Halberstadt: ‘Señoría, sólo somos gente sencilla, perdimos a un hijo en el ejército y a una hija en un bombardeo. Durante la guerra estuvimos a punto de morir de hambre. Fue terrible para nosotros.’

- Juez Haywood: ‘Estoy convencido de ello.’

- Señora Halberstadt: ‘Hitler, Hitler hizo algunas cosas buenas. Yo nunca diría que no hizo nada bueno. Construyó autopistas, dio trabajo a mucha gente; no podemos negar que hizo algunas cosas buenas. En cuanto a las otras cosas, las que dicen que hizo a los judíos y todo lo demás, no podíamos saberlo y pocos alemanes lo sabían.’

- Señor Halberstadt: ‘Y aun sabiéndolo ¿qué hubiéramos podido hacer nosotros?’

- Juez Haywood: ‘Pero su esposa ha dicho que no lo sabían.’

Es notorio el diálogo entre estos personajes sobre cuestiones de tan gran calado, que acababan de ocurrir pocos años antes. El matrimonio se siente incómodo ante las preguntas que el juez, que no está ejerciendo el papel de juez en ese momento, les está haciendo. Prefieren rehuir la espinosa cuestión y se refugian en la neutralidad y la ignorancia, apelan a sus propios sufrimientos y justifican algo de lo acontecido, aunque no todo, reiterando que nada sabían de lo peor, aunque si lo hubieran sabido, afirman, nada podrían haber hecho. La verdad es que si hubieran sabido lo que estaba pasando, sí podrían haber hecho algo. Pero la cuestión es si sabiéndolo, hubieran sido capaces de hacerlo, porque si hubieran hecho algo, habrían acabado ante un pelotón de fusilamiento.

Este matrimonio alemán es representativo de la mayoría de entonces y de ahora, que cuando enfrenta situaciones complicadas escoge eludirlas, dado el alto precio que va a suponer tener que enfrentarlas. La debilidad humana es muy grande y de ello se aprovecha el mal, para ganar terreno y hacerse fuerte. Hay una neutralidad que es elogiable y hay una ignorancia, la que no sabe, que es excusable. Pero también hay una neutralidad que es reprochable y una ignorancia, la que no quiere saber, que es condenable. 

Hay un tweet de Dios que dice lo siguiente: ‘Libra a los que son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte. Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá y dará al hombre según sus obras.’ (Proverbios 24:11-12). Un inmenso número, millones en España, de los que son llevados a la muerte en nuestro tiempo, son los seres humanos no nacidos. Hoy nadie puede alegar ignorancia sobre esta masacre y la neutralidad no es posible. Hubo leyes que ampararon aquellos crímenes de entonces y hay leyes que amparan los actuales. Lo terrible entonces fue la ignorancia, no sabemos si honesta o no, sobre un mal, para no actuar. Lo terrible hoy es la normalización de un mal, para no actuar. Aquella ignorancia sirvió para preservar el mal; esta normalización sirve al mismo fin. Entonces muchos no quisieron oponerse al poder hegemónico, porque mientras las cosas fueran contra los judíos y no contra los demás ¿qué importaba, si no se era judío? Ahora muchos no quieren oponerse al poder hegemónico, porque mientras las cosas vayan contra los no nacidos y no contra los demás ¿qué importa, si ya estamos entre los nacidos? Pero el tweet aclara que sí importa, porque hay un Juez, más alto que el de Nuremberg, que toma nota de lo que está pasando.