¡Mi papá está viendo el partido!

“Si algún día llegaras a caer, no te preocupes. ¡ haz como el sol, que cada tarde cae, pero cada mañana se levanta con más resplandor.” Autor desconocido

“Deja que tu luz brille… aunque seas una vela en un rincón o un faro sobre una colina” W.E.C.

Hay una historia que escuché por primera vez hace mucho tiempo, y por alguna razón hoy ha regresado a mi corazón con mucha fuerza:

El equipo de un jugador de fútbol profesional estaba pasando por una mala racha, derrotado una semana detrás de otra. Un periodista le preguntó como hacía para poder seguir motivado, para seguir jugando bien y dar lo mejor de sí, aunque su equipo perdía casi todos los juegos. Él respondió:

“Mi papá está viendo el partido, mi mamá está viendo el partido. ¡ Puedes estar seguro de que voy a dar lo mejor de mí”.

Este espléndido jugador, en todos los sentidos, reconocía que había más en juego que el solo hecho de ganar o perder. Había gente mirando, y eso lo inducía a esforzarse al máximo.

Alguien dijo en una ocasión:

    “Lucha una vez más.

    Lucha por lo que quieres.

    El coraje no siempre ruge.

    Cada dolor te hace más fuerte.”

Cuando medito en todo esto, pienso en mi propia vida, y en esas ocasiones en las cuales todo parece ir mal, sé que soy observada por muchos y de diferente forma; unos por bien, otros por otros motivos, yo estoy “jugando” correctamente; aún así por alguna razón mi equipo pierde.

Siempre me impactó esta historia, parece sencilla, pero os aseguro que hoy cobra un sentido muy especial dentro de mi corazón. Él no tenía culpa de nada, estaba realizando perfectamente su cometido, pero en el estadio había multitud de observadores curiosos, tal vez enfadados por lo mal que lo estaba haciendo aquel equipo y a la vez tristes por ser fans acérrimos…. ¿qué podía hacer aquel jugador?…, ¿darse de baja, marcharse y no soportar la presión?… ¡Nada de eso! Continuó en su lugar haciéndolo todo lo mejor posible. Había muchas cosas en juego, él formaba parte del equipo y no los iba a abandonar, y lo que más me emociona es la respuesta a aquel periodista….

El gran motivo para seguir muy por encima de los demás, era que sus padres estaban mirando.

Dice la Escritura algunos textos importantes en este sentido:

“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire; sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”    1ª Corintios 9:24-27 .

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”   Filipenses 3: 13 y 14.

“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.”  Hebreos 12: 1.

Quiero terminar esta sencilla reflexión con un precioso vídeo de algo que cautivó mi alma desde que lo conocí siendo una niñita que apenas podía leer; me estoy refiriendo a la bien conocida historia de Jim Elliot y sus compañeros, recogida en parte con palabras reales de Jim y fotos también reales de toda aquella terrible y bendita historia, algo que germinó hasta el día de hoy; costó muerte, pero terminó en vida y vida eterna… Es Miguel Angel Guerra cantando “Perder Para Ganar“.

Deseo con toda mi alma que pueda tocar vuestros corazones como toca el mío, y podamos gritar con fuerza…

¡ Mi papá está viendo el partido!