Si para muchos el rostro del Dios de los profetas les es desconocido, tampoco evocan al Jesús humano que vivió entre nosotros.
En el contexto actual hay muchas iglesias, independientemente de a qué confesión religiosa pertenezcan, en las que ha habido muchos cambios. El hombre del siglo XXI ha trastocado muchos de sus parámetros religiosos. Muchos considerados creyentes creen no necesitar a la iglesia, no depender de la orientación de sacerdotes o pastores y, en muchos casos, si se les pregunta, dicen dar la espalda al templo, pero no a Dios. Viven así un cristianismo ajeno a instituciones, a cargos religiosos, a ceremonias y rituales.
Una pregunta que podríamos hacernos es si, a pesar de estas renuncias, abandonos o cambios, pueden tener una idea clara de Dios, del rostro del Creador o, en su caso, están expuestos a experimentar un Dios con el rostro velado o están expuestos a la práctica de ciertos misticismos y sensaciones, ciertas vivencias espirituales que se apartan del verdadero rostro del Dios revelado.
Otra pregunta que se puede hacer el hombre de hoy es si, realmente, es necesario el ritual, la mediación de sacerdotes o pastores, las ceremonias religiosas y, en su caso, la iglesia misma. El caso es que hay muchos que dicen creer, pero abandonan la iglesia, se alejan de esos parámetros religiosos que tanta importancia han tenido en anteriores épocas. Muchos jóvenes abandonan la iglesia, aunque pueden convertirse en creyentes que viven su fe al margen de toda institución religiosa y dando la espalda a los líderes religiosos.
En el poco espacio que va del siglo XX al siglo XXI, se han dado diferencias sustanciales. En el pasado siglo se hablaba del proceso de secularización de la sociedad, se leía mucho el libro La Ciudad Secular, de Harvey Cox. Lo religioso parecía independizarse de la sanidad, de la política, de la economía, del derecho y de la enseñanza, pero las iglesias seguían llenas, no se daba el abandono ni la desvalorización que para muchos tienen hoy.
Hoy, en nuestro aquí y nuestro ahora, la iglesia como institución parece perder fuerza. Muchos, tanto jóvenes como mayores, en un porcentaje relevante, le dan la espalda. Sin embargo, pueden sentirse religiosos, incluso cristianos, aunque quizás, para ellos, la Biblia también parece perder peso. Muchos pueden vivir una espiritualidad en la que no solamente la iglesia se difumina, las instituciones religiosas se desdibujan, sino que también puede ocurrir que la mismísima imagen de Jesús y su irrupción en el mundo con sus valores del Reino, no se considere imprescindible para mantener su sensibilidad religiosa.
De ahí que yo afirme que el rostro verdadero del Dios vivo puede desdibujarse, puede empañarse, puede quedar velado de una forma que dé lugar a muchos olvidos de los compromisos cristianos en el seguimiento del Maestro. El reto puede llegar a estar en que existirá una gran masa de cristianos “libres” que no van a tener una referencia a la Biblia ni a la que nosotros consideramos la revelación de un Dios que se revela en nuestra historia.
Pueden llegar a existir creyentes que, quizás, tengan una idea velada del rostro del verdadero Dios. Creyentes que se abran a la búsqueda de un ser trascendente que pueda estar lejos del Dios revelado en la Biblia. Será el Dios velado. Un Dios sin rostro. Un concepto de Dios deformado.
Dar la espalda al templo, a los pastores o sacerdotes, a todo tipo de ritual y ceremonia, a todo tipo de tradiciones religiosas, pero sin perder la idea de que hay un Ser Supremo, un Dios al que presienten, pero que no llegan a conocer en su plenitud. Muchos, así, pueden llegar a invocar a un ser supremo en situaciones de sufrimiento o catástrofes, pero no ven conexión entre su sentir y la experiencia de la iglesia. Podrían estar fuera de la mismísima revelación de Dios. No sería ni siquiera conocerle “de oídas”, sino como un presentimiento de nuestra sensibilidad en la que, de una manera u otra, sigue resurgiendo la idea de Dios, de lo trascendente.
Así, si para muchos el rostro del Dios de los profetas les es desconocido, tampoco evocan al Jesús humano que vivió entre nosotros. Todo puede quedar un tanto nublado y oscurecido y, de alguna manera, enterrado en aquella iglesia que ellos han abandonado. Si no necesitan la mediación del templo, quizás tampoco lleguen a pensar en la idea del Jesús Dios/hombre como mediador. Nieblas, nubes. Sombras, espantajos y oscuridades pueden estar velando esa idea de espiritualidad libre, ajena a la iglesia y a la autoridad pastoral o sacerdotal.
Es como si la idea de la búsqueda de una experiencia directa de Dios, que para nada necesita la iglesia o el ritual, también tuviera sus peligros. Como si pudieran llegar a la experiencia del encuentro de un Dios sin rostro, velado, desdibujado y un tanto alejado de ese Dios personal al que se llega mediante el nuevo nacimiento. Es como si a muchos hoy les importara un bledo dejar atrás la iglesia y todo lo institucionalizado, para vivir, de forma autónoma, una sensibilidad religiosa a la que no quieren renunciar de una manera total y globalizante.
Por delante nos queda a los cristianos todos el ir desvelando y poniendo de relieve el verdadero rostro de Dios.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o