XXIII Olimpiada Evangélica de Galicia

“Corazones ardientes no son nutridos por cabezas vacías.”

R.C. Sproul

“Si eres indiferente a tu gozo en el ministerio, eres indiferente a un elemento esencial del amor.”

John Piper

Todavía recuerdo con total nitidez nuestra primera Olimpiada en Galicia, concretamente en nuestra preciosa ciudad, La Coruña. Todos estábamos ilusionados y expectantes ante lo que iba a suceder; algo que había nacido de un sueño en el corazón de una mujer valiente como pocas, centrada en la Palabra como pocas y que había perdido a su padre siendo muy joven. Sintiéndose responsable de su madre y sus hermanas menores, continuó con el negocio de su padre tal y como es ella, decidida y valiente. Una noche cuando iba a recoger, entraron un grupo de hombres para robar y ella ¿cómo no? se enfrentó a ellos con todas sus fuerzas y esto le costó grandes golpes y entre otras muchas cosas la rotura de la cornea en uno de sus ojos azules. Así es Esther Rodríguez, una catalana de padres gallegos quien amó a su Señor desde que lo conoció y eso le hizo amar su Palabra. Años más tarde salió al ministerio y fue nombrada Directora de La Liga del Testamento de Bolsillo, cargo que sigue ostentando hasta el día de hoy. Cada vez que recuerda la historia de Mary Jones, sus ojos azules se empañan de lágrimas y desde su cargo ha recorrido muchos lugares, haciendo de todo con el fin de llevar la Escritura por donde sea necesario.

Yo la conocía hacía años habíamos coincidido reiteradamente en encuentros de la UDME, mi esposo sólo la conocía por su espléndido trabajo para el Señor y la conoció en persona en un retiro hecho por nosotros y otros siervos de Dios que desde muy jóvenes trabajábamos a destajo en su obra y en aquella ocasión, en uno de nuestros retiros para jóvenes. 

Íbamos a celebrar nuestro 125 aniversario como iglesia y la invitó a venir queriendo realizar aquel sueño que ella tuvo un día y que llevaba años realizándose en Barcelona y tan sólo uno en Madrid, y poder traerlo también para Galicia.

Recuerdo como si fuera ayer las veces que estuvo en nuestra casa comiendo, cenando, durmiendo.... Poniendo todo ese sueño en manos del Señor y el sueño se hizo realidad hace 25 años con su equipo y el nuestro, llenos de ilusión, de mucho trabajo... y de tantas cosas... 

Tuvimos que parar dos años a causa de la pandemia que recorrió nuestro mundo y arrasó con vidas y más vidas. Pero aquí seguimos año tras año, con la misma ilusión, mucho esfuerzo y la satisfacción al terminar, de haber podido celebrar un día muy especial en el que nuestros niños no solo disfrutan y se esfuerzan por ganar el premio sino que a través de diferentes actividades como una preciosa mascota distinta cada año, entrevistas en muchas ocasiones a deportistas profesionales de alto nivel, incluso chicos que habiendo competido todos los años llegaron a convertirse en profesionales y tienen mucho que decir. Un día alguien compuso una canción muy especial para las Olimpiadas gallegas, sentimos que este año por alguna razón no pudo ser grabada y que defendió sólo como ella sabe hacerlo, Betty Lucero.

Recuerdo el cariño con el que el hermano Rosell de Madrid, hoy con el Señor, entregaba las medallas, era algo casi mágico, un trabajo que heredé ayudándole desde el principio... entre muchos otros.

El primer año fuimos 14 iglesias, este se multiplicó por mucho y creo que sólo los que estamos inmersos en este precioso trabajo sabemos lo que es y lo que significa para cada uno.

Todos los jueces son federados, siempre tenemos una ambulancia por lo que pueda ocurrir y las camisetas son diferentes cada año, las de los niños y la de los voluntarios. En las de este año estaba escrito: PROSIGO AL BLANCO y la verdad es que me pareció más que adecuado, conjugaba lo deportivo con unos textos de la Escritura que siempre han sido muy especiales para mí.

“No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.” Filipenses 3: 12-14.

Y cuando ya sin fuerzas terminamos y hay que recoger todo, siempre es una satisfacción escuchar al encargado del Campus que nunca vieron a una gente igual, todo recogido y limpio, el comportamiento... esa es otra manera de predicar. Este año fue especialmente duro, hubo muchísimos niños y adolescentes y.... con todo esto de la inmigración, es para mí todo un placer ver participar a muchos chicos de otras nacionalidades y poder ponerles una medalla al cuello cuando la ganan. Siempre me pueden esos preciosos niños de piel muy oscura, de ojos grandes y cabello rizado. Cuando encontré a uno delicioso, tome una foto con él y con el permiso de sus padres la subí a redes y la conservo como uno de mis mejores recuerdos.

Termino dejando para vosotros un vídeo que recoge lo que han sido nuestras Olimpiadas de este año, espero que lo podáis disfrutar a pesar del viento que no cesó en ningún momento y eclipsó un tanto 5 minutillos de conversación con Esther y las fotos hechas a la velocidad de la luz entre medalla y medalla. ¡Espero que lo disfrutéis!

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[title]Por un año más[/title]

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