Hoy hago un texto nuevo dirigido a los pobres cuyas estaciones de su personal Vía Crucis o Vía Maldita es el gran escándalo humano que nos avergüenza a toda la humanidad hoy.
Se aproxima la Semana Santa. Muchos, fundamentalmente los católicos, hablarán del Vía Crucis que pueden considerar bendito debido a que se trata de una vía de dolor redentor a nuestro favor. Sin embargo, al Vía Crucis de los pobres no se le puede considerar bendito. Está abonado por el egoísmo humano y los desiguales repartos de la riqueza en el planeta tierra. Yo le llamaría Vía Maldita que muchos de los pobres de la tierra van recorriendo con sus catorce estaciones de agonía. En esta Vía Maldita es posible que las estaciones sean muchas más, pero vamos a considerar esos catorce escándalos en la vida de los excluidos.
Hace ya mucho tiempo que escribí un Vía Crucis de los migrantes de la tierra. Hoy hago un texto nuevo dirigido a los pobres cuyas estaciones de su personal Vía Crucis o Vía Maldita es el gran escándalo humano que nos avergüenza a toda la humanidad hoy.
Vísperas de Semana Santa. No, no. El dolor y el sufrimiento no son algo propio para el recuerdo de la Pasión del Señor en Semana Santa. Muchos de los pobres de la tierra están sufriendo. Otros de entre los integrados de la sociedad, quizás estén pensando en estos días en flagelarse, darse latigazos, andar con rodillas sangrantes, sangre que circula por las espaldas golpeadas de forma escandalosa.
Estos segundos, los voluntariamente flagelados, quizás tengan un Vía Crucis demasiado suave. Son más duras las catorce estaciones que día a día recorren los pobres de la tierra no a través de su Semana Santa, sino a lo largo de toda su vida en su mundo traidor y marginante. Muchos podrán pasear a Jesús en procesión por las calles, pero si se están olvidando del hombre sufriente, Jesús seguirá gritando en medio de los pasos de procesión de esta Semana Santa o en el centro de cualquier ritual confesional que recuerde su muerte: “Por mí no lo hicisteis”.
Catorce estaciones son las que marca el Vía Crucis de los católicos en España. La primera es aquella de los que están tristes hasta la muerte o, simplemente se están muriendo. No es un momento o un día en el Huerto de los Olivos, sino día tras día, año tras año viviendo en la tristeza amarga de la infravida. Por esta amargura triste se entra en el Vía Crucis o Vía Maldita de los pobres quizás para no salir nunca jamás. Túnel clausurado sin salida. El egoísmo humano, el robo y el despojo es la gran tapa maldita que impide resurgir de la pobreza.
Hay otras estaciones. Algunos hablan bien de los pobres y hay políticos que se muestran como sus rescatadores. Incluso llegan a darles el beso traidor. Ósculo traicionero porque no es un beso liberador, sino un beso que, si no es de entrega como el de Judas, sí es de abandono total. La traición del hombre contra el hombre es la segunda estación que sufren los pobres de la tierra.
Los pobres ya han sido condenados no se sabe por quién. Son los condenados de la tierra. ¿Quién les ha juzgado? Nadie acepta la responsabilidad de este juicio o, quizás, es que se les ha condenado sin juicio justo. No sabemos quién se adjudicaría ese triste privilegio de ser el Sanedrín que condena a tantos excluidos, pero los pobres, ya condenados por los poderes económicos del mundo, siguen caminando por esa Vía Maldita de condena a muerte o, simplemente, condena a la infravida, al no ser de la marginación. Una triste tercera estación.
Luego, los pobres, en su recorrido, son también negados. Se da la negación de los pobres. Muchos los niegan sin que después caigan en el arrepentimiento como hizo el apóstol Pedro. Nadie reconoce ser amigo de los pobres. Es más, se les puede hasta insultar llamándoles incompetentes o vagos. En la negación va la falta de reconocimiento del escándalo tan grande que en el mundo es la pobreza. Se da explotación, pero más aún se da la exclusión, sobrantes humanos a los que el mundo niega. No los reconoce en sus miserias. Es su cuarto recorrido, su cuarta estación amarga y violenta.
¿Habrá Pilatos de nuestros tiempos que juzgan a los pobres, o simplemente, ya de inicio se lavan las manos para tranquilizar sus conciencias? Quizás esto segundo. El ver al mundo lavándose las manos intentando quitarse de encima la culpa, sería su quinto recorrido, su quinto paso, su quinta estación hacia la muerte de los inocentes.
Flagelación. ¿Son hoy los pobres flagelados, o simplemente olvidados y excluidos? De todas formas en ese olvido, en ese dar la espalda al grito de los pobres, en esa consideración que a veces se les da como sobrante humano, ya está su flagelación con látigos ideológicos, consumistas e insolidarios. El marchar por el mundo en este olvido es la estación de la flagelación, el golpeo de la indiferencia insolidaria. Es su sexto paso por su Vía Maldita, el Vía Crucis de los pobres.
Aplastamiento. Los pobres cargan en solitario con su cruz, no pueden con ella. El peso de su cruz es demasiado para sus débiles cuerpos camino de su personal Gólgota. Son aplastados. Van subyugados por su peso condenatorio, reos del capital, de los desiguales repartos que se dan en el planeta tierra, aplastados por la losa de la insolidaridad. Su séptimo paso, su séptima estación, su séptimo camino de su Vía Maldita derechos al derrumbamiento por debilidad, por hambre, por miserias.
¡Apoyad con vuestras manos, cristianos del mundo! Faltan en nuestra tierra Cirineos, personas que apoyen a los pobres y que les den un hálito de descanso y esperanza. ¿Será Misión Evangélica Urbana de Madrid uno de estos Cirineos? Queremos ayudar en esta octava estación de descanso, ser la mano tendida que deben ser los discípulos de Jesús que rompa de alguna manera el continuo sufrimiento de este Vía Crucis de los empobrecidos de la historia.
El llanto de las mujeres que observan. Hay ríos de lágrimas de los pobres, pero ¿alguien llora hoy por los excluidos de la tierra? Si no, la respuesta es clara: Llorad por vosotros mismos en este noveno tránsito.
La crucifixión. El cumplimiento de la ejecución. Décima y violenta estación. ¿Cuántos pobres están en esta estación del Vía Crucis hoy? ¿Cuántos caminan por esta Vía Maldita de los empobrecidos? ¡Cuidado! Ese niño se está muriendo de hambre, esa mujer por la infección de un parto, el otro por falta de agua potable. Son ejecuciones que se podrían evitar.
El mundo en manos de ladrones. Se necesita la conversión de estos acumuladores injustos, de estos malos ladrones. Al lado de Jesús estaba el buen ladrón, llamado bueno por su arrepentimiento. ¡Arrepentíos, ladrones del mundo, convertíos y compartid. Decimoprimera estación necesaria e imprescindible en el mundo hoy.
Acompañamiento misericordioso. Es valiosa la compañía a los abandonados ya a punto de morir: la decimosegunda estación que dibujaron María y Juan, el discípulo amado del Maestro. No demos la espalda al grito de dolor de los despojados. Acompañar ya es comprometerse. Si no te vas a comprometer, intenta huir como de la ira venidera. Sin compromiso no es necesario el acompañamiento.
Muerte injusta. Casi asesinato. Crimen. La muerte ignominiosa como final. Destino de los sufrientes de la tierra como decimotercera estación. ¿Cuántos hambrientos morirán hoy?
Fin del Vía Crucis en una tumba. Decimocuarta y última estación. A muchos de los pobres de la tierra no se les concede este derecho digno para los muertos. No hay tumbas dignas para muchos de ellos.
Quedamos pendientes de la victoria, de la resurrección, de la destrucción de la muerte y del sufrimiento. Mientras tanto, comencemos a acercar ya el Reino de Dios a los pobres de la tierra. No importa si nosotros morimos también con ellos. Sólo se puede vencer a la muerte muriendo… como hizo el Maestro.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o