CON EL TIEMPO... te das cuenta que casarte sólo porque “te estás quedando”, es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso.
CON EL TIEMPO... comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
CON EL TIEMPO... te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.
CON EL TIEMPO... te das cuenta de que los amigos verdaderos, valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.
CON EL TIEMPO... entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado de amistades falsas.
CON EL TIEMPO... aprendes que las palabras dichas en un momento de ira, pueden seguir lastimando a quién heriste durante toda la vida.
CON EL TIEMPO... aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
CON EL TIEMPO... comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
CON EL TIEMPO... te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible
CON EL TIEMPO... te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.
CON EL TIEMPO... comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas.
CON EL TIEMPO... te das cuenta de que en realidad, lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
CON EL TIEMPO... entenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo.....ante una tumba.....ya no tiene ningún sentido.
No hace muchos días leí esta reflexión en la publicación Atrio, pero no sé quién la escribió, pues estaba sin firmar.
La verdad es que desde el primer momento en que la leí, llamó poderosamente mi atención; quizás sea por estar atravesando eso que llaman la media vida y por poner más atención en todo lo que conlleva la palabra tiempo.
Es cierto, cuando somos muy jóvenes, parece que el tiempo nos sobra por todas partes y nos podemos permitir el lujo de perder el tiempo en montones de cosas que no valen la pena o quizás en otras que luego lamentaremos para siempre. Pero llega un momento en la vida, en el que somos conscientes de que ese tiempo que nos sobraba a manos llenas, va siendo menos y nos esforzamos en no perder ni un segundo (al menos aquellos que tenemos eso que llaman sentido común).
Dice la sabiduría popular y -ante todo- la Biblia, que toda cosa que sembramos en la vida la cosechamos con el paso del tiempo y... por supuesto que no hay verdad más grande!!!!
Con cuanto dolor nos lamentamos, en ocasiones, por decisiones tomadas equivocadamente en algún momento de nuestra vida que más tarde traen un lastre que arrastraremos mientras vivamos.
Con qué estupidez decimos o hacemos cosas contra aquellos que están a nuestro lado y a los que queremos, que luego traerán situaciones irreparables.
Y con que falta de misericordia disculpamos, sin perdonar realmente, creando así una amargura dentro de nosotros mismos, que sólo podremos borrar cuando comprendamos lo que significa la palabra perdón, aunque -a veces- llegue demasiado tarde.
Dice el salmo noventa que nuestra vida es como un torrente de aguas, como un sueño, como hierba.......y....qué pena!!.. cuando hay tanta gente que vive a tope, sin pararse a pensar que tenemos tan poco tiempo.
Me encanta el siguiente proverbio: “El hombre se hace viejo muy pronto, sabio demasiado tarde, justamente cuando ya no hay tiempo”.
Cuando era niña, me tuve que aprender el libro de Proverbios ,casi entero, de memoria.. Qué bueno que me enseñaran a hacer esto!!!.... En ese libro bíblico, se insta a los jóvenes a ser sabios, recalca una y otra vez la importancia de la prudencia y la sabiduría, dice que quién las encuentra haya un tesoro mayor que la plata y que adornan una vida más que los mejores vestidos.
No hay cosa que más me moleste, que toparme con una persona simple, atolondrada, imprudente, poco sabia e inconsciente. Ese tipo de personas se me antojan como algo que realmente me revuelve el estómago. Pero, qué bueno cuando nos encontramos con alguien con los pies bien colocados en el suelo y la vista en el cielo, ese tipo de personas sabias, prudentes, que hacen o dicen cada cosa en su justo momento y que valoran el tiempo para no desaprovechar ni un segundo.
No sé en que etapa de la vida te encuentras tú, ni como le das valor a tu tiempo. Pero si sé donde me encuentro yo, y te aseguro que si siempre he sido consciente del valor del tiempo, hoy lo soy mucho más.
No quiero pasar por la vida cometiendo equivocación sobre equivocación, quiero valorar lo bueno que tengo, quiero reconocer a mis verdaderos amigos y demostrarles cuanto les quiero. Deseo sentir la libertad que da el perdonar desde el fondo del alma, quiero trabajar en cada proyecto que entiendo me pide el Señor, quiero -cuando llegue el momento- pasar a la otra orilla sin lastres del pasado y,,,,,por nada del mundo quiero escuchar: “Qué hiciste con tu talento??”
Es mi anhelo más profundo, poder escuchar como el Señor me diga. “Ven buena sierva y fiel, sobre poco has sido fiel sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor” y.......mientras tanto “redimir bien el tiempo” y.......por cierto!!!, este tiempo que te he dedicado a ti, espero que te bendiga.
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