Gabriella Bottani, más allá de las diferencias

“Que el sermón principal de tu vida lo predique tu conducta”.

Charles Spurgeon

Hace tiempo leí de una secretaria muy especial, pero a los ojos de todos aquellos que no sabían mucho acerca de ella, y cuando le preguntaban por su profesión… secretaria, sentía como la podían juzgar; ser secretaria es algo como muy “corrientito”, y muchos la miraban un tanto por encima del hombro. Pero todo cambiaba cuando conocían a quien servía, a alguien muy poderoso, bueno, y considerado jefe.

Todo aquello me recuerda a quien sirvo yo, eso de servir, suena un tanto… ¿no es cierto? Y la palabra siervo o sierva de Dios, ha dejado de ser a los ojos de muchos, el ser tenido por el más alto honor que puede existir; porque servimos al Rey de reyes, y esto hace palidecer muchísimo a la historia de aquella secretaria.

Yo me siento feliz de servir a quien sirvo, cuando todo un Saulo de Tarso con todo aquel impresionante currículum conoció a Jesús, pudo escribir reiteradamente con toda la satisfacción del mundo...”Pablo, siervo de Dios y esclavo de Jesucristo” ¡pobrecita de mi comparada con él!… simplemente, habiendo dejado todo atrás, me siento feliz de  poder decir lo mismo; aunque en mil colores, tal y como hay mil talentos o conocimientos formados, convertidos en dones espirituales.

Sé demasiado bien, que al leer el título de este artículo, una de dos… o lo leyeron por curiosidad no demasiado sana, o cerraron la entrada absolutamente.

Conozco bien quien es la protagonista del artículo de hoy, y antes de nada quiero aclarar que no soy ecuménica ¡en absoluto! Pero he conocido de cerca a diferentes personas no evangélicas, pero cristianas de corazón, personas que por diferentes motivos, siguen dentro del seno de una iglesia que no es la mía, y con la que no puedo confraternizar en un  ecumenismo  que no me gusta y no comparto; pero conozco a personas que aman al Señor con todo su corazón, e incluso le sirven, personas con las que me he parado a intentar hacer ver muchas cosas erróneas, y son muchas las veces que nos olvidamos de donde salió Lutero y tantos otros… Borras, Lacueva y un largo etc. No es mi intención escribir sobre todo esto. Simplemente tomo la vida de una mujer ejemplar que ha servido y sirve a Dios con toda su alma, logrando grandes cosas para los más desfavorecidos, en nombre y para el Dios al que sirve.

La italocolombiana Gabriella Bottani estuvo durante diez años «con las manos en la pasta» –como ella dice– en una de las favelas más peligrosas de Fortaleza, al norte de Brasil. Allí comenzó su labor como reparadora de las heridas que deja la explotación sexual en la infancia: «Durante mi experiencia al lado de niñas y niños que han sufrido estas vejaciones siempre me preguntaba: ¿De dónde viene la disfuncionalidad en nuestra sociedad que lleva los adultos a abusar sexualmente de niñas y niños? En el camino me he encontrado con personas que justificaban su acción. Que decían: “Son ellos los que nos seducen”. Por eso creo que debemos trabajar para cambiar las conciencias».

Para ella, los misioneros tienen que trabajar en contacto con las periferias humanas. «Es ahí donde encontramos a Cristo», destaca. Hace algunos años dejó el campo de batalla para dedicarse a la coordinación a nivel internacional de  una red que lucha en primera línea contra la lacra de la trata de personas. Su último logro ha sido la constitución de la primera red interreligiosa en Medio Oriente, en la que  hay mujeres de otras religiones.

«Es un trabajo muy duro, pero a la vez es muy reconfortante ver como en algunos países hemos logrado una estructura organizativa potente», explica Bottani. Su labor le llevó a recibir el premio Tip Report Hero. Héroes contra la trata de personas en Washington, de manos del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.

Gabriella Bottani asegura que nunca se deja de aprender... «Hoy sirvo a los que hacen este trabajo directamente con las víctimas. Es importante superar los roles del que salva y del que es salvado, del que libera y del que es liberado, del que sabe cuál es el camino y se lo indica a los demás. Han sido los niños con los que he trabajado en Fortaleza los que me han educado y me han enseñado el camino. Las personas a las que ayudamos no nos pertenecen. La única certeza es que Dios está con nosotros», dice.

Los expertos señalan que la trata es el tercer negocio ilícito más lucrativo del mundo. Según estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo, las Naciones Unidas (ONU) mueve unos 150.000 millones de dólares; de los cuales dos tercios proceden de la explotación sexual comercial. Para Bottani la clave para luchar contra el monstruo de las mafias es desmantelar las desigualdades en las estructuras de poder entre hombres y mujeres. «Es una tradición atávica donde las mujeres son consideradas un cuerpo listo para usarse. Es preciso tutelar a la mujer más allá de actitudes patriarcales como figuras plenas de dignidad y igualdad».

Me gustaría dejar unas respuestas a preguntas que se le hicieron a esta impresionante mujer…

¿Cuál es la relación entre tráfico y migración?

«Los límites entre la trata de personas y el tráfico de migrantes se han confundido. A menudo, quienes recurren a los contrabandistas para llegar a un país sin tener documentos válidos para entrar, son víctimas de los traficantes que los explotan tanto durante el viaje como en el país deseado. Le sucede a muchas niñas nigerianas, abusadas sexualmente en el camino en Níger, Malí y Libia, que sufren todas las formas de violencia y tortura. Una vez en Europa, la explotación continúa ».

En caso de repatriación, ¿alguien sigue a las chicas?

«Varios proyectos acompañan la repatriación de las víctimas. El retorno y la reintegración social en el país de origen es un tema complejo, y la incidencia de quienes recurren a la red es alta, especialmente entre quienes no han regresado voluntariamente y quienes no encuentran un trabajo con un salario digno. Es uno de los grandes desafíos que enfrenta la sociedad: ¿qué alternativa les ofrecemos a estas personas una vez que han sido redimidas de la esclavitud? Las familias a menudo asocian la necesidad de una vida mejor con el proyecto de migración de una hija. No olvidemos que las remesas de los migrantes exceden 3 veces el dinero enviado a los gobiernos para proyectos de desarrollo. También son más estables y vienen directamente a las familias. Desde un punto de vista económico, por lo tanto, la trata a menudo se considera un beneficio. esto,

¿Qué trabajo hacer con los "clientes" de las esclavas?

«Para la explotación sexual, castigar no es suficiente. Las personas y la sociedad deben ser responsables de sus acciones. Necesitamos entender por qué la demanda de sexo remunerado está creciendo y necesitamos reeducarnos en las relaciones. También se aplica a las personas tratadas con fines laborales. Comencemos por nuestra conciencia: tomates a un euro por kilo de explotación de pieles. El cliente, el consumidor, debe estar capacitado en un contexto amplio de respeto por el trabajo".

Conozco bien las maravillosas organizaciones  de nuestra amada iglesia evangélica, a la que pertenezco y desde donde sirvo, preciosas y dignas de toda mi admiración y apoyo en cualquier sentido que sea necesario; hoy, simplemente he querido fijarme con detalle en una mujer que considero más que especial.

Creo que si pudiera pasar un buen rato junto a Gabriella tomando un expreso italiano… y guardando las distancias de esta desescalada, al aire de una terraza, y hablando a corazón abierto, le diría unas cuantas cosas que considero equivocadas en ella o al lugar al que pertenece ¡eso sí! Lo haría en amor, sin intentar descalificar a nadie por no pertenecer a mi mismo entorno religioso; le compartiría  todo lo que conozco de las Escrituras, e intentaría convencerla de unas cuantas cosas; aunque sé perfectamente que a una mujer como ella, muy inteligente y con mucha fuerza, le costaría mucho aceptarlas… Pero no hay nada que no pueda ablandar a un corazón que ama a Dios, precisamente hablando en amor de ese precioso amor de Dios con letras bien mayúsculas.

Desde aquí mi gratitud a Gabriella por su extraordinaria labor, y a cada persona u organización que intenta servir a Dios, a través del servicio a los demás.